Bajamos hasta el piso siete y entramos a nuestra habitación. Dave está dormido y el cabello le escurre por la cara. Krist y Kurt están cada uno en sus respectivas camas viendo una película en la TV. Después de mi pequeña discusión con Kurt, y además enterarme que Evan es su hijo, veo algo diferente. Me alegra ver a Krist, quien me saluda sonriente con la mano. Kurt está siendo tan frío que siento una punzada en el pecho...
-Hay un pequeño concierto esta noche en el bar de abajo...- Digo tímida.
-Me apunto.- Dice Krist sonriente.
-Claro que no. Es otro de tus jueguitos para que toquemos.- Dice Kurt.
-Yo también voy.- Dice Dave soñoliento.
-No bajaré. No cuentes conmigo.-
-¿Podrías dejar de ser tan frío conmigo?- Me mira con el ceño fruncido.
-Váyanse, se les hace tarde.- Regresa la mirada al televisor.
-Bajen en unos diez minutos.- Digo sin más. Vuelvo a mirar a Kurt, pero a él parece no importarle. Evan me llama, pero salgo del cuarto dando un portazo. Me duele que Kurt sea así conmigo por cosas como estas. Bajó al piso seis, y cordialmente invito a Bruce y a Corey, que los dos acceden. Bajó al bar, y el joven pianista está preparando todo para dar su show.
-¿Cuánto para que el escenario sea mío?-
-Cien dólares.-
-¿Qué? No soy millonaria.-
-Cien, dije.-
-Cincuenta, es todo lo que traigo.-
Me rueda los ojos y extiende la mano para que le de el dinero. Sonríe y agarra su pequeña maletita para retirarse. El hombre del bar me hecha miradas asesinas. Pero yo preparo el bajo acústico de Krist, la batería de Dave y la guitarra que pertenecería a Kurt. En eso, Bruce y Corey entran al pequeño bar. Corey se sienta en una mesita cercana y Bruce se acerca a mi.
-¿Kurt va a tocar?-
-Claro que no.- Digo riéndome sarcástica.
-Tienes cara de que ibas a convencerlo.-
-Lo logré. En Aberdeen tocó en una pequeña pizzería, nada más.-
-Bueno, es un logro.-
-Bruce gracias por la oportunidad de dejarme tocar con ustedes.-
-No no no, no agradezcas, te ayudo.-
Se sube al escenario y me ayuda a conectar los instrumentos. Peleáramos todo mientras hablamos sobre la noche del concierto, y en eso Krist, Dave y Evan llegan. Evan se sienta en la mesa de Corey, Bruce me sonríe y se va con ellos. Dave y Krist suben al escenario conmigo, y de verdad tengo muchas ganas de acariciar y jugar con el cabello de Dave.
-¿No vendrá Kurt cierto?- Digo tímida.
-No... Pero vamos a pasarla bien.- Asiento. Dave se sienta en la pequeña batería, Krist toma el bajo y me hacen una seña para que tome la guitarra. Pero no puedo. Es como una fuerza extraña. No puedo sin Kurt, carajo no puedo sin él. Aprecio mucho todo lo que han hecho los tres por mi, y hasta puedo decir que los quiero. Pero esto es algo diferente, y no tengo la fuerza para hacerlo si no está Kurt. Niego con la cabeza, y bajo de allí. Le pido a Bruce que lo haga, y el accede fácilmente. Empiezan a tocar una versión extraña pero muy hermosa de "All along the watchtower", después tocan "All apologies" y "Flight of Icarus". Pero me empiezo a marear, el ambiente es un loco pesado en este lugar. Corey está comiendo un pedazo de pizza, al igual que Evan y observan con atención el show. El hombre del bar se acerca varias veces a nuestra mesa, medio burlándose de mí y medio haciéndole apologías a Corey. Evan le hecha miradas matadoras. Cierro los ojos y recargo mi cabeza sobre la mesa. La canción acaba, y hay un largo momento de silencio, pero mantengo mi cabeza escondida.
De pronto empieza a sonar la intro de "Come as you are", y sonrío para mis adentros. Pero la voz no es la de Bruce. Es una voz mágica, es una voz que calmaría guerras y causaría guerras. Es Kurt. Es Kurt. Me quedo boquiabierta mientras veo cómo canta con tanta pasión. Es mágico. Nunca había visto a nadie cantando con tanta pasión. Simplemente Kurt está hecho para esto. Sus dedos aprietan los trastes con tanta facilidad y simpleza que me aterra. Lo observo con detenimiento hasta que acaba la canción y abre los ojos. Una ola de frío recorre mi cuerpo, y es que sigo impresionada. Tocan una versión muy hermosa de "She's like a rainbow" de los Rolling Stones. Los tres dejan sus instrumentos a un lado, dan las gracias a los aplausos del público y se acercan a la mesa donde estamos Bruce, Corey, Evan y yo. Kurt se sienta a mi lado, y volteo a verlo boquiabierta. Por un momento lo veo joven. Lo veo enérgico, lo veo vivo. Este es Kurt Cobain. Por un lado quiero tomarlo del cuello y decirle lo mucho que lo odio, pero por otro lado quiero que me abrace hasta el fin del mundo y decirle lo mucho que lo amo. Pero no puedo hacer ninguna de las dos. No quiero. Desvío mi mirada de sus finas facciones hacia la mesa de al lado. La familia alegre de hace un rato sigue allí, pero nos están observando meticulosamente, y sus caras se me hacen muy conocidas, demasiado. Pero no estoy para averiguarlo. Me levanto de la mesa tratando de sonreír, y me acerco con el hombre del bar, que me ve extrañado.
-¿Otra vez tu?- Dice sarcástico.
-Te traje a las estrellas que prometí.-
-Ganaste. ¿Qué puedo hacer por ti?- Sigue sonando sarcástico.
-Podrías dejas de ser sarcástico, y podrías decirme dónde conseguir... Tú sabes.- Se ríe.
-¿Cuántos años tienes? ¿Once? ¿Doce?-
¿Me vas a decir?-
-Agh, camina una cuadra hacia la izquierda y vas a encontrar una tienda de discos de segunda mano.- Le guiño un ojo y regreso a la mesa con mis acompañantes.
-Voy a salir a dar un paseo...- Digo nerviosa.
-No vas a ir sola a ningún lado.- Dice Kurt sonriendo.
-No tardaré...-
-No. No conocemos este lugar.-
-Sólo acompáñala.- Le dice Bruce riendo, y me doy cuenta que ya tiene las copas un poco altas.
-¿A dónde quiere ir?-
-A una tienda de discos...-
-Bien. Vamos.- Kurt suspira y se levanta.
Los dos salimos del hotel en silencio, y el viento sopla helado. Kurt se quita el pequeño suéter verde que trae puesto y me lo pone en los hombros. Le sonrío y en silencio hasta llegar a la tienda. Al principio los dos vemos discos en la sección de "Punk", pero después le pido que busque algo en el Rock de los 60' y yo me acerco a la caja. Es un hombre que tendrá unos 18 años. Tiene el cabello rizado y esponjado, viste con una camiseta de Bob Marley y tiene una bonita sonrisa.
-Hola. Me dijeron que aquí podría encontrar... Tú sabes.- Sonríe mostrando sus dientes blancos.
-¿Cuánto vas a querer?-
-Dame una cantidad considerable.-
Agacha un poco la cabeza y mueve algo abajo de su escritorio, veo que Kurt no esté mirando y me da la bolsita. La meto rápido en mis bolsillos, equilibrándome para que no caiga de mis hombros el suéter de Kurt.
-¿Cuánto?-
-Tu teléfono.-
-¿Qué? Es mucho dinero, olvídalo.-
-No tonta. Tú numero.-
-Ah... ¿Qué?-
-Vamos, díctalo.-
Le sonrío y él lo apunta en un papelito azul. Me guiña un ojo, y en eso llega Kurt. Me toma del hombro y me empuja para que salgamos del lugar. Empezamos a caminar de regreso al hotel, pero el rompe el silencio.
-Pensé que Evan y tu eran algo...-
-Ah... Pues... Yo... Me gusta... Y yo a él... Pero no somos nada...-
-Pues te veías a gusto ligando con ese chico de la tienda.-
-¡Ah! No estaba ligando Kurt. Le estaba pidiendo información de un disco.-
-¿Ah sí? ¿De quién?-
-De... De Chumbawamba...-
-Lo estás dudando mucho.-
-Kurt no estaba ligando. Quiero a Evan.- Me ve sonriente.
-Yo lo sé...- En un acto rápido se para en frente de mi y saca de mi bolsillo izquierdo la bolsita de mariguana.
-No puedo creer que me hayas usado para comprar estas chingaderas.-
-Kurt... No te use, te dije que quería venir sola.- Digo tímida.
-¡Y aún así tuviste el descaro de comprarla en mis narices!- Abre la bolsa y la tira en medio de la carretera, y el viento se la lleva, como polvo. Me hace un gesto de desaprobación y empieza a caminar rápidamente, dejándome atrás. Veo cómo se aleja poco a poco. Su cabello se mueve con el viento, y se mete al hotel a una cuadra. Indiferente. Mis ojos se llenan de lágrimas, y me quedo un rato ahí parada, observando los coches pasar y las luces de la cuidad. Este lugar tiene un clima y ambiente agradable, y tengo ganas de ir a conocer, pero no en esta situación, no en estas condiciones. Camino al hotel, y me acerco a recepción, hay una señorita diferente a la de hace rato.
-¿Cuánto cuesta la habitación más barata?-
-Veinticinco dólares.- Busco en mis sucios bolsillos, pero no salen más que algunos centavos.
-¿Puedo pagar el día de mañana?-
-No. Tienes que pagar antes.- Ni si quiera me mira a los ojos.
-Necesito dormir en algún lado y no traigo nada...-
-¿Y cuál es tu plan? ¿Conseguir veinticinco dólares vendiendo tu ropa vieja para pagarme mañana? No lo creo.- Me da una punzada en el pecho.
-Yo lo pago.- Dice una voz atrás de mi. Volteo consternada, y es el hombre de la familia feliz. Sus ojos son conocidos, sus rasgos también, y siento una conexión extraña. La señorita de la recepción lo ve extrañada, pero acepta el billete, y me da una tarjeta para la habitación 1-6.
-Gracias señor... ¿Cómo puedo pagarle?-
-No tienes que hacerlo.- Dice cariñosamente. Le sonrío por última vez y me voy desconcertada al bar. No tengo idea de donde conozco a este hombre. Kurt está sentado de nuevo con los muchachos, y se ve serio. Dios me encantan sus ojos. Son como un océano en el que me gustaría navegas. Me acerco tímidamente, me seco las lagrimas que hay en mis ojos y me siento al lado de Krist y Corey. Kurt ni si quiera me mira, y los dos estamos especialmente callados. De vez en cuando tengo que tratar de disimular uno que otro sollozo y secarme las lagrimas las mangas sin que se note mucho. Siento la mirada de Evan todo el tiempo sobre mi, pero agradezco que mantenga silencio. Después de un rato de oír conversaciones sobre la idea de sacar un disco entre todos, Krist habla.
-¿Bueno y que pasa con ustedes? ¿Les cortaron la lengua en la calle?- Se dirige a mí y a Kurt.
-Cuéntales. Querida.- Dice Kurt sarcástico.
-No me hagas esto Kurt...- Digo tratando que mi voz se escuche normal.
-¡Anda! Cuéntales.- Se ríe.
-¿Por qué quieres humillarme? Dios es duro, Kurt. Cada vez que te veo siento unas ganas enormes de agradecerte, cada vez que clavas tus ojos en los míos quiero abrazarte y quedarme en tus brazos para siempre, cada vez que te veo cantar siento una alegría y emoción tan grande dentro de mi. Kurt lo eres todo para mi, carajo. No voy a dejar de decírtelo jamás, y me duele, me duele que hagas este tipo de cosas. Me vi descarada, fue un error, lo acepto. Pero no tienes que hacerme estas cosas. No es la primera vez, Kurt. Sólo... Te odio Kurt pero también te amo. ¿Sabes? No... Olvídalo, lo tiene importancia. Gracias por el pequeño concierto, buenas noches.- Me levanto corriendo de la mesa con lágrimas en los ojos y busco en los largos pasillos mi nueva habitación. Es muy pequeña. Solo tiene una cama individual, una ventanita que da a una pared, y un baño en el que apenas quepo. Pero es suficiente. Saco mi celular y mis audífonos de mi bolsillo. Aún traigo el suéter verde de Kurt encima de mi, así que me recuesto en la cama escuchando "Drain You" a todo volumen y el suéter de Kurt cubriéndome del abrazador frío...Despierto por la luz solar. Mi teléfono ya no tiene batería, y el suéter de Kurt está en el suelo. Me mojo la cara en el baño y me amarro el cabello. Me hace falta un buen baño. Tengo los ojos hinchados y aún un poco rojos, pero no puedo quedarme a vivir en esta habitación. Es mediodía, y el calor en muy potente. Camino hasta la recepción para devolver la llave, ya que sólo tenía esta noche. Me doy la vuelta para ir a buscar algo de comer, y me encuentro de cara a Kurt. Tiene ojeras, está despeinado y trae una chaqueta negra. Sus ojos brillan como nunca antes lo habían hecho. Trato de darme la media vuelta e irme, pero toma mi brazo y sonríe.
-Tengo que llevarte a un lugar.-
-Kurt...-
-Será uno de los momentos más especiales y diferentes de tu vida. Vamos a cambiar la historia. Nirvana vivirá. Nirvana vive.-
Sus palabras me confunden en muchas formas, pero no puedo negarme. Vuelve a sonreír con sus dientes impecables y me jala fuera del hotel...
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Kurt Cobain está vivo.
عشوائي¿Qué pasaría si Kurt Cobain siguiera vivo? ¿Qué pasaría si el secreto de que él sigue en este mundo, saliera al aire? ¿Qué pasaría si su música nos volviera a llenar?