(Extra) Joe, Joey, Jose.

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-Yo sólo voy de compañía, y ya me cansé. ¿Cómo le hacen para no cansarse?-
-Pues, supongo que es costumbre, o gusto.- Me dice Dave dándome a probar el pastel que hizo para nuestro regreso a Inglaterra. Todo fue muy rápido. Después de Francia, fuimos a Italia, España, Alemania y Portugal. Vamos a estar dos semanas aquí, y después iremos a América.
-Te quedó muy bueno Dave, vas mejorando.-
-Siempre he sido muy bueno.-
-Si, sobretodo con las ensaladas, ¿eh?- Se ríe.
En eso, suena el timbre de la casa. Es José, mi querido bajista, y un amigo que prometió traer que podría hacer de batería. Kurt y Dave ya están sentados en la sala, porque ahí vamos a comer. No nos gusta comer en la mesa, quién sabe por qué. Les abro, y les doy un cálido abrazo. Evan decidió que no estaría. Su amigo se llama Joe, y me da risa, porque uno es José, y el otro es Joe. Básicamente comemos alitas enchiladas y cerveza. Después, Kurt nos lleva al nuevo estudio de música, que es una habitación que yo no había visto desde que vivimos aquí. Hay una batería, un montón de guitarras, incluyendo la mía, la de Dave y la de Kurt. También hay varios bajos. Amplificadores, micrófonos, cajas con libros de partituras, en un librero todos nuestros discos, un bote con plumillas y cables y cables y cables. Kurt sacude mi cabello, y después nos deja a solas.
-En serio, necesito saber cómo llegaste a ellos.- Dice Joe. Tiene los ojos verdes, el cabello largo y obscuro y tiene unos diecisiete años.
-Pues, fueron a Canadá. Y no sé, Krist sólo me pidió alojamiento en mi casa y a mitad de la noche me enseñó una foto de Kurt y luego convencieron a mis padres para que me dejaran ir con ellos a Aberdeen y después, pasó todo esto.-
-Bueno, al parecer soy el único aquí sin historia que contar.- Dice José, que para no confundirme, decido llamarle Pepe. Se ríe, y me dice que soy una corriente, pero acepta.
-Pues, Joe, cuéntanos tu historia.-
-Aparentemente, todos los músicos tienen un hijo perdido.-
-¿Es en serio?-
-Así es.-
-Déjame adivinar. Paul Stanley, Paul McCartney, Bruce Dickinson, Bob Dylan...-
-No, nada que ver, ve más atrás.-
-Robert Plant, Axl Rose, Slash, Angus Young, Jimmy Page...-
-Ya, nunca vas a adivinar. Joey Ramone.- Escupo la cerveza que estaba bebiendo.
-Tienes que estar de coña.-
-Claro que no, mira esto.-
Me enseña una credencial con los apellidos de Joey. "Ross" y "Hyman". También me enseña varías fotos en su celular de el de bebé y un vídeo de Joey, ya bastante acabado, con él en sus brazos, diciendo lo orgulloso que estaba de cuidarlo y no tenerlo que mostrar al mundo.
-Pues, para festejar, tenemos que empezar con una canción de los Ramones.- Digo feliz.
Y eso hacemos. Tocamos "Cretin Family", "Spider-Man" y "Here Today, Gone Tomorrow." Después tocamos junto con Kurt, Krist y Dave, "Knockin' on Heavens Door", Smells Like Teen Spirit, y "I was made for loving you" de Kiss. Es un rato fantástico. A decir verdad, es genial. Los chicos se van, y nos quedamos solos.
-Entonces somos Crack Babies. Me gusta.- Dice Joe.
-Olvida eso un rato, sólo sigamos tocando.-
Tocamos lo que podemos de "Rocket Man", "God Save the Queen" y "Let it be", hasta que alguien simplemente llega, apaga la luz, arranca la guitarra de mis manos, uña escucho como la rompe poco a poco. Pepe no tarda en volver a prenderla, y cómo no, es Evan.
-¿Qué te pasa?- Le grita Joe molesto.
Avienta lo que queda de mi guitarra al suelo, y se acerca a mi.
-¿Por qué  me haces esto?-
-¿Hacerte que Evan?-
-Me estás traicionando.-
-¿Traicionarte en que? No haces más que pensar en ti mismo. Nunca estás más que cuando te conviene. Me has hecho mucho daño con palabras y actos, y Evan... En serio... Vete. Se lo que pasará después. Te voy a perdonar ahora y mañana me vas a llevar a cenar y me dirás que fuiste un estupido y... Ya. No más. Vete.-
En eso, entra Kurt. Y mira con ojos de pistola a Evan, y eso me hace sentir peor. Porque Kurt me trata mucho mejor y me da más cariño y cuidado que a Evan.
-¿Qué pasa aquí?-
-En serio, una Gibson y un corazón acaban de ser destrozados.- Contesta Pepe.
-Kurt... No te enojes...- Me interrumpe.
-Contigo no. No puede ser que estas cosas sigan pasando. Evan. En serio. ¿Tienes dieciséis o cinco años?-
-Es...- Kurt también lo interrumpe.
-Cállate y acompáñame. Déjalos solos.-
Y eso hacen. Los dos rubios salen de la habitación, y Joe se sienta a mi lado.
-Tienes cosas que contarnos.-
-Mi guitarra...- Digo melancólica.
-Vamos a hacer esto. Aún es temprano... Quizás encontremos una tienda abierta. Vamos a buscarte una nueva.-
-No tenemos dinero.-
-Tiene ventajas eso de ser hijo de Joey Ramone.-
-No voy a aceptar que me regales una guitarra.-
-Vamos, cuando se rompan mis baquetas, me regalas una.-
-No se compara una guitarra con unas baquetas, Joe.-
-No la hagas de tos, vamos ahora.-
-Kurt no me deja salir.- Digo tímida.
-Dios, deja de poner excusas y vamos carajo.-
Joey me carga, y me suelta hasta que llegamos con Kurt.
-Vamos a salir.- Dice decidido.
-No se separen en ningún maldito momento.-
-No, no importa. La cuidaremos bien.-
-¿A dónde van?- Evan nos ve serio.
-A alguna tienda de guitarras cercana Kurt.-
-No tarden.-
Kurt sacude mi esponjado cabello, y salimos a la calle. Nos subimos a un coche que está muy descuidado. Joey se sube de piloto, y Pepe atrás, dejándome a mi de copiloto.
-En serio, no sabes manejar ¿verdad?.- Digo riendo.
-Pues, no. Pero para eso hay licencias falsas, y si vemos un policía, lo esquivamos.-
-Ya, pongan música.-
Busco en la pequeña cajuela de la parte de adelante los discos que trae Joe, hay uno de The Clash, y ese pongo.
El camino es bastante corto y agradable. Es una tienda de guitarras que nunca había visto, y para mí maldita suerte, hay una Gibson, igual a la que Evan hizo pedazos hace unos minutos.
-En serio, no es normal encontrar una Gibson por 30 libras.- Dice Joe.
-El destino.-
-En realidad, no quiero ir a casa. Conozco un bar cerca de aquí y podríamos ir un rato.-
Eso hacemos. Le indico a Joe como llegar, y se burlan de mí cuando ven que hay puros hombres babeando en la barra.
-Yo pago esta noche. Necesito alcohol.- Digo un poco desesperada.
Eso hacemos toda la noche. Nos bebemos como dos botellas de un licor muy fuerte pero delicioso. Pasamos un rato genial. Nos conocemos, y la verdad es que son unos tipos increíbles. Cuando noto que son las tres de la madrugada, les digo que es hora de volver. En mi celular hay 27 llamadas perdidas de Kurt. La verdad es que la hora nos ayuda, porque Joe maneja sumamente mal, y más ahora que está muy tomado. Llegamos vivos a la casa, y se estaciona como puede. Toco el timbre de la casa, y sale Kurt despeinado. Sus ojos echan fuego, y se ve genial. Se acerca a mi y me abraza como loco.
-Oye, estoy bien.- Digo arrastrando las palabras.
-¿Estás tomada?-
-Si... Un poco... ¿Ves cómo no todo es tragedia?-
-Tienen suerte de estar vivos. Quédense esta noche, no están en condiciones de regresar a sus casas.-
Kurt nos acuesta como niños chiquitos. A mí me mete en mi cama. Pone unas cobijas en el suelo, y de un lado duerme a Pepe, y del otro a José. Y como siempre, tenía que pasar.
-Me debes una explicación.- Dice serio.
-Si señor.-
Sale del cuarto, y apaga la luz. Logró conciliar con el sueño...
Holaaa, este capítulo es un poco de sobra. Es para introducir a los nuevos personajes. Bueno, espero les guste. Y por cierto, felices fiestas. Espero que  estén muy bien y sean felices. ❤️

Kurt Cobain está vivo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora