Dejo que sus ojos se cerraran lentamente, disfrutando de las caricias que le brindaba Zayn sobre su espalda y brazo. ¿Acaso podía ser más perfecto este momento? No podía ser más feliz en esos momentos. Pero algo seguía atormentándola. O más bien, alguien. Perrie Edwards. Tan solo con su presencia lograba ponerla tensa e insegura. Se sentía muy poca cosa a su lado. No pudo evitar sentirse así. De cierto modo, siempre había sido de esas chicas que no tenían el autoestima tan alto, siempre cabizbaja, tratando de pasar desapercibida. Había sido pisoteada a principios de la secundaria por las chicas que se sentían superiores a ella, pero después se había dicho que no se dejaría de aquellas personas. Y así fue. Se defendía a más no poder, pero en el fondo… siempre se encontraba esa pisca de nervios, inseguridad y temor en ella. Tenía que cambiar eso si no quería que a causa de eso, las cosas con Zayn se complicaran.
Soltó un largo suspiro y se acomodo bien entre los brazos de su novio.
— ¿En qué piensas? — pregunto Zayn mirando a Lyla. Esta levanto la vista hacia él y se encontró con sus hermosos ojos almendrados muy cerca de los suyos. Por un momento lo que iba a decir se le escapo de la mente y únicamente se concentro en aquellos bellos ojos que la miraban con intensidad.
—Yo… en nada. — murmuro Lyla. No quería que él se enterara de que se sentía insegura. Mas estando Perrie tan cerca de Zayn. Era un temor demasiado grande, y tenía que dejar de hacerlo.
Pero el miedo no se iría. Seguiría presente en ella hasta que la rubia no desapareciera. Sabía que debía quitar esos pensamientos de su cabeza, pero le era inevitable no pensar en ello. Zayn era hombre… y en cualquier momento podría caer en los ‘encantos’ que Perrie pudiera tratar con él.
—Tengo miedo. — dijo Lyla de pronto y se sentó en la cama, deshaciendo el abrazo de Zayn.
— ¿A qué? — pregunto Zayn incorporándose junto a su novia.
—A… que me dejes por Perrie. — dijo Lyla, retomando la conversación que hace una hora habían tenido. — Yo… lo siento Zayn.
— ¿Por qué? ¿Por sentirte insegura? — Pregunto Zayn mirándola mientras ella mantenía cubierto su rostro con ambas manos— No tienes por qué estar así Lyla, ella quedo en el pasado. — quito con sumo cuidado las manos de ella, de su rostro y lo tomo entre sus manos haciendo que ella lo mirara. Podía ver en sus ojos cierta tristeza, y aquellas lágrimas acumuladas salir por estos, deslizándose rápidamente por sus mejillas. — Amor, no llores. — La tomo entre sus brazos y la coloco sobre su regazo mientras la abrazaba fuertemente. Lyla se aferro a su torso mientras escondía su rostro en su pecho, dejando que sus lágrimas mancharan la playera de Zayn. — Estas a punto de romperte con todo lo que escuchaste, no te asustes, no me voy a ir a ninguna parte. Tienes que ser tú, solo tú, la que me quite el sueño, la que, con solo una sonrisa, puede iluminar mi día. — Tomo una gran bocanada de aire, y siguió hablando — Me fascina mirarte. Mi sueño es tenerte, y que de mi vida formes parte hoy, mantengo la ilusión; quizá sea una locura y es que lo que siento por ti, es muy fuerte. — beso su sien y comenzó a acariciar su espalda con ternura — Son tus ojos, tu rostro y esa forma de ser las que día con día, me hacen enloquecer. Aun no lo puedo creer, el sentimiento va aumentando; me has robado el aliento y si es posible lo gritare a los cuatro vientos. En mi corazón y en mis pensamientos, siempre estas tu. De tus ojos y tu forma de ser, me he enamorado. Contigo es con quien quiero estar. — Limpio con uno de sus pulgares, una solitaria lagrima que recorría la mejilla de su novia — Tu mirada me enloque y me pongo a temblar, y es que, siempre que pienso en ti, no dejo de suspirar; me ilumina el cielo poder estar contigo. Eres la dueña de mi alma, eres quien me hace feliz; quiero entregarte mi vida, mi ser; quiero entregarte mi amor, a ti, hermosa mujer. Es que solo pienso en ti, a diario, todo el tiempo. — susurro Zayn sobre el oído de Lyla, haciéndola estremecer y sacarle sonrisas y suspiros. — No temas… que no me iré a ninguna parte sin ti. No te dejare amor, siempre estaré contigo.
—No hagas promesas… — pidió Lyla. — Solo… quédate conmigo hasta el día en que dejes de quererme. Cuando dejes de hacerlo… dímelo claramente ¿sí?
—Eso no pasara. No dejare de quererte cariño, eres alguien muy especial.
— ¿Cómo estas tan seguro?
—Porque sería muy difícil encontrar a alguien mejor que tu. Ahora… tú eres mi vida. — La tomo del mentón y con delicadeza, poso sus labios sobre los de ella. — Ahora… ¿te ha quedado claro todo lo que me gusta de ti… y mucho más? He respondido a tu pregunta ya.
—Entonces… ¿estás enamorado de mí? — pregunto Lyla incrédula, sin poder creerlo.
—Si… No quería decirlo ya, porque es muy pronto. Solo llevamos unos días de ser novios pero… Yo — de pronto comenzó a balbucear Zayn — Te amo.
—Oh, Zayn — no podía evitarlo. Era muy sentimental. Pronto sintió como miles de lágrimas salían de sus ojos, pero ahora eran de emoción y felicidad. — también te amo. Comencé a hacerlo desde unos meses atrás. — Se colgó de su cuello y planto un gran beso sobre los exquisitos labios de su novio. Lo adoraba. Adoraba su forma de ser, su ternura, su encanto. Simplemente todo de él era perfecto.