Kurt Cobain está vivo.

34

La noche pasada fue realmente grandiosa. Cantar con personas tan grandes del rock, y además, todo el show de Evan... Fue increíble. No hay otra palabra. Estoy sola en la habitación, y salgo a la sala, en la cual, también estoy sola. No hay nadie... Me acerco a la puerta del cuarto de los chicos, y hay un papel pegado en ella.
"En cuanto veas esto, corre a casa de tus padres.
-K, D, K, E."
Es un poco extraño. Que no estén, y que además me hagan salir sola. Me pongo mis Converse negros y gastados y un suéter navideño de Avenged Sevenfold que me regaló mi hermano de Navidad. Tomo mis llaves, mi celular y salgo corriendo. Realmente no está muy lejos. Tengo que caminar no más de diez minutos, después, tomo un camión que me deja en la colonia donde viven mis padres, y ahí es sólo caminar hasta la casa. Toco el timbre de la gran puerta, y no tarda en abrirse sola. Camino por el largo pasillo de piedras, y después abro la puerta para entrar en la casa. Me tranquilizo al verlos todos juntos en la mesa. También está Mick, y quizás a esto se refería ayer en la noche, cuando dijo que nos veríamos pronto. Mi madre les está sirviendo café. Cuando me ven, sus expresiones cambian.
-Me debes treinta libras, Kurt.- Dice Krist.
-¿Estaban apostando sobre mi?-
-Kurt cree que eres incapaz de salir y que no te pase algo.- Me río.
Saludo a todos con un cálido abrazo, incluyendo a Mick, que me parece fabuloso tenerlo aquí. Mi madre me saluda, pero no hago más que fingir una sonrisa.
-¿Por qué estamos aquí?- Digo nerviosa.
-Es el único lugar donde no se comen vivo a Mick...-
-Buen punto.-
-Estamos planeando hacer algo en colaboración.- Dice Mick con su gran sonrisa.
-¿Nirvana y los Rolling Stones? Eso sonaría genial.- Digo emocionada.
Kurt y Mick intercambian ideas sobre canciones, estilos musicales, letras, guitarras, teclados, bajos, y más cosas en las que me pierdo. No es que la platica me aburra, pero me siento un poco sobrante. En ese momento mis dos hermanos bajan juntos, y saludan a todos. Me hacen una invitación para subir, y acepto.
-Evan... ¿Vienes?- Le digo un poco tímida.
-¿Ah? Ah, sí sí. Vamos.- Los dos nos levantamos de la mesa, y seguimos a mis hermanos por la escalera. Nos llevan al piso de hasta arriba, en el que nunca había estado. Es como una sala de estar. Hay una mesita de cristal, sillones plegables de cuero, y todas esas cosas como mesas de billar y cantinas que tienes los ricos en sus casas.
-Te trajimos un regalo, María...- Dice mi hermano emocionado.
-¿Ah sí?- Digo sarcástica.
Mi hermano abre uno de los armarios, y de el, salen dos personas. Primero, Ximena. Mi mejor amiga de la infancia. Ni si quiera me acordaba de ella, y no demuestro mucho emoción al verla, también mi mejor amigo de la infancia, o de antes de que me vendieran, sale emocionado.
-En serio. No quiero ser grosera, pero esta no es la manera de arreglar la familia rota que tenemos.-
-No tienes que ser así de ruda...-
-No, Pablo. Es la verdad. Somos una familia rota.-
-¿Saben que? Olvídenlo. Vamos a jugar billar.-
Todos aceptan, menos Evan y yo, claramente. En una esquina hay dos guitarras, las tomamos, y salimos a la terraza que hay a un lado. Tiene un jacuzzi, y una canasta para basquetbol. Nos sentamos en una mesa que hay en el medio, y me mira feliz.
-¿En qué piensas?- Dice.
-En que necesito un cigarrillo.-
-Espera, creo que traigo uno... Si. Ten.- Me lo da, y lo enciende con un mechero rojo. El repite mi acción, y nos miramos unos segundos.
-Hay algo que quiero mostraste desde hace ya varios meses.-
-Pues, muéstralo.-
Saca de su chamarra un paquete de imágenes. Todas, o la mayoría, son de Kurt. Una me hace sonreír. Está afuera de un centro de rehabilitación, y tiene una cara larga muy simpática. En otras, está bebiendo con Krist y con Dave. Hay unas en las que toca su guitarra, y otras en las que está dormido. También tiene varias fotos con Evan, a lo largo de su vida. Hay una foto donde está con Mick, pero tiene ya unos años. Hay otra donde está con Slash, con Ringo Starr, con Frances, y una con Nikki Sixx. Son fotos a lo largo de los 21 años que desapareció, y me hace feliz poder verlas. Me molesta, porque casi antes de acabar de verlas, comienza a llover. Nos metemos rápido, y tenemos que convivir con los demás. Nos sentamos en uno de los sillones, a sólo unos dos metros de donde están jugando billar.
-Gracias por compartir esas y fotos conmigo. Son muy bonitas.- Se acerca un poco más a mi. Nuestras rodillas chocan. Sonríe.
-¿Sabes? He estado pensando en lo que dije Dave ayer en la noche...- Dice.
-¿Qué?-
-Dijo que seríamos los siguientes Kurt y Courtney... ¿No te gustaría?-
-No me gustaría ser como Courtney...-
-No ser como ellos, pero la pareja del rock que todos envidien.-
-Primero tenemos que ser parte del rock... Espera. Evan, ayer cantaste muy bien... ¿Por qué no te unes al proyecto "Crack Babies"-
-No me acaba de agradar ese Joe es muy... No se.- Me río.
-¿Muy qué?-
-Muy mala influencia...-
-¿Por qué?-
-Es todo un junkie.-
-Estás celoso.-
-¿Que? Claro que no...- Se sonroja. Me río y me acerco más a él. Tomo su cuello, y estamos a varios centímetros. Sonríe y mira mis labios. Una ola de nervio recorre mi cuerpo cuando veo que se acerca poco a poco. Estamos literalmente a dos centímetros, hasta que alguien sacude mis hombros, y me sobresalto. Los dos nos separamos de inmediato, y es mi hermana.
-¿Qué carajos?- Le digo molesta.
-Tu celular lleva sonando un rato...- Me lo entrega. Es Pepe, y hay ocho llamadas perdidas de el.
-¿Pepe?- Digo mirando a Evan.
-Tienes que venir por favor... Joe está muy mal.-
-¿Qué le pasa?-
-En realidad no lo sé... Me pidió que lo acompañara con su abuela, y algo raro le pasa. No sé a quién más recurrir. Eres nuestra única amiga...-
-Estoy un poco lejos, pero voy para allá. Tardaré un poco, trata de calmarlo y eso...-
Cuelgo la llamada, y miro a Evan.
-¿Qué pasa?- Dice un poco serio.
-No lo sé... Pepe me dijo que Joe está muy mal, y necesitan que vaya.-
-¿Vas a ir?-
-No los puedo dejar abandonados... Pero... ¿Por qué no me acompañas?-
Asiente, bajamos por las escaleras, y cuando estamos abajo, Kurt nos llama. Se ve mal, se ve triste y se ve cansado. Me pide que me siente, y me penetra con sus ojos. Suspira.
-No voy a hacerles un drama. Nos hemos quedado sin dinero. No tengo nada. Ni si quiera puedo seguir pagando la casa. Por eso estamos aquí, tendremos que hacer nuestras vidas aquí en lo que vendo mi alma o algo para ganar dinero.-
-Kurt no digas eso. Pero, acabas de sacar un disco. ¿Qué pasa?-
-Ojalá fuera tan fácil como sacar un disco, hacerte rico y no tener que preocuparse nunca más por el dinero. Pero no es así...-
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