Capitulo 12

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-¡No! No me pondré eso, lo siento.

-¡Vamos, garbancito! Hazlo por mí. - Suplicó el brujo, poniéndose de rodillas. Estaba vestido con una camiseta negra con una especie de llamas azules. Tenía su pelo negro descuidadamente desordenado, con brillantina azul por todo su cuero cabelludo. Unos pantalones negros y zapatos extremadamente brillantes completaban su atuendo, junto con la raya del ojo pintada de negro y las uñas, como no, de azul. El Cazador de Sombras tenía que aceptar que Magnus se veía extremadamente sexy... pero de ninguna manera se pondría lo que su novio le enseñaba.

Una camisa negra y azul a cuadros, con unos pantalones de cuero ajustadísimos, y una especie de capa azul.

-Magnus, no me llames así.

-Vale, vale. Pero por favor, ponte el traje, Alec. Te quedará genial, de verdad. Ya veras, confía en mí.

Alec se odió a si mismo en aquel momento.

-Hay, esta bien... pero no te acostumbres. Solo hoy... y solo porque eres tú- Se arrepintió de decirlo nada más verse en el espejo, aunque lo cierto es que aquella ropa resaltaba sus ojos.

Salieron del hotel, atrayendo las miradas de todos los mundanos. Algunos los miraban, divertidos, pero la mayoría con interés. Lo cierto era que los dos estaban muy atractivos, como les grito una mujer que andaba por la calle, haciendo que Magnus sonriera y el nefilim se sonrojara.

Alec siguió a Magnus por las calles de Lima. Anduvieron por la noche peruana, camino a una discoteca que Magnus conocía. El brujo andaba sonriente, explicándole al nefilim los numerosos cambios que había habido desde la última vez que él había estado por allí, y le explicaba cosas interesantes sobre la ciudad.

Era una ciudad maravillosa, aunque tenía partes muy pobres, como Alec descubrió con pena.

El brujo lo guiaba entre la gente, hasta llegar a una discoteca, únicamente para las personas que conocían el mundo de la sombra. Cuando entraron, todos miraron a Alec con algo entre el miedo y la admiración, pero el tabernero, un brujo con tres cuernos, se fiaba de Magnus, así que entraron sin ningún problema. Tras hablar un rato con el tabernero, que saludo a Magnus con entusiasmo, y ponerse al día entre ellos, Alec sacó a Magnus a la pista de baile, al son de una canción lenta. El brujo, gratamente sorprendido, se dejó llevar por la música.

Estuvieron bailando por largo rato, hasta que Alec se cansó, y fue a tomar un trago. Una mujer comenzó a mirarlo, haciendo que el joven se sintiera nervioso. Se sentó en la barra, y pidió un vaso de coca-cola. El camarero, que resultó ser un vampiro, lo miró extrañado, para después dejar paso a una sonrisa algo rara, pero Alec, demasiado preocupado vigilando a aquella mujer, no se fijó. Cuando le sacaron el vaso, se lo subió a los labios, observando como Magnus se divertía. Le encantaba mirar al brujo cuando este no se daba cuenta.

Sin previo aviso, el Cazador de Sombras comenzó a marearse. Alguien le sacó a la pista de baile, y de repente, se encontró bailando con la mujer que lo había estado mirando antes. Tenía el pelo verde, lo que hizo pensar al joven que era del mundo de las hadas. Una canción de regatean comenzó a sonar, y la mujer se pegó a él, acariciándole los brazos. Alec se iba a alejar de ella, pero vio a Magnus bailando con otro hombre, y sintió celos, así que siguió bailando con la hada.

Tampoco la detuvo cuando lo llevó a los baños, y ella empezó a desvestirse. Ella lo besó, haciendo que el joven se sintiera extraño. No le gustaba aquella mujer. No podía besarla, ya que no sentía la mínima atracción hacia ella.

Sin siquiera despedirse, salió de allí corriendo, con el corazón latiéndole a toda la velocidad. Se sentía horrible, y corrió hacia la pista de baile, donde vio a Magnus bailando con el hombre de antes. El nefilim aspiró aire, tratando de tranquilizarse. Magnus tenía derecho a divertirse, era culpa suya por no ser más divertido, así que comenzó a bailar entre un montón de gente, tratando de que SU brujo viese que él también era divertido.

Sintió manos recorriendo el cuerpo, bien de hombres como de mujeres, pero él siguió bailando. Tenía que ser divertido, por Magnus.

No podía permitirse el lujo de que su novio lo pasase mal...

Magnus observó como Alec bailaba, y lo vio desmayarse. Dejando de bailar con aquel vampiro, del que era amigo hace mucho tiempo, y corrió hacia su nefilim. Se sintió estúpido. No debería haberlo dejado solo. Probablemente lo había visto, y habría sentido celos... Todo por culpa del brujo.

Alec había echo el esfuerzo de salir de discotecas por él, y Magnus se había ido con la primera persona que había visto... a saber que había bebido su novio... ¡Mierda!

Lo llevó al hotel, olvidándose de todo lo demás. Lo acostó en la cama, acariciándole la cara suavemente. Le puso un trapo húmedo en la frente, y le quitó la camiseta. Su novio aria de fiebre. Magnus comenzó a murmurar un hechizo para que Alec se sintiera mejor.

Alec abrió los ojos.

- M..Magnus... perdóname.

-Shh.. Alexander, perdóname tu a mí. Lo siento tanto...

-No llores, brujo tonto. - Magnus se tocó las mejillas y sintió que las tenía húmedas. - Los dos nos hemos equivocado, ¿De acuerdo? Mañana estaré bien. Ahora abrázame, vamos a dormir. - Alec cerró los ojos, esos ojos azules que Magnus tanto amaba, y se durmió.

El brujo lo abrazó, y se acostó junto a el. Pasó toda la noche viéndolo dormir.


Heeeeeey :3

Aquí estoy! Nuevo cap, que os ha parecido? Espero que os guste. He puesto lo que me propuso una lectora (he intentado mencionarte, pero no se por qué, wattpad no me deja :c) .

NO se si te referias a esto, si no es así dimelo y tratare de ponerlo en la historia.

Bien, he publicado el primer capitulo del fanfic de Newtmas

*Callate, a nadie le importa* Por si quereis leerlo, aquí os dejo el link *Que no le importa a nadie!*

http://w.tt/1VKmY8q

Disfrutad del cap, gracias a todos los que lees, votas y comentas, un beso!

Malec fanfic (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora