Mi dolor de cabeza era tan fuerte, que por un momento llegué a pensar que sería la consecuencia de una noche de borrachera, pero yo no bebía, no había bebido nunca, pese a que había salido tantas veces de fiesta y todos mis amigos si lo habían hecho. Así que aquello quedó completamente descartado.
Aún con los ojos cerrados me llevé las manos a la cabeza, oprimiéndola con el único objetivo de intentar que el dolor se disipara. Me removí en la cama, intentando encontrar una postura lo suficientemente cómoda que me permitiera seguir durmiendo. Me sentía extraña, me sentía tan incómoda en mi cama, en mi amado colchón blando.
—¿Qué mierda?
Me encontraba dentro de una tienda de lona verde, pequeña, que olía a desinfectante y a las hierbas que utilizaba la abuela cuando era pequeña.
La ''puerta'' se abrió, y por ella entró alguien.
—¿S-Sakura?
Un bombardeo de imágenes se estrelló contra mi mente. Desde el accidente de autobús, que me provocó arcadas al pensar qué había pasado, hasta mi aparición en ese ''mundo'', acompañada de mi falta de memoria. Todos los sucesos hasta aquel entonces aparecieron ante mi retina. Tanta fue la impresión y el golpe, que me removí en la cama asustada, tanto, que caí de ésta y choqué contra el suelo estrepitosamente, y aunque una fuerte oleada de dolor barrió mi cuerpo, retrocedí gateando cuando la chica de pelo rosa se acercó a mi alarmada.
—¡No te acerques! —grité, llorando.
Me sentía fuera de lugar, tan aturdida y perdida, que me llevé las manos a la boca para parar una arcada.
—¡Ayaka!
Grité enfadada cuando dijo ese nombre, y negué repetidas veces. ¿Había muerto? Probablemente. Lo recordaba, recordaba la sangrienta escena en el autobús, cuando abrí los ojos por apenas unos segundos y vi a mis compañeros moribundos, y la gran mayoría, muertos de maneras terribles, de fondo, las ambulancias, llantos y ajetreo de los equipos de rescate. Sollocé durante unos segundos, gimiendo por el dolor que sentía, pues un largo hierro había atravesado mi costado, y tenía dificultad para respirar, pues la sangre brotaba de mi boca y no tenía fuerza para escupirla. Antes de sumirme en la oscuridad, supe que alguien me había encontrado, pero caí en la inconsciencia, o la muerte.
Lo único lógico de todo eso era pensar que estaba en coma, o algo similar, y todo aquello era sólo un sueño del que tarde o temprano despertaría. Entonces, vería a mis padres, también a Leyla, y cuando le explicara esa paranoia, se reiría de mi, y yo me uniría a ella.
La chica salió de la tienda de campaña. Sobre una caja que servía de manera improvisada de mesa había unas tijeras. Sin dudarlo, e ignorando que me dolía todo, salté sobre la cama y las agarré entre mis manos. No lo dudé demasiado cuando las estrellé contra mi ante brazo izquierdo, si era un sueño, no me dolería.
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La otra realidad |Naruto| C O M P L E T A
أدب الهواةQuien creía ser normal, acabó en un mundo lleno de locuras. Simplemente, otra realidad. C O M P L E T A