Jem estava tumbado en la cama. Will sufría, sentado en el frío suelo del instituto, observando a su parabatai, cogiéndole de la mono. La pálida mano de Jem. Will cerró sus ojos con frustración, odiándose a sí mismo, o no poder hacer nada, solamente agarrar la fría mano de su amigo.
Sabía que James moriría. Lo sabía, pero era imposible de aceptar. Era a la unica persona a la que le había abierto parte de su corazón. Era su mayor pecado. Y le había abierto su alma, solamente porque sabía que Jem moriría. Y moriría igual si no hubiese amado a Will.
Todo era parte de una gigantesca tragedia. Parecía obre de Shakespeare, y si Will hubiese ido a ver su propia historia al teatro, le habría encantado. Pero no era teatro, era real.
Escuchó un gemido proveniente de la cama de su amigo, y se levantó rápidamente, para acudir a su lado. Jem entreabiró los ojos, y trató de hablar. Will se acercó a los labios del muchacho, y este susurró:
-Mi..Mi violín. Will, acércame el violín.- el joven se apresuró a cumplir los deseos de su amigo.
Al tenderle el instrumento, Will miró a su amigo con más detenimiento. Este tenía los ojos cerrados, y su pelo, plateado como la luz de luna, le caía sobre el rostro. Las pestañas parecían finísimas alas de hada. Se veía tan frágil...
Jem abrió los ojos, y miró a su amigo. Se incorporó en la cama, bajo la atenta mirada de Will, y procedió a ponerse el violín sobre su hombro.
-Will, eres un torpe para la música, porque o quieres aprender-El ojiazul sonrió, mientras Jem continuaba- pero trata de entender esto.
Y tocó. Will lo miraba, viendo como acariciaba el instrumento, con suavidad pero firmeza. Sorprendido, se dio cuenta de que Jem le hablaba, mediante la música. Will cerró los ojos, atento a la historia que su parabatai le contaba sin palabras, solo con la música.
En su cabeza, Will vio a dos niños. Los dos tenían el pelo oscuro como el ébano, pero una de ellos tenía los ojos azules, como el cielo al anochecer, mientras que las pupilas el otro eran profundas, negras como el ébano. Will tardó unos segundos en darse cuenta de que se vaya a si mismo y a Jem, el día en el que se conocieron. El pequeño Herondale miraba con odio al pequeño Jem, mientras que este, con el semblante tranquilo, le decía que iba a morir. La cara del pequeño Will cambió, a esperanza, y luego a tristeza.
Las escenas fueron cambiando. Cuando Will le pidió que fuesen parabais, el día de la ceremonia.. La música subía y bajaba, expresando años de amor, de cariño. Años de dolor y de esperanza entremezclados. Will sonreía en algunos pasajes, mientras que las lágrimas resbalaban por sus mejillas en otros.
Jem le contaba una historia. Le estaba contando la historia de su amistad, de una forma indescriptiblemente hermosa.
Se vio a si mismo y a Jem en Hide Park, mirando a los patos. Will lo hacía con odio, y James con diversión. Observó como Gabriel le gritaba, y como su parabatai lo defendía con calma, como hacía siempre. Vio la caja de Ying fen vacía, y a Jem en su cama, tosiendo sangre, mientras que el Will de la imagen lo sujetaba con fuerza, llorando.
Su vida junto a Jem pasaba en imágenes, acompañados de la música mas hermosa que el Cazador de Sombras había oído en su vida.
Cuando la canción acabó, Will abrió los ojos. Jem también lloraba.
-Es lo más hermoso que he vivido nunca, James.
-William...- Will lo abrazó, y Jem correspondió a su abrazo. Se quedaron así por largo tiempo.
Perdon. No hay excusa lo sé. Muchos exámenes y trabajos, no me matéis. Tratare de subir cap rápido, pero no tengo tiempo, así que para que la espera o se os haga larga, aquí tenéis un One-Shot cortito sobre Will y Jem. Su amistad es tan asddkjfjk....
Gracias por esperar, os quiero :3
Nos leemos en el siguiente cap!