Capitulo 4

8.6K 488 156
                                    

El delicioso olor a café que salía de la cocina despertó al Gran Brujo de Brooklying.
Sonrio, pues ya sabía lo que eso queria decir. Alec se encontraba en casa. Compró la maquina de café cuando empezó a salir con el nefilim, ya que al ojiazúl no le gustaba que robara cafés.

Ahora, cada vez que se quedaba a la noche, era una especie de pequeña ceremonia que celebraba el Cazador de Sombras todas las mañanas, para gozo de Magnus.

Alec entró en la habitación, llevando con él una bandeja con el desayuno, que le puso delante al brujo.

Magnus puso cara de disgusto, lo que a Alex le sentó fatal.

- ¿Que pasa, he herido tu honor masculino? - dijo Magnus soltando una carcajada.

- ¿No te gusta el desayuno? ¿Quieres alguna otra cosa? - dijo Alec preocupado. El Gran Brujo de Broockliyng sonrío traviesamente.

- ¿Si quiero alguna otra cosa?- ronroneo mordiendole el lobulo de la oreja. - Quiero desayunarte a tí.

Besó a Alec en la boca, y este ahogo un gemido, que hizo que Magnus sonriera.

◆◇◆◇◆◇◆◇◆◇◆◇◆◇◆◇◆◇◆◇◆◇◆◇◆◇◆

Alec se acomodó en brazos de Magnus.

El desayuno había quedado olvidado, y la bandeja con el café frío descansaba sobre la mesilla.

Los pantalones del nefilim estaban tirados de cualquier manera, como la camisa brillante y los pantalones de pijama del brujo.

- Lo mejor que he desayunado desde hace tiempo- dijo Magnus, haciendo que el pelinegro se sonrojara.

- Me siento halagado- dijo Alec volviendose para mirar a su novio.

Este último tenía el pelo desordenado, con restos de la brillantina de la noche anterior. Marcas recientes en su cuello demostraban lo que acababan de hacer.

Su pecho y plano abdomen sin ombligo también estaban cubiertos con purpurina, en este caso dorada. Se encontaba realmente sexy, a ojos del nefilim.

A Alec se le ocurrió pensar que si Magnus estaba cubierto de brillantina, el también lo estaría probablemente.

Momentaneamente preocupado, miró su cuerpo rápidamente. Ante aquel gesto, su literal novio brillante río.

- Tranquilo hombre duro, la brillantina y la purpurina te sientan realmente genial.

- Eso ya lo sé, pero preferiria seguir con mi propio estilo, gracias.

- ¿Te refieres a la de los horribles súeters agujereados que te pones? O sí, realmente es una moda maravillosa, crea tendencia.

- ¡Calla brujo extravagante! No te metas con mis súeters, son parte de mi identidad. - dijo Alec seriamente.

- Awww, que mono estás cuando te pones a hablar seriamente. Frunces rus cejas, realmente adorable... solo te falta un súeter.

A su pesar, Alec río. Se volvió a tumbar en brazos de Magnus, y cerró los ojos, con una sonrisa plasmada en su rostro. El brujo pensó que la cara del nefilim cambiaba rotalmente cuando sonreía, dándole un aspecto relajado, que contastaba con el Alec serio y taciturno que la mayoría conocía abitualmente.

Se sintío halagado de ser una de esas suertudas personas con las que podía relajarse y dejar de estar en tensión.

- Megnus, es bonito que quieras memorizarme y eso, pero una foto te duraría más. - interrumpió sus pensamientos el Cazador de Sombras.

- Cariño, no es por ofenderte, pedo en las fotos siempre sales serio... ¡Ah! ¡Ya sé lo que haremos! Un retrato. Realmente quedarias bien en un retrato, con tu elegante porte y seria cara.

- ¿Para acabar como Dorian Gray? No gracias. Ya tenemos bastante con un narcisista. Jace basta y sobra. - dijo Alec irónico.

- Piénsalo. Te tendría colgado en la pared del cuarto, mirándome... a todas horas. - dijo Magnus subiendo y bajando las cejas.

-¡Oh, por favor! Eso es muy trivial, me esperaba más clase de alguien como el Gran Brujo de Brooklyn. - susurró el ojiazúl, sonrojado.

Magnus se acercó a Alec cuidadosamente, y lo rodeó con sus brazos.

- No te me enfades, sé que en realidad adoras todo lo que te digo.

- Pfff, creído... - dijo Alec, aunque esta vez ríendo, y correspondió a su abrazo.

- Alec, cariño, hoy tengo trabajo. Tengo que mirara en el libro blanco, para buscar una manera de conseguir que Simon recupere su memoria, pero en cuanto acabe me ocuparé de tí.

- De acuerdo, además tengo que ir a cazar con Jace y Clary. Izzy me dijo que ella iba de compras, así que te enviaré un mensaje y quedamos luego.

- No era mi intención qhe te fueras...- Alec lo miro con diversión.

- ¡Deja de quejarte y a trabajar! Encima tendré que hacer las maletas, si vuelvo a vivir aquí...- Magnus lo miró con los ojos como platos - ...pero solo si tú me dejas, evidentemente.

- ¿Vivir con el hombre más apuesto que he conocído, vivir con la persona a la que amo y que me prepara cafés? Definitivamente, sí.

Alec lo besó con ternura,y en aquél beso se lo dijo todo.

El joven se levantó, buscando su ropa entre el desastre que tenía Magnus por habitación, y se vistió, mientras que su novio lo miraba con una taza de café en la que ponía: Mis echizos son mejores que los de Dumbledore.

Cuando el nefilim encontró al fin su ropa, salió de la habitación, hacia la puerta.

- ¡Espera! - Le gritó Magnus desde su cuarto. Alec se volvió, justo a punto para recibir en la cara un puñado de brillantina azúl. - Así mucho mejor.- Dijo el brujo con una mirada de aprobación.

- Me las pagaras...- susurro Alec.

- Ya veremos garbancito, ya veremos.

Alec salió por la puerta, y cuando esta iba a cerrarse, Magnus lo escuchó gritar.

- ¡Crees que no me he dado cuenta, pero sé que has dicho bien el nombre de Simon!

Magnus cerró la puerta, y mientras se adentraba en el loft, rió entre dientes. A su nefilim no se le escapaba una.

Perdón, perdón. Siento no haber actualizado, pero acabo de empezar las clases esta semana,y como no, me han mandado ya varios trabajos.
Perdonadme si hay faltas ortógraficas, y espero que hayais disfrutado del capítulo.

Gracias de nuevo a las personas que votan y comentas, me alegrais los días. Abrazos a tod@s :)

Malec fanfic (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora