Un concierto dedicado sólo a Kurt.

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"Lo he hecho, lo he vuelto hacer, y esta vez, no sé si habrá una salida. Soy un idiota, soy todo un imbécil. Estoy atrapado, y no encuentro la salida."

Es increíble cómo puedes perderlo todo de un instante a otro. Recuerdo las últimas palabras que me dijo. "Sabes que te queremos mucho"... Dios, lo extraño demasiado. Han pasado dos semanas desde que Kurt dijo que tardaría diez minutos y no regresó. Algo, dentro de mi, sabe que está con vida. O eso quiero creer.
Desde el día en que se fue, las cosas han ido de mal en peor. Mi problema con las drogas ha crecido demasiado. Dave no sale de casa en todo el día, y Krist llega en las noches tomado. Evan comparte mi problema, y somos todos en esta casa muy miserables sin el.
No sabemos cómo explicarlo a las personas. Ni si quiera sabemos si su ida ha sido intencional o lo han atrapado. Sólo sé que quiero a Kurt de regreso. Me he acostumbrado a estar con el, me he acostumbrado a sus brazos y su olor a pan. Si no regresa pronto, mi vida se irá por una coladera. No tolero ver a alguien que no sea Evan, Dave o Krist. Ninguno de ellos dos sabe de nuestro problema, y se han mostrado muy afectuosos.
En las noches no puedo dormir, y siempre voy a acurrucarme en los brazos de Dave o de Krist. Los escucho llorando cuando creen que me he dormido, y los cuatro compartimos un sufrimiento incontrolable por Kurt. Nunca había pasado por algo como esto.
Aberdeen es diferente sin Kurt. Es más triste, es más deprimente, es como una puta jaula sin salida. La semana pasada vino Bruce, y cuando Krist le contó, los dos regresaron tambaleándose y se quedó tres días, hasta que su resaca pasó.
Paso casi todo el día en la habitación de Kurt, mirando el techo, percibiendo el poco olor que queda de él en su cama. Estoy acurrucada con su cobija, y algunas lagrimas corren por mis ojos. Necesito a ese hombre en mi vida. Pero no puedo seguir así, no puedo. Necesito seguir adelante, y moverme y encontrarlo, donde quiera que esté.
Me levanto y bajo por las escaleras. Krist está sentado en la sala, y se ve terriblemente mal. Todos nos vemos mal. Me hace una seña para que me acerque y me siente.
-Al parecer Kurt había planeado un concierto para hoy...-
-¿Qué? ¿Cómo lo sabes?-
-Mira Twitter, Facebook, mucha gente dice que ya no esperan...-
-Lo siento Krist, pero yo no pienso asistir a un concierto sin el.-
-Tenemos que ir y decirle a las personas que Kurt desapareció.-
-¿Estás loco? Nadie nos va a creer, curiosamente acaba de aparecer vivo porque fingió su suicidio. Si decimos que desapareció todos nos van a mandar a la mierda...-
-Ya lo sé, María. Pero igualmente hay que hacerlo.-
-Está bien... Pensaba salir... ¿A qué hora es?-
-Tenemos que irnos ya...-
Al cabo de unos minutos estamos en el único y pequeñísimo foro de Aberdeen, habrá unas cinco mil personas. Evan y yo nos quedamos en la parte de atrás, escuchando el discurso de Dave y Krist. Evan me abraza con fuerza. La gente presta mucha atención.
-No sabemos por dónde empezar... Como saben... Todo lo de Kurt fue una mentira. Siempre estuvo vivo. Todos los días nos hacía reír y nos tocaba canciones. Y bueno, subió ese vídeo para que todos ustedes vieran que seguía aquí... Pero... Cuando regresamos de Nueva York, yo salí a comer con María, así que no estuvimos... Pero Dave y Evan estaban con el...- Krist empieza a llorar y le da el micrófono a Dave. Es una escena realmente desgarradora.
-Nos dijo que saldría a comprar cigarrillos, que no tardaría mucho. Y no regresó... Llevamos dos semanas sin saber nada, les suplicamos que si lo ven, nos informen. Y nosotros también los mantendremos informados. Habrá unos que digan que esto es para hacernos más comerciales, pero no es así. Está en ustedes creernos, y esperamos contar con su apoyo. Gracias por entendernos, y por venir. Hasta pronto...-
El murmullo de la gente inunda mis oídos, y posó mi cabeza sobre el pecho de Evan mientras trato de no llorar. Dave y Krist regresan con nosotros, y nos hacen una seña para que nos vayamos. De regreso escuchamos "Sheena is a punk rocker" de Ramones, y me recuerda a Kurt, así que de un golpe apago el radio. Necesito a Kurt, lo necesito para vivir.
Nos bajamos de la camioneta y nos estacionamos en frente de la casa, que tiene aspecto de estar embrujada. Les anuncio a los chicos que voy a salir, y ellos me ruegan que tenga muchísimo cuidado. Ya es de noche, y caminó hasta el mercado en donde he estado gastado mi dinero todos estos días. Pasó al pequeño puesto de ese hombre. Es alto, tiene una barba que le llega al abdomen y sus ojos son cafés. Él me ha estado vendiendo todo. Le pago lo mismo de siempre, es lo último que me queda de dinero y él me da las tres jeringas que quedan. Las meto rápidamente por adentro de mi chamarra. Y cuando me volteo para salir, me encuentro con esos diamantes que he extrañado tanto. Veo al hombre que me ha hecho estas dos semanas imposibles, veo a Kurt, y él me ha visto a mi. Me quedo boquiabierta, y él me ve con el ceño fruncido, pero también ve al hombre de la barba. Corro hacia sus brazos, pero él me empuja fríamente y avanza hacia el hombre, sin si quiera voltearme a ver. Su acción hace que se me caiga el alma a los pies y que quiera morirme. Con la vista nublada, escucho toda la conversación.
-Esas admiradoras.- Dice el hombre de la barba.
-Lo sé. De verdad que uno las aguanto.- Contesta Kurt.
Hace que me de un dolor en el pecho y, sólo quiero desaparecer. No puedo creerlo, esto no tiene que estar pasando. Salgo temblorosa de la tienda y estoy hecha un mar de lágrimas. Me quedo a unos metros de la tienda, apoyada sobre un poste de luz, tratando de hacer que mi mente funcione y mis piernas caminen. Paso ahí un rato, y la gente me ve con lástima.
De pronto, siento como alguien toma mi brazo y me jala con fuerza. Volteo de inmediato, y al ver que es Kurt, una puñalada de dolor recorre mi cuerpo.
-Suéltame.- Digo con lo que creo que es un grito.
Me lleva a rastras hasta un callejón vacío, y trato de soltarme, pero es mucho más fuerte que yo. Me acerca a él, y toma mis dos muñecas.
-Hey. Hey, escúchame. Tranquilízate ya.- Dice y me envuelve en sus brazos. Trato de resistirme, pero no puedo resistirme a algo como los abrazos de Kurt. Lo he extrañado mucho, y ahora está aquí. Me abraza con muchísima fuerza, y yo a él, tanto que tiene que recargarse contra la pared para no caer al suelo. Estoy llorando desconsoladamente, y noto como el también tiene algunas lagrimas corriendo por su rostro. Mi cabeza está hundida en su pecho, y él tiene su cabeza hundida en mi cabello. Como lo he extrañado, lo necesitaba. Estamos así un largo, largo rato. Y después comienza a acariciar mi cabello, aún que aún sigue abrazándome.
-No nos pueden escuchar, tienes que calmarte.- Dice en mi oído.
-Estás bien... Ven conmigo, tenemos que regresar, Kurt, por favor.- Digo sollozando.
-No puedo, pequeña no puedo. Tienes que irte.- Lo abrazo más.
-No iré a ningún lado sin ti.-
-Hey, escúchame. María por favor. No es seguro. No puedo regresar.-
-¿Por qué no...?- Un grito me interrumpe.
-Ya decía que me sonaba su maldita cara. No es tu jodida admiradora. Es tu nueva hijita, ¿no?- Dice el hombre de la barba.
Kurt me cubre aún más con sus brazos, y con su mano aprieta suavemente mi cabeza contra su pecho.
-No le hagas nada, déjala ir.- Dice Kurt suplicante.
-¡Ya tenemos postre!- Grita el hombre riendo.
Llegan otros hombres con el mismo aspecto, y me separan de Kurt. El hace todo su esfuerzo por no soltarme, pero ellos ganas. Grito su nombre mientras veo cómo golpean su perfecto rostro, y siento cómo todo se va desmoronando dentro de mi... Lo tienen atrapado aquí. Por eso no ha regresado, y pensar que llegó porque de nuevo ha caído en drogas, me duele aún más. Un hombre me grita que me calle, y al ver que no hago caso, me pone un trapo en la cara...

Holaaa, díganme si les está gustando. Voy a empezar subir capítulos más cortos, siento que es mejor, jaja. Gracias por leer, comenten mucho.

Kurt Cobain está vivo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora