Un abrazo de Kurt Cobain.

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Paso el resto de la tarde practicando con mi nueva guitarra y de vez en cuando alguno de los chicos viene a observarme. A las cuatro de la tarde en punto, voy a mi cuarto, donde Evan sigue dormido. Me visto con lo mismo que traía puesto, sólo que encima el suéter de Kurt. Toco un rato más mientras veo dormir a Evan.
Al cabo de unos minutos más, ya estamos todos en el coche. Yo voy de copiloto, y Krist maneja. Ellos se arreglaron como si fueran a alguna boda...
-Estás muy callada.- Comenta serio.
-Estoy muy nerviosa.-
-Tranquilízate, tú no mires a nadie que no seamos nosotros, así imaginarás que estás tocando sólo para nosotros y no para diez mil personas.-
-¿Qué pasa si lo hago mal?-
-Lo vas a hacer bien, confío en ti.-
El resto del camino estamos en silencio, y en poco tiempo estamos en el estudio. Bruce es el único que está, y me saluda muy amablemente, al igual que a los chicos.
-¿Estás lista?- Me pregunta emocionado.
-Creo que si.-
-Bien, el concierto empieza a las siete, tenemos dos horas y el auditorio está a una de aquí.-
-Okey...- Trato de disimular mis nervios.
-Ah, y ustedes, en la apertura pueden estar en la primera fila del público y cuando acabe pueden los cinco pasar a camerinos para que se queden a ver el concierto entero.-
-Eso imaginaba.- Dice Kurt sonriendo.
-Pues así las cosas, vámonos ya.-
Salimos por una puerta trasera a un camión de viajes. Me siento al lado de Bruce y atrás de mi va mi guitarra junto a Kurt. No siento la misma confianza con Bruce que con Kurt, pero aun así es una persona muy agradable y risueña. Me da consejos y me dice las cosas que tengo que hacer en el escenario.
Cuando llegamos, me siento intimidada por el tamaño del auditorio y la cantidad de personas que vendrán. Es emocionante. No he hablado con Evan desde que se durmió, y d eres en cuando me dedica lo que creo que si se sonrisas, pero, tengo que escuchar todo lo que Bruce me diga. Entramos por una puerta y cuando me doy cuenta ya estamos en el escenario. Bruce me da un recorrido por el lugar, y después me presenta con los demás chicos de Iron Maiden, es como un sueño. Me deja casi casi encerrada en un cuarto para que practique sin interrupciones. Empiezo a oír cómo la gente va entrando, y cómo van montando el escenario...
Cuando llega la hora, todos los chicos de Iron Maiden me desean buena suerte. Krist me da un cálido abrazo y me dice que brillaré. Dave me levanta del suelo y da vueltas conmigo en sus brazos mientras me dice que todo estará bien. Cuando llego con Kurt, me mira serio y sus ojos reflejan un brillo que jamás había visto. Me toma por los hombros, y se agacha un poco para ponerse a mi altura. Acerca su cara a la mía, y cuando nuestras narices están casi juntas, parpadea y sus ojos brillan de una manera excepcional.
-Escúchame bien. Tienes que confiar en ti misma, tienes que ser tú misma. No sé qué te haya dicho Bruce, pero lo único que tienes que hacer allá arriba es ser tú misma y tocar para ti. No toques ni para nosotros, ni para ellos, ni para el público. Toca para ti. Esta es tu noche. Corre.- Su aliento huele a menta.
Lo miro por unos segundos más, después asiento y él se aleja. Me hace una seña para que salga al escenario, y busco a Evan con la mirada, pero no está en ningún lado, y eso me desconcierta un poco, ya que ahora es cuando más necesito su apoyo. Bruce me pone una mano en mi espalda y los dos salimos al escenario... Con la otra mano saluda al público, que ruge y aplaude. Las luces me deslumbran, los aplausos me ahogan y la multitud me ciega. Aún que sé que todo esto es por Bruce, no evito no emocionarme. Bruce dice unas palabras, me presenta y me susurra algo en el oído que no logró captar. Cuando me doy cuenta, estoy sola en el escenario, y miles de miradas están encima de mi, esperando a que haga algo. Por un momento me quedo boquiabierta, tratando de caer en cuenta por lo que estoy pasando en este momento. El sonido de una batería en la parte de atrás me hace reaccionar, y volteo de inmediato. No tengo idea quien está en la batería, pero ,e hace una seña para que comencemos. Tomo el mango de mi guitarra y pongo una plumilla negra sobre la sexta cuerda, por un momento temo olvidar como va la canción. Pero comienzo. Comienzo a tocar para el público, dependiendo de ellos y no de mi, pero escucho lo que estoy haciendo. Y está mal. Pido una disculpa al público, aún que soy la única que la escucha y vuelvo a comenzar. Cierro los ojos, y sólo dejó que mis dedos y mis manos sientan la guitarra y hagan su magia en ella...
Cliffs of Dover. Una obra de arte en la guitarra...
Cuando acabo y vuelvo a abrir los ojos, los aplausos me comen, y son aplausos para mí. Para mí. Se siente muy bien, y siento la buena energía y positividad de las personas. Les doy las gracias, y cuando me decido a darme la vuelta para salir del escenario, Kurt viene corriendo hacia mi. Me quita la guitarra, la deja en el piso, y como si fuera el fin del mundo, me abraza. Me abraza con mucha fuerza mientras me susurra lo maravilloso que fue. Entierro mi cabeza en su pecho y escucho como la gente recupera el aplauso al ver la escena. Aún que ellos no tengan ni idea de que este hombre es Kurt Cobain. Cuando Kurt se separa de mi, me sonríe y me dice que me despida del público, pero se queda a mi lado, abrazándome por los hombros.
Una cara conocida me llama la atención en la primera fila. Donde la gente está a sólo unos metros de mi. Y el alma se me cae al suelo. Es mi familia. Pero no mi familia adoptiva, no los que me prohibieron quedarme en Aberdeen con Kurt, Krist y Dave. Es mi familia de verdad.
Mi verdadera madre. Mi verdadero padre. Mis verdaderos hermanos. Los que me abandonaron hace un año.
Y Evan está evitándoles el paso, está discutiendo con ellos, y puedo ver que está realmente enojado. Cuando Kurt ve que no me muevo, me da unos empujones, y juntos salimos del escenario. Cuando estamos en los camerinos, me dejo caer al suelo. Como si una pesa gigante me cayera encima. Es increíble. La familia que me abandonó por ser un fracaso, está el día de hoy aquí, el día en el que he logrado algo grande y maravilloso. Dios siento tanto odio por ellos, es mucho. Mi vista se nubla un poco y empiezo a golpear mi cabeza para calmarme. Alguien toma mis brazos, y me grita, pero tardó en reaccionar.
-¿¡Qué pasa?!- Me grita Krist sacudiéndome. No le contesto.
-Levántate.- Me dice jalándome del piso. Lo miro boquiabierta y noto que está preocupado.
-¿Qué pasa?- Dice Kurt acercándose. Este hombre salvó mi vida.
-¡María habla!- Me dice Krist levantando la voz. Bruce también me ve preocupado, pero él tiene que salir a cantar y dar el espectáculo de esta noche.
-Kurt... Krist... Mi familia está... aquí...- Mi voz suena diferente. Estoy mareada.
-María ya lo sabías, te lo dijimos. Te dijimos que vendrían- Dice Kurt calmado.
-¡NO KURT! ¡MI FAMILIA! ¡LA FAMILIA QUE ME ABANDONÓ.- Las lagrimas comienzan a salir por mis ojos y trato de irme, pero los dos me detienen.
-No dejes que te arruinen este día.- Kurt susurra.
-Evan ni si quiera se molestó en estar aquí.- Suelto un sollozo.
-María...- Dice Krist con un poco de lástima. Entre los dos me sientan en un sillón y me dan una botella de agua. Kurt se sienta a mi lado y Krist en frente, en otro sillón. Estoy más tranquila, pero algunas lagrimas siguen saliendo y el shock sigue presente.
-Estuviste increíble.- Me dice Kurt una vez más. Volteo a verlo, y me da igual lo que piensen, pero me acerco más a él y me acurruco en su hombro. Solía acurrucarme de esta forma en mis padres hace ya unos años. Kurt me rodea con su hombro. Y es que esto es lo que las necesito.
Un tutor si así se puede llamar. Alguien que no me desaliente, sino alguien que me apoye, alguien que haga que tenga ganas de seguir con todo. Y es increíble que en menos de una semana, Kurt es la persona que más me ha apoyado en toda mi vida. Krist comienza a decirme cosas muy buenas de mi canción, pero el sonido de la puerta abriéndose de golpe lo interrumpe. Es Evan. Tiene cara de preocupación y está despeinado. Cuando lo veo se me hace un nudo en el pecho, y es que me duele que no haya estado en ese momento. Dios de verdad no me hubiera importado tener que ver a mi familia cara a cara con tal de que él hubiera estado sonriéndome, mirándome o abrazándome al igual que Kurt y Krist. Pero en vez de eso se quedó allí, empujando y discutiendo.
-Evan quizás no es el mejor momento...- Le dice Kurt, pero lo interrumpe. Se sienta a mi otro lado.
-Lo siento, lo siento María, lo siento.- Aquí hay mucho sentimentalismo. Pero no puedo evitar no tener los sentimientos en la punta de la piel en esta etapa de mi vida.
-¿Dónde estabas?- Digo con la voz un poco rota.
-Yo... Llegó Víctor y...- Se rasca la frente.
-¿Victor que?- Kurt me aprieta el hombro para que me relaje, a pesar de que sigo acurrucada en el.
-El llegó diez minutos antes de que salieras y... Dave y yo fuimos a ver que estaba pasando porque afuera había fuego literalmente y vimos que venía con unas personas que aseguran ser tu familia y así que los queríamos sacar y... Cuando quisimos entrar los hijos de puta no nos dejaron pasar así que todos quedamos juntos allá abajo, y te juro, te juro por el amor que te tengo que yo era parte del público, con los aplausos y los gritos hasta que tu supuesto padre me golpeó el ojo diciendo que no era nadie para aplaudirte.- Su voz suena suplicante y su historia es convincente. Pero cuando voy a decir algo, la puerta se vuelve a abrir. Es mi padre, mi madre, mis hermanos y Víctor. ¿Por qué él tiene que estar en todo? Todos nos quedamos boquiabiertos.
-Son ellos.- Me dice Evan. Suplicando.
-Ellos son mi verdadera familia, Evan.- Digo casi al borde de las lágrimas. Kurt me aprieta más contra el, y mi madre se acerca poco a poco a mi, hasta estar en frente mío.
-Hija...- Dice aparentemente contenta. -Te hemos extrañado.-
-Lárguense de aquí.- Digo en un sollozo. No puedo aguantar el mar de lágrimas que quiere salir de mis ojos. Krist se levanta de su asiento.
-Será mejor que se vayan, o tendré que pedirle a seguridad que venga por ustedes.-
Mi madre suelta una risotada.
-¿Y por qué María está aquí? No tiene ni el talento, ni la actitud, ni la belleza para estar en un escenario.- Dice burlona. Sus palabras no paran de afectarme y hacerme que me sienta mal conmigo misma. Kurt se levanta de dónde estamos, apartándome su calor y su protección. Se para en frente de mi madre.
-Escúcheme bien señora. Será mejor que se vaya en este momento de aquí.-
-¿Y tú quién eres? ¿El pobre vago que secuestró a mi hija?- Dice mi padre. Esto es increíble. Trato de parar las lagrimas, pero es difícil. Evan se acerca un poco más a mi, y con su dedo índice seca mis lágrimas. Tiene el ojo un poco morado y su mirada está llena de tristeza e ira. Es muy hermoso. Me encantan los chinos rubios que caen sobre su frente, me encanta la forma en la que me mira y sus ojos cafés, profundos como el universo. Por un momento me olvido de la pelea que hay en mis ojos. Víctor sólo se ríe de la escena desde la parte de atrás de los camerinos.
-Perdóname. Por favor. No quiero estar lejos de ti.- Dice Evan. Sonrío y asiento, y con una de mis manos juego con un chino rebelde que tapa parte de su ojo.
-¿Dónde está Dave?- Le pregunto a Evan. La sonrisa se borra de su rostro y se pone más pálido de lo que ya es.
-Hirieron a Dave. Dijo que esperaría en un taxi...-
-¿Qué? ¿Está grave?-
-No lo sé. No quiso enseñarme... El sólo dijo que esperaría...-
Me levanto de golpe del sillón en el que estoy e interrumpo la pelea de Krist y Kurt con mis padre.
-¡Dave está herido, está afuera esperando!- Kurt se me queda viendo primero con el ceño fruncido, pero después parece que la noticia le cae de golpe...
Dios santo, a pesar de que estos han sido los mejores días de mi vida, no ha parado de haber incidentes como este. Yo solo espero que mi familia se vaya, que entre Evan y yo pase algo grande, que Kurt y Krist sigan siendo ellos mismos, sigan tocando conmigo y sigan apoyándome en la forma en la que lo hacen, y que Dave esté bien. Dave Dave Dave...

Kurt Cobain está vivo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora