Despierto con un dolor de cabeza horrible, y también percibo un olor a alcohol en mi ropa espantoso. Son como las seis de la mañana... No recuerdo nada de lo que pasó anoche, absolutamente nada. Estoy sola en la habitación, y antes de hacer algo más, me meto a bañar en la jodida bañera gigante. Me pongo una camiseta de Nirvana y bajo a la sala, solo para encontrarme con toda mi familia y los chicos reunidos. Veo a Kurt, que se levanta en cuanto me ve y me entrega un vaso con agua espumosa.
-Tomate esto.-
-¿Qué es?-
-Tómalo.-
Le hago caso a Kurt, sé que jamás me haría daño. Me lo tomo, sabe asqueroso, y sé que es para la resaca. Pone una mano en mi espalda y me empuja para que vaya a sentarme con ellos. Antes de que alguien diga algo, ve mi camiseta.
-Quítate eso.- Dice serio.
-¿Qué? No.-
-Tenemos una buena y una mala noticia.- Dice tranquilo. Todos me ven con lastima.
-Empieza por la buena.-
-Mañana en la noche daremos un concierto.-
-¿Y la mala?-
-Hoy vas a tu primer día de clases.- Sonríe nervioso.
-¿Qué? No, no, no. No pienso regresar a una de esas cárceles, además, así estoy bien. Las escuelas ya empezaron, ya todos se conocen entre ellos y a la escuela. No Kurt.-
-Si, ya te inscribimos en una.-
-¿Cómo carajos siempre resuelves las cosas así de rápido?-
-No importa, el punto es que deberías recogerte el cabello y darle una oportunidad.-
-No. De verdad me niego.-
-María...-
-¡Kurt no! ¡De verdad que no!-
-Hey, tranquilízate y escúchame. No vas a dejar de estudiar, ni vas a dejar de tener amigos, porque mereces una vida normal, como cualquier otra persona de tu edad.-
-Soy feliz con lo que tengo ahora, de verdad.-
-Hazlo por mí. Dale una oportunidad, sólo ve y trata de hacer amigos. Llévate tu teléfono, estaré pendiente, puedes llamarme y voy por ti. Lo prometo.-
-Kurt no me hagas esto. Por favor.-
-Ven, vamos a peinarte.-
Me toma de la muñeca y noto como a mis padres les lastima que Kurt tenga más autoridad sobre mi, y que además me de el cariño que ellos no lograron en diez años. Kurt me lleva al baño de la sala, y frente al espejo, con sus manos comienza a "cepillar" mi cabello. Lo veo a través de, espejo, y de verdad estoy impresionada, se mantiene muy bien. No parece de su edad. Amarra mi cabello con una donita, que quién sabe de dónde saco, y me da una palmadita en el hombro.
-Vamos, entras a las siete.-
No digo nada más, la verdad es que la idea de ir a la escuela, me molesta, pero lo hago por Kurt.
Kurt maneja un cochecito que creo que es de mi hermano, y me deja en frente de una típica escuela, de esas donde los del equipo de fútbol son los guapos, las porristas sus novias, y todos tiene un casillero azul. Antes de bajarme, toma mi mano y me penetra con sus ojos.
-Todo va a salir bien. Seguro que conseguirás amigos.-
-¿Por qué? ¿Por qué van a saber que vivo contigo y entonces se juntaran conmigo por conveniencia y poder conocerte?-
-Deja de ser pesimista, ve. Estaré aquí para cuando salgas.-
No le digo nada más, solo suelto su mano y me bajo. No hago contacto visual con nadie, y trato de pasar lo más desapercibida posible.
Entro al que será mi salón, y me siento en una esquina. Veo como la gente va entrando poco a poco, y al parecer la primera clase es química. Pero no me libro de ser una incógnita, la maestra me pasa al frente y me hace decir mi nombre frente a todos. Algunos se susurran cosas entre ellos, y me incomoda. Regreso a mi asiento, y el chico que está sentado al lado de mi, me habla.
-Tu eres la amiga de Nirvana, ¿no?- Dice emocionado. No volteo a verlo.
-Si.- Digo fría.
-Que bien.- Dice como un idiota.
No hago nada en la clase, no entiendo nada, y estoy segura que todos aquí son unos idiotas. Así lo paso todo el rato, dibujando en la banca o pensando en estupideces.
En el receso, busco un árbol y me siento allí a esperar. Un grupo de chicos, unos años más grandes que yo, se me acercan sonriendo.
-Hola.- Dicen al unísono y se sientan frente a mi. No contesto.
-¿Cómo te llamas?- Dice un chico rubio con los ojos verdes.
-María...- Digo fría.
-Oh... Oye queríamos pedirte algo.- Sabía que esto pasaría. No contesto.
-¿Podrías pedirle a Kurt, a Cris y a Dave que firmen esto?- Me dan una camiseta de Nirvana, como la que traigo abajo del suéter de Kurt.
-Se llama Krist.- Aviento su camiseta muy lejos, y me voy de allí. Me dirijo hacia los baños, dónde podré estar sola. Pongo agua en mis manos, y la hecho en mi cara. Cuando levantó la vista para verme en el espejo, los chicos están atrás de mi.
-Se las vas a llevar.- Dice uno enojado.
-De verdad que no.-
-Hazlo, o te va a ir mal.- Pienso en Axl. Tomó la camiseta, y la echo al bote de basura.
Me miran con ojos de pistola, y uno me toma por el cuello, mientras otro golpea mis costillas con fuerza. Me dejan en el piso sin aire, y no me impresionaría tener una costilla rota. Sabía que sería una mala idea venir aquí. Saco mi teléfono, y ahí mismo, en el piso, llamo a Kurt. Contesta después del tercer tono.
-Ven por mi, por favor.-
-¿Qué pasa?-
-Dijiste que vendrías por mi.-
-Voy para allá.- Dice suspirando.
Unos minutos después, logro sentarme en el húmedo suelo de los baños. Aún me cuesta un poco de trabajo respirar, y las costillas me duelen de una manera asquerosa. Suena el timbre para entrar a clases, pero me quedo allí. Mi celular comienza a sonar, es Kurt.
-¿Dónde estás? Me dineros que no están en tu salón.-
-Estoy en los baños.-
-¿Puedes venir?-
-¿Puedes venir por mí?-
-Maria...-
-Deja de decir mi nombre con suspenso siempre que hago algo mal. Ven por mi.-
Me cuelga. Dos minutos después, o quizás un poco más, Kurt entra y me ve en el suelo.
-¿A ti qué te pasa? Ven, levántate.- Me extiende la mano, y lo intento, pero mis costillas duelen mucho, y trato de que él no lo note.
-¿Qué te pasa?- Dice mirándome extrañado.
-Ayúdame.- Se inca en el suelo y me ayuda a levantarme. Me recargo en su pecho cuando ya estamos de pie, pero toma mis mejillas con sus manos y con sus pulgares quita algunas lagrimas de mis mejillas.
-¿Sabes? No importa cuantas veces nos cambiemos de país, no importa cuánta gente cambiemos en nuestras vidas, Kurt. Las tragedias nos van a seguir.-
Abre la boca para decir algo, pero en eso entra una chica bastante más grande que yo y ve a Kurt con ojos de sorpresa. Suelta un grito de emoción, y se acerca corriendo a Kurt, aún que él no me suelta.
-¿Eres Kurt Cobain? ¡Si eres! ¡Esta mañana nos dijeron que la niñita que vive con el vendría aquí! ¿Podemos tomarnos una foto?- Dice gritando.
Kurt me mira, y me recarga contra los lavabos. Se toma una selfie con ella, aún que parece inexpresivo. Ella se va gritando, que Kurt está en el baño, y él solo niega con la cabeza. Me carga como si fuera un bebé, y sale lo más rápido que puede de allí. Varias personas lo saludan, parece que se causó un alboroto, el solo intercambia sonrisas falsas, y me sube en la parte de atrás del coche. Se sube rápido, y sale del estacionamiento de mi escuela.
-¿Qué te pasa?- Dice parando en un semáforo.
-No quiero seguir viniendo.-
-Ni si quiera estuviste un día completo.-
-Estuve lo suficiente como para saber que no quiero seguir allí.-
-Bien, vamos a hacer algo.- Vuelve a arrancar el coche.
-Tu vas una semana completa, y si de verdad dices que ya no, si no has conocido a nadie, te saco. Pero, te meto a otra.-
-Kurt cada vez me das más razones para odiarte y quererte.-
-¿Ya estás lista para el concierto de mañana?-
-¿Qué se supone que tengo que hacer?-
-Nada, tocar Cliffs of Dover y ayudarme en algunas canciones.-
-Extraño a Corey.- El se ríe.
-Pues vete a vivir con el. Seguro que él no te va a obligar a estudiar y va a llevarte a beber todas las noches.- Dice sarcástico. Yo me río.
-No, con ustedes estoy bien.-
-Voy a buscar una casa para nosotros. Tenemos que empezar nuestra propia vida.-
-¿Aquí en Inglaterra?-
-Si, ya he visto varios lugares que podrían estar muy bien. También ya estoy preparando los conciertos para España, Francia, Italia... Después nos iremos al otro lado del mundo a tocar en México, Brasil y aún tengo que ver dónde más podríamos.-
-Está muy bien. Estoy feliz por Nirvana.-
Llegamos a la casa, y se estaciona. A decir verdad, ya no me duelen tanto las costillas. Quizás fue más el susto que el golpe. O quizás me pone bien saber que Kurt está conmigo.
Krist está sentado en un sillón jugando al té con Camila, mi hermanita. Kurt y yo nos partimos de risa cuando vemos a Krist maquillado, además de que tiene un bolso rosa y un sombrero de dama. El nos ve y para hacer reír a mi hermanita, hace comentarios tontos sobre nosotros. Después, llega de la cocina Dave, que también está caracterizado como una bella dama, y eso acaba con Kurt y conmigo. Estamos en el piso partidos de risa.
Después de un rato, Kurt y yo nos calmamos y nos acercamos a ellos.
-Jueguen con nosotros. Hay suficiente té y galletas.-
-Me apunto.- Dice Kurt entusiasmado, poniéndose el sombrero de Krist. Me ven con esperanzas, pero niego.
-No. Jueguen ustedes. De todas formas, no me gusta el té.-
-No seas aguafiestas, ven a jugar. Tú puedes ser el mayordomo.-
-Si Kurt. ¿Espera? ¿Oíste eso? ¡Es mi cama llamándome! Tengo que retirarme.-
Me ruedan los ojos, pero no insisten más. Subo a mi habitación, y en el camino me encuentro a mi madre. Me pregunta cómo estuvo mi día en la escuela. Pero simplemente sigo mi paso son contestar. Al entrar, está Evan en mi cama dormido. Me da mucha ternura. Me siento en el borde de la cama, a su lado, y comienzo a acariciar su cabello. Unos minutos después, se despierta. Me sonríe, y se levanta de la cama para sentarse a mi lado.
-¿Qué opinas? Deberíamos ir a conocer este país.-
-Lo conozco muy bien.-
-No vas a quedarte encerrada todo el día en la casa.-
-Te recuerdo que Kurt me metió a la escuela.-
-Te recuerdo que a mí también.-
-¿Qué? ¿Por qué no fuiste?-
-No me metió a la misma que a ti. Quizás no te diste cuenta, pero atrás de la tuya hay una un poco más grande, bueno pues ahí me metió.-
-¿Sabe qué estás aquí?-
-Claro que no. Estaría colgado.-
-No me vuelvas a llamar floja.-
-No en serio, deberíamos salir.-
-No podemos, Kurt te va a ver.-
-Es en serio...-
-No. Ya se. Ven, acompáñame.-
Lo tomo de la muñeca y lo jalo hasta llegar a la sala, donde están jugando al té con mi hermanita aún. Cuando Kurt ve a Evan, su cara se torna a completo disgusto.
-¿Es en serio? Ninguno de los dos puede estar de vagabundo, váyanse a sus jodidas escuelas.-
-No nos van a dejar pasar.-
-Les juro que como no vayan, lo mandaré con Bruce... Que el si es malo para estas cosas.-
-Solo Kurt... Espera. Exijo que nos lleves, tú no, los tres, a una tienda de discos.-
-¿Puedo ir?- Dice Camila entusiasmada.
-No, es un viaje para grandes.- Digo con pena.
-¿Para grandes? Tú eres una mocosa, claro que puedes venir.- Le dice Kurt.
Krist y Dave se van a lavar la cara, y después los seis nos subimos al cochecito. Yo voy de copiloto, y Kurt maneja.
-¿En serio ahora me vas a cambiar por ella?- Le digo medio jugando medio en serio.
-Tu me vas a cambiar por Corey, ¿o no?-
Los dos reímos, aún que de verdad me dan celos. Creo que por fin las cosas van mejorando, creo que por fin los cinco estamos teniendo lo que merecemos. Y a pesar, de que estamos jodidos, nos tenemos el uno al otro, y eso es lo que importa. No quiero nada más si voy a tener a mi lado a Krist, a Kurt, a Dave, y a Evan...
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Kurt Cobain está vivo.
Acak¿Qué pasaría si Kurt Cobain siguiera vivo? ¿Qué pasaría si el secreto de que él sigue en este mundo, saliera al aire? ¿Qué pasaría si su música nos volviera a llenar?