Me despierto por la luz solar. Eran sigue dormido del otro lado del sillón, y parece no haber nadie despierto. Me quito el suéter de Evan, y lo dudo un poco, pero decido ponérmelo por encima de mi ropa. Me queda grande, y huele a Evan.
Camino hasta la cocina, que es amplia y está un poco tirada. Kurt está sentado en la mesita, con un plato de cereal de colores.
-Buenos días.- Dice levantando la vista.
-Hola, Kurt.-
-Siéntate.- Me hace una seña
Saco la silla que está en frente de él y me siento. Me impresiona el echo de estar sentada frente a Kurt Cobain. En el 2015. Sigue vivo.
-¿Qué fuiste a hacer ayer en la noche?- Pregunta curioso.
-Pues... Salí a caminar.-
-Ten cuidado, es un poco peligroso.-
-Si, lo noté. Y Krist me lo dijo.-
-Estábamos por llamar a al policía.- Dice riéndose.
-Perdón, prometo no hacerlo de nuevo.-
-Está bien. Ve y haz amigos. Disfruta de tu libertad, sólo siempre dime dónde estarás.-
-No quiero estar una semana nada más aquí.- Me mira con atención.
-Quédate más. Tienes comida asegurada, casa y dinero.-
-Bueno, tendrás que llamar a mi mamá y explicarle esto.- Me río.
-No es mala idea, ya veremos.- Se ríe.
-Gracias Kurt, no puedo decirte por lo que estoy pasando, es increíble.- Sonríe.
-Veo que conociste a Evan.- Dice cambiando el tema.
-Si... Me lo encontré mientras me perdía en las calles de Aberdeen.-
-Es buen muchacho.-
-¿Sabe qué..?- Me interrumpe.
-Nadie se lo ha confirmado, pero tengo en claro que lo sabe.- Hay tantito silencio, y decido hablar.
-¿No extrañas tocar en vivo?- Me pongo nerviosa, no quiero incomodarlo.
-Si. Mucho. Quizás es lo que más extraño.-
En eso, entra Krist. Nos da los buenos días y se sienta a nuestro lado. Me sirve cereal y el también se sirve.
-Grandote, vas a tener que hablarle a la mamá de María y decirle que no la vamos a dejar ir.- Se ríe.
-Solamente no tomes el vuelo de regreso.- Me dice Krist. Sonrío.
-Somos una mala influencia.- Dice Kurt y los tres nos reímos.
-Quizás un poco. ¿No deberías llamar a tu mamá? Dile que no te hemos secuestrado.-
-Lo haré al rato.-
-Hazlo ahora, quizás agarre más confianza.-
Le ruedo los ojos pero hago caso. Saco mi celular y comienzo a llamarle a mi madre. Me dice que me cuide, que tenga cuidado y que no deje de llamarla todos los días. Me encantaría poder contarle la situación de Kurt, quizás entendería y me dejaría quedarme. Me enoja. Estoy enojada. Necesito tener una buena conversación con este hombre, no me basta. Evan entra en la cocina y nos saluda. Ve su suéter en mi, y no hace nada. Me intimida.
-Te devuelvo tu suéter.-
-No. Quédatelo. Te queda bien.-
Kurt nos mira con seriedad y emoción. Son las 10:46AM
-Kurt, necesito que esta tarde vayamos a hablar. Solo tú y yo.- Digo nerviosa.
-Bien.-
Me acabo mi cereal y dejó el plato en el fregadero. Krist me mira extraño, y salgo de la cocina. Regreso al sillón, me quito el suéter de Evan y lo dejo doblado junto a sus converse.
Dave viene bajando las escaleras, y me saluda.
-Por cierto, tu habitación y tus cosas están listas. Es la puerta roja.-
Le agradezco y subo a la habitación. Huele a madera vieja, mis más,tras están junto a una cama individual con colchas azules. Hay una ventana que tiene vista al bosque. En frente de la cama hay un librero con discos, pero mi mente no está bien en este momento como para ponerme a ver qué discos son.
Me siento en la cama, y volteo a ver el bosque.
Lo que me está pasando a mí, no le pasa a nadie. Esto es único. Descubrir que Kurt Cobain está vivo. Descubrir que el hombre que te salvó con su música sigue aquí. Detesto y amo esta idea a la vez.
Fueron muchas las veces las que pasaba horas en mi cama, llorando porque sabía que jamás lo iba a conocer, que jamás le diría lo buena que su música es, porque sabía que jamás me iba a abrazar y me diría que todo va a mejorar, o que todo va a empeorar. Porque nunca de gustaría su música en vivo, jamás iba a ver cómo cantaba con todo su ser y ponía toda su alma en la música. Y lo único que me quedaban eran sus discos...
¿Y ahora? Estoy clavándome las uñas en una cama, que está en una habitación, que está en la casa de Kurt Cobain. Porque sigue vivo. Porque inventó su suicidio y se fue a vivir al otro lado del mundo. No puedo describir lo que siento. Es impotencia, felicidad, ira, nervios, no lo sé. Es todo. TODO. Quiero tomarlo por el cuello, hacer que me mire a los ojos y me de una explicación. No puede hacer esto como si fuera cualquier cosa. No puede decirme que sólo fue un invento. Y no puede decirme que nadie en este lugar lo sabe. No puede quedarse aquí sentado, comiendo cereal y no ir a tocar su guitarra en frente de un grupo de personas. Esa es su pasión. Eso le da vida a Kurt Cobain. La música. Y está aquí sentado. No puedo dejar que haga esto, y no puedo no quiero arruinar si vida. No sé qué es la fama, por lo tanto no entiendo la presión que él tenía. Pero algo tengo que hacer.
Alguien toca la puerta de mi cuarto, e interrumpe mis pensamientos.
-Pasa.- Digo. Me seco las lagrimas con mi camiseta y volteo hacia la puerta. Es Krist. Entra y cierra la puerta detrás de él. Se sienta al lado de mi en la cama, y me mira con el ceño fruncido. Krist es muy protector. Así lo ha demostrado.
-¿Qué pasa?-
-¡Es que es todo Krist! Estoy enojada, muy enojada.- Mis ojos se vuelven a llenar de lagrimas.
-Tranquilízate y cuéntame.-
-¿Sabes todas las noches que pasé llorando por el? Ya sé que es extraño para ti Krist, por Dios, has crecido con él. Pero ponte en mis zapatos unos segundos.-
-Hey, hey ya lo sé. Pero tienes que calmarte y entenderlo a él.-
-¡No! ¡No puedo entenderlo! Y tú eres parte de la mentira. ¿Sabes cuántas veces le di vueltas a todo? Krist esto es horrible pero increíble.-
Se acerca un poco más a mí y me abraza. Comienzo a llorar desconsoladamente y el trata de relajarme. Después de unos segundos, me separo y me seco los ojos.
-No quiero sonar como una loca, pero amo a ese hombre, y por alguna razón esta situación me lastima.-
-Préstame tu teléfono.-
-¿Qué?-
-Préstamelo.- Suena amable. Lo miro confundida pero se lo entrego.
-¡¡¡KURT!!!- Grita con muchísima fuerza.
-¿Qué haces Krist? No le digas nada de lo que te dije.-
-Confía en mí, ¿sí?-
Kurt entra en el cuarto y me mira con el ceño fruncido.
-¿Qué pasa?- Dice. Su voz de pronto me suena como sabana hace 21 años.
-Quiero que en este momento, le hables a su mamá y le des una explicación verdadera y correcta.- Kurt nos mira confundido.
-Kurt no...- Digo rascándome la frente.
-Ponte un suéter y zapatos, vamos a caminar.- Me dice. Sale del cuarto. Miro a Krist.
-Hazlo, todo va a estar bien.-
Asiento y me levanto de la cama. Bajo al sillón y me pongo mis converse negros. Hasta ese momento me doy cuenta de que Evan está sentado del otro lado mirándome. Tiene el suéter en sus manos.
-¿Por qué sigues sin confiar en mí?- Se levanta y se acerca a mi.
-Es tu suéter, no el mío.-
-Pero puedes quedártelo. Te gusta, no te lo habrías puesto mientras estaba dormido.-
-Gracias Evan, pero ni es necesario.-
-Deja de decirme que todo lo que hago por ti no es necesario.-
Se acerca más a mi, desdobla el suéter y me lo empieza a poner. Es extraño, y un escalofrío recorre mi cuerpo. Pero copero, y no le digo nada. Me mira serio. Esta despeinado y su cabello cae por su frente.
-Es tuyo.-
Abro la boca para decir algo, pero Kurt llega.
-Vámonos.-
-Te veré después Evan.- Le sonrío y salgo con Kurt a la calle.
Caminamos unas cuantas cuadras en silencio. Y llegamos a una pizzería que está casi vacía. Nos sentamos en una mesa para dos, y pide para los dos una pizza de pepperoni. Me mira serio con sus ojos penetrantes, y le da una mordida a la pizza.
-Pásame tu teléfono.- Le hago caso sin decir nada. No sé cómo lo descubre, pero logra marcarle a mi mama. Pone el alta voz para que yo escuche.
-¿Hija?-
-Buenas tardes señora.-
-¿Quién habla?-
-Bueno, quiero agradecerle que haya dejado venir a su hija, es una muy buena niña y toca muy bien la guitarra. Entres los cuatro tomamos la decisión de que no tomará el vuelo de regreso en una semana. Se quedará un poco más.-
-Que descarado. ¿quién eres..?- Kurt cuelga. Me río.
-Quizás fuiste un poco "descarado".-
-Bueno, querías hablar conmigo. Soy todo tuyo.- Suspiro.
-¿Por qué haces esto? ¿De qué te estás escondiendo, Kurt? La música es tu vida y el público te bombea.-
-Quizás no deberías meterte en ese tema.- Suena enojado.
-No, no debería. Pero no puedes hacer esto.-
-Okey, Okey. ¿Quieres que regrese para que me vuelva a pasar lo mismo que hace 21 años?-
-¡No es lo que pretendo Kurt! ¡Pedo no puedes seguir encondiendote del mundo. Y escúchame. No soy nadie para decirte que hacer y menos cambiar tu forma de pensar y ver las cosas. Pero me encantaría, a mí ya millones de personas. Que lo hicieras. ¿Sabes el impacto que causaría la noticia?-
Suspira con el ceño fruncido.
-No haré esto.- Se levanta de la mesa, deja un billete de veinte dólares y sale del lugar.
Es increíble. Entiendo su decisión, pero no entiendo el por qué. Me quedo un buen rato observando la pizza. Pasan un muy buen rato. Quizás dos horas, en las que pienso todo, en las que me doy cuenta de la situación. Me acerco con un mesero y le pagó la pizza, que me la entrega en un envase de unicel para poder llevármela.
Hablo con el gerente del lugar, y le pido, que esta noche aparte el escenario para la música en vivo. Porque Kurt va a tocar.
Camino sola un poco acelerada de regreso hacia la casa. Y todo cambia de día. Es una ciudad diferente. Cuando llego, noto que la puerta está abierta. Así que entro sin decir nada. Kurt está sentado en el mismo sillón en el que yo dormí anoche, y está viendo la TV. Lo miro unos segundos, y el a mi.
-Sube a tu cuarto, y ve a dormir.- Me dice dándole un trago a un vaso de jugo de naranja.
-¿Qué?- No puede decirme estas cosas.
-Que subas y vayas a dormir, porque será una larga, larga noche.- Regresa la mirada a la TV por unos segundos.
-No te entiendo, Kurt.-
-Ah, y prepara alguna guitarra, porque no tocaré solo esta noche en esa pizzería.- Se me cae el alma a los pies.
-¿Qué? ¿Es en serio Kurt?-
-No me hagas cambiar de opinión.- Se ríe.
-Yo... Kurt gracias. Te aseguro que no te vas a arrepentir.-
-Espero que no.-
-¿Estarán Dave y Krist no? Yo no sé tocar la guitarra como para tocar en vivo con ustedes.-
-Claro que si, ¿no te escuchaste ayer?-
-¿De verdad?-
-Si, no me hagas cambiar de opinión.-
-Kurt, gracias. De verdad. Iré a dormir.- Asiente y sonríe.
Subo corriendo las escaleras y entro a mi habitación. Cierro la puerta y me quedo mirando la ventana. No puedo creer que Kurt haya accedido de esta manera. Pensé que sería muchísimo más difícil, y sobretodo pensé que estaba arrepentido de la idea de traer a una fan de 14 años a vivir con el.
Y quizás tiene razón, pero no he dormido bien estas dos noches, y si hoy tocamos en vivo, será tarde, largo y cansado. Así que me meto en las colchas azules. Es increíble. Hace dos días imaginaba que quizás algún día tendría la oportunidad de decirle a Krist y a Dave lo mucho que los admiro y lo mucho que les agradezco su música. ¿Y hoy? Hoy estoy acostada en una cama en la casa de Nirvana. NIRVANA. Y lo mejor, un sueño perdido de cualquier amante de la música, tocar en un escenario con sus artistas favoritos, es... Es simplemente increíble. Y esta noche se cumplirá. Tocaré en una pizzería al lado de Kurt Cobain, Krist Novoselic y Dave Grohl. Sonrío para mis adentros, y logro conciliar el sueño...
Al despertar no recuerdo si soñé algo, pero ya es de noche. Dormí mucho, pero me siento con mucha energía. Me quedo con la misma ropa que traigo, y no me molesto en mi cabello. Solo bajo las escaleras para encontrarme con los muchachos. Que están en la sala. Kurt tiene una guitarra electro acústica, Krist un bajo y recuerdo haber visto en la pizzería una batería.
-Ve por una que te guste.- Me dice Kurt. Asiento y camino al pequeño salón de la música. Echo un vistazo por todo el cuarto, y encuentro una guitarra un poco gastada, pero creo que es perfecta. Así que la tomo y camino a la sala. Están hablando de algo que no entiendo, y cuando creo que es correcto, yo hablo.
-¿Dónde está Evan?- Digo sin hacer contacto visual.
-Uy, alguien está interesada en ese muchacho.- Me contesta Krist. Siento como me sonrojo.
-No Krist, pero hace rato estaba aquí.-
-Uno nunca sabe dónde está. Podría estar aquí escuchándonos o en alguna calle del otro lado de Aberdeen.-
-Bueno... Yo estoy lista.- Digo nerviosa.
-Pues vámonos.- Dice Kurt. Salimos de la casa.
Dave me ayuda con mi guitarra, y nos subimos a una pica-up azul. Krist conduce, Kurt se va adelante y Dave y yo atrás, los instrumentos están en la cajuela. Casi todo el camino estamos en silencio. Y cuando Krist se estaciona en frente de la pizzería. Los tres suspiran. Kurt se pone un gorro gris que le cubre casi toda la cabeza y unos lentes obscuros. También deja que su barba se vea y trae una camisa blanca con una corbata roja y unos pantalones de mezclilla viejitos. Dave y Kris están iguales.
-Bueno, creo que esto es algo muy nuevo para Nirvana. Podría ser el comienzo de algo grande y nuevo, o quizás no. Pero pondremos lo mejor de los cuatro, y trataremos de que el público nos aplauda.- Dice Kurt.
-Me gusta que digas eso.- Digo tímida.
-Y tú tienes que poner lo mejor de ti.-
-Claro que lo haré Kurt.-
-Suerte a todos.- Dice Dave. Nos bajamos de la camioneta, y Kurt y yo bajamos a la pizzería directamente a decir que somos los que tocaremos esta noche en vivo. Nos tardamos un rato en acomodar todo y montar nuestro "escenario". Noto a Kurt nervioso e inseguro, y me pregunto porque habrá accedido a hacer algo que yo le dije, porque esto no es cualquier cosa. Es exponerse al mundo, porque para cualquiera que nos vea esta noche, no es difícil adivinar que el señor que toca la guitarra con lentes de sol y una capucha gris al lado de Krist Novoselic y Dave Grohl es Kurt Cobain. Porque además, estoy segura que cantaremos algo de Nirvana. Esto es un sueño hecho realidad, y mi emoción de hacer esto es enorme, pero mis nervios por Kurt siguen siendo mayores que cualquier otra cosa. Nos sentamos en el escenario. Kurt está en medio, Dave atrás de él y Krist a su derecha. Yo me pingo al lado de Dave, hasta atrás. Varias personas nos ven. Otras parece no importarles la música en vivo, y otros susurran cosas y señalan a Kurt. Evan está sentado en una mesa, y noto su mirada en mi. Le da unos golpecitos al micrófono y lo prueba.
-Está canción es titulada "Come as you are" de Nirvana.- Dice.
En algunas mesas nos aplauden y nos miran con atención. Kurt se gira en su silla y me hace una seña para que lo siga. Asiento. El empieza con la intro de la canción, y cuento los segundos necesarios para empezar a tocar. Mis nervios son tan grandes que no me preocupo por cómo nos escuchamos. Pero si oigo la maravillosa voz de Kurt. Sigue haciéndolo espectacular.
Cuando acabamos la canción, la mayoría de las personas de la pizzería nos aplaude. Kurt se mira animado, y anuncia que tocaremos otra canción. Seguimos con "All apologies", después canta solo "PennyRoyal Tea", como en el Unplugged de MTV. Después "About a Girl" y "Dumb".
Y para ser sincera, creo que hice bien el trabajo de ser guitarra de apoyo. Hay varias personas por afuera de la pizzería viendo el pequeño concierto, y la verdad se siente increíble el simple hecho de que varias personas estén tan adentro de la música que estás creando.
Varios jóvenes se acercan a pedirle un autógrafo a Dave o Krist, supongo que nadie sabe que Kurt Cobain, estuvo cantando para ellos. Kurt se levanta d eso así ego y se acerca a mi. Dejo mi guitarra a un lado y el sonríe.
-Lo hiciste increíble, deberías considerar hacer algo, eres muy buena.-
Que Kurt Cobain me diga esto, es como si el mejor chef del mundo me dijera que pusiera un restaurante.
-Gracias Kurt, significa mucho para mi.-
Sonríe y me da unas palmaditas en la cabeza. Nos hace una seña para que nos vayamos, y entre todos cargamos las cosas y nos vamos al auto. Evan está sentado en la cajuela, y felicita a los chicos por el gran trabajo que hicieron esta noche. A mí no me dice nada, hasta que estoy subiéndome con Dave a la parte de atrás.
-No. Súbete aquí, conmigo.- Dice serio. Miro a Dave en forma de ayuda, pero niega con la cabeza y me hace una seña para que me suba con Evan.
Me siento al lado de él, a no muchos centímetros de él. Estamos en silencio, hasta que Krist arranca la camioneta.
-¿Sabes? Hiciste un gran trabajo.- Dice mirando hacia en frente, hacia la obscuros y silenciosa calle. Yo suspiro.
-No merezco tocar al lado de ellos.-
-No sólo hablo de la guitarra. Hiciste un gran trabajo con Kurt. Lleva años encerrado en esa casa, porque lo conozco desde que llegó, y créeme, nunca lo había visto así. NUNCA.- Evan ahora me mira, pero yo sigo mirando la obscura calle.
-¿Así como?-
-Está animado, deberías haber visto su expresión mientras cantaba. Es como si hubiera sacado toda la música que llevaba adentro desde hace 21 años. Trajiste de vuelta a Kurt Cobain.-
-No es por mi Evan, yo no hice nada de verdad yo...- Me interrumpe.
-¿No hiciste nada? Mira mira mira, no sé qué le hayas dicho esta mañana cuando se fueron, pero cambiaste algo para bien en el. Cuantas veces Krist le dijo que salieran a tocar juntos, cuantas veces Dave le rogó de rodillas para que cantarán en alguna maldita cafetería. Llegas tú, te lo llevas, regresa asotando puertas y decide ir a tocar en vivo frente a personas. Y no sólo eso. Que haya dicho que tu tocarías con ellos o que nadie tocaba, es porque tienes un gran talento en la música, y es mira las cosas como son. Simplemente porque no piensa irse por ese camino sin la persona que lo empujó.-
Volteo a verlo, y él me mira a mi.
-¿Lo crees?- Digo susurrando.
-Es que no es nada de creer, es la verdad. Pregúntale a Krist, y verás si no te dice lo mismo.- Su voz suena más calmada, y sus ojos marrones son como dos perlas negras que brillan bajo las luces nocturnas de Aberdeen.
-Gracias Evan.-
-No es para que me agradezcas.-
-Pero significa mucho que me digas esto.-
-Yo también te acompañaré en el camino.-
-Si. Si lo harás.- Me sonríe.
La verdad es que tiene una sonrisa preciosa. Nos miramos unos segundos más, y después vuelvo a mirar hacia el frente, pero recargo mi cabeza en su hombro, y el recarga su cabeza en la mía. Siento su calor, y me hace sentir segura y acompañada. Las cosas aquí son increíbles, y para mí, regresar con mi familia no es una opción. Ya tendré que preocuparme por cómo se los diré, o como haré para quedarme, pero por ahora, solo quiero disfrutar de la calle, la luz de la luna, el calor de Evan y la compañía de Kurt, Krist y Dave...
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Kurt Cobain está vivo.
Random¿Qué pasaría si Kurt Cobain siguiera vivo? ¿Qué pasaría si el secreto de que él sigue en este mundo, saliera al aire? ¿Qué pasaría si su música nos volviera a llenar?