Capitulo 23

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En este momento, no sé si soy un animal de circo o una persona. Me tienen en un cuarto frío, obscuro y lleno de humedad. Tengo un plato de agua, y uno con un pedazo de pollo que con sólo pensarlo me dan arcadas. Hay una ventana por la cual la gente me ve y parece indiferente. Quizás me he convertido en una zebra. Me han quitado el poco dinero que tenía y también mi jodida heroína, al igual que mi delgada camiseta y mis Converse. Es vergonzoso, es enfermo que toda esta gente me vea pudriéndome atrás de una reja en ropa interior. Me enferma. Me fijo en todas las personas que pasan. ¿Por qué me encerraron a mi? Todos nos vemos tan iguales, tan vulnerables, y es injusto. Nadie merece esto.
Me pregunto dónde estará Kurt. No lo he visto desde que vi como sacaban sangre de su rostro. Me pregunto si estará encerrado en otra habitación, o quizás lo han dejado, quizás lo han matado. La idea me revuelve el estómago.
Las personas se ven felices, y me llama la atención cuatro hombres que van encapuchados. Uno es especialmente alto... ¿Es Krist? Nadie en este jodido lugar es tan alto. Una punzada de emociones recorre mi pecho. Kurt está bien, está con ellos. Me levanto con las pocas fuerzas que me quedan y comienzo a golpear la ventana. Comienzo a gritar sus nombres, y algunas personas me gritan que me calle, pero ellos de inmediato se acercan. Dios, espero que esta pesadilla haya llegado a su fin. Kurt es el único que se quita el gorro, y me ve con esos diamantes azules que tiene por ojos. Me hacen una seña para que me tranquilice.
Krist toma una tabla del suelo y comienza a golpear la ventana, pero esta no hace más que reírse de nuestra miseria. No escucho lo que dicen, pero Evan y Krist se alejan y por instinto sé que van a buscar a uno de los hombres. Kurt sólo hace contacto visual conmigo, y hasta ese momento me doy cuenta que estoy hecha un océano de lágrimas.
Unos segundos eternos después, Krist y Evan regresan con el hombre de la maldita barba pelirroja enorme que me encerró aquí. Voltea a ver en todas direcciones, como si alguien fuera a atraparlo. Como si a alguien le importara que yo esté en esta jaula. Abre la pesada puerta de acero, y me deja en mi libertad. Por un instante sólo veo a Kurt, y jamás quiero volver a estar lejos de él. Krist se quita la chamarra y me la da. Se lo agradezco, porque es la chamarra más larga, y me cubre más. No decimos nada, quizás es porque los cinco estamos demasiado impresionados de esta situación. Quizás ya ha sido mucho sufrimiento para nosotros. Quizás solo queremos dormir y tocar la guitarra.
Nos subimos a la vieja camioneta de Krist. El conduce y yo voy a su lado. Dave, Kurt y Evan van atrás, más callados que nunca. Vamos a mitad de camino de regreso a casa, cuando Krist decide hablar.
-No somos libres.-
-¿Qué?- Dice Dave nervioso.
-Nos han pedido un concierto privado a cambio.- Kurt suelta una risotada.
-No se los daremos.- Dice serio.
-Kurt nos han amenazado a muerte, no sé qué piensas hacer.-
-Vámonos del país.-
-¿A dónde carajos piensas irte? Si huimos no podemos quedarnos en hoteles, y no tenemos forma de contactar gente en...- Kurt interrumpe a Krist.
-Cállate. María... ¿Dónde... Vive... Tu familia?- Se que no está seguro de esa pregunta.
-En Inglaterra, Kurt.-
-¿Y...?- Lo interrumpo.
-Si, si iré a vivir allá siempre y cuando ustedes estén conmigo.-
-Bueno, supongo que tendremos que ir a empacar.- Dice Kurt posando una de sus manos en mi hombro.
El ambiente es más relajado, pero sé que Krist está furioso, y tengo miedo de que algo extraño pueda pasar. Llegamos a la casa, y todos estamos especialmente callados. Necesito los abrazos cálidos de Kurt, pero no puedo. No en este momento. O tal vez si, y soy demasiado superficial como para admitirlo. Kurt me da una mochila negra, donde meto mis discos de Nirvana, alguna ropa que está sumamente sucia, y cosas como el suéter de Kurt y de Krist. Jamás entenderé cómo Kurt siempre resuelve este tipo de cosas tan rápido, pero ya tiene cinco boletos para Inglaterra esta tarde. Ya ha hablado con mis padres y todo, que aparentemente intercambiaron información el día del concierto. Han aceptado que nos quedemos con ellos, y se me revuelve el estómago al pensar en que regresaré a mi infancia con las personas más importantes de mi vida en este momento. Kurt me presta una mochila negra, en donde meto cosas como mis discos, ropa sucia y esas cosas. Evan me presta un par de Converse, y Kurt me promete que me comprará unos llegando. Ya está obscureciendo, y unos golpes en la puerta interrumpen mis pensamientos. No le doy mucha importancia, hasta que oigo como Kurt grita el nombre de Evan. Bajo corriendo, sólo para encontrarme al hombre d ELA barba roja atrapado por Krist y por Kurt. Evan se ríe mientras le pone un trapito en la cara, y este cae dormido. Veo horrorizada la escena, y no sé por qué me molesta que ellos hayan caído al mismo nivel. Kurt ya tiene mi mochila, y nos subimos al coche. De camino al aeropuerto, todos parecen un poco más alegres, y Bob Dylan está cantando en la radio. 
-Estás muy callada.- Dice de pronto Dave.
-¿Que? Ah... Lo siento.-
-Estás segura que...- Interrumpo a Kurt.
-De verdad que no quiero hablar del tema.- Todos guardan silencio.
Llegamos al aeropuerto, que nos mandará directo a Inglaterra. Hacemos todo el trámite de los papeles, equipaje, y esas cosas sin importancia. Al cabo de unas horas, estamos viajando hacia Inglaterra. Kurt está sentando a mi lado, y quiero gritarle muchas cosas, pero tengo que aguantar...

Hola, gracias por leer.❤️Estos capítulos están siendo muy cortos, pero creo que es mejor para por lo menos subir uno diario. Necesito su opinión, y no olviden comentar. Gracias!

Kurt Cobain está vivo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora