Alec miró por la ventanilla una última vez.
Estaban en el avión, volviéndo a New York. Alec tenía ganas de ver a Jace, a Izzy y a todos los demás, pero le daba pena dejar Perú. Le había encantado el país, y aún más pasar todo ese tiempo con Magnus. Aún así, estaba deseando llegar y comenzar a preparar la boda... Su boda. Con Magnus.
El brujo dormía, con la cabeza apoyada en el respaldo de la silla. El nefilim lo contempló. Pocas veces tenía Alec la opción de ver a Magnus así, ya que normalmente el primero en dormirse siempre era él.
Alec suspiró, y le apartó con suavidad un mechón del rostro. Era comprensible que Magnus estuviese dormido. Aquella mañana, ambos se habían levantado pronto, pues el avión despegaba a a la madrugada. Alec, en cambio, no podía conciliar el sueño. Estaba nervioso, felíz. No sabía que esperar de la boda, y tampoco sabía como agradecerle a Magnus la hermosa declaración dr la moche anterior, cuando le había pedido matrimonio.
Nervioso, sacó su movil y entró en el WhatsApp.
"Yo: Hey Izz
Izzy: Dime Alec :v
Yo: Quería regalarle algo a Magnus, por la declaración y eso. Pero no se el que :/
Izzy: JAJAJAJA
Yo: ¿De qué te ries?
Izzy: Hay, Alec... Eres único xD. Él se ha declarado porque ha querido, no se lo tienes que agradecer xD
Yo: Eh... pero... Yo quería... :c
Izzy: Okay, está bien. Escríbele una carta, eso valdrá. Bueno, tengo que cazar demonios. Bye <3
Yo: Va, un beso. Gracias ;)
Alec se desconectó, y apagó el telefono. Una carta... Bien, vale. Él no era bueno con las palabras, nunca lo había sido; pero por otra parte, ya era hora de que Magnus supiese hasta que punto era importante en la vida de Alec.
Se levantó del asiento y cogió su maleta. La abrió, y con cuidado, sacó de ella un coaderno y un boli. Siempre llevava algo para apuntar pequeños datos.
Miró a la hoja en blanco que tenía delante, y luego miró a su mano. Nada. No era capáz de expresar lo qhe sentía. Frustrado, se revolvió el pelo.
Deseaba escribirle algo a Magnus, algo con lo que decírle lo que sentía, peo como siempre, le era imposible.
Se relajó, poco a poco. Trató de imaginarse como lo haría Magnus. Simplemente, lo diría. Sin más.
Alec buscó entre sus sentimientos, entre sus recuerdos. Encontró muchos relaccionados con el brujo.
La primera cita, el primer beso. Cuando aceptó delante de todo Idrís su homosexualidad, la mirada de sorpresa de Magnus cuando lo besó en Alacante. Los celos, las dudas... la ruptura.
Como al final, después de todo, los dos aceptaron que se amaban, que se necesitaban. El miedo en Edom, el miedo de que Magnus muriese, y el alivio al darse cuenta de que no era así. Como, después de todo, los dos seguían juntos.
Alec vertió toda su alma en aquella carta, sus sentimientos y emociones, como no había echo jamás. Al acabar, cerró los ojos, satisfecho. Guardo la hoja en la maleta de Magnus, entre su ropa. Sabía que el brujo no abriría la maleta hasta llegar a casa, y aquello era perfecto, ya que Alec quería ver su reacción ante la carta, pero sin nadie más mirándolos.
Suspiró de nuevo, y observó al brujo, sonriendo. Era gracioso, en realidad. Todas las primeras veces de Alec eran a causa de Magnus: El primer beso, la primera cita, su primer novio, la Primera Vez, la primera carta de amor que el nefilim jamás había escrito...
Felíz, besó la frente de Magnus con suavidad, y llamó a la azafata. Le pidió un té, y la mujer se lo trajo. Mientrad se calentaba las manos con la bebida, pensó en su vida, en la muerte de Max, en la sonrisa de Jace y la mitada de Izzy. Y en aquel momento comprendió que por muchos momentos duros que tuviera la vida, siempre te recompensaba de la manera más inesperada.
Con estos pensamientos en la mente, y serenidad en su corazón, Alec se quedó dormido.
Nuevo cap!
Solo quería comentaros que he publicado una historia Solangelo, por si quereís pasaros. (Algún semidiós presente? Yo soy hija de Apolo OwO)
Y como siempre, agradeceros vuestros increíbles comentarios.
Me alegraís el día muchas veces. Gracias :3
