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- ¿Cómo te sientes, SeokMin? -preguntó, SeungKwan, colocándose a su lado y brindándole un poco de apoyo con su mano en el hombro.

- ¿Cómo te sentirías cuando eres obligado a algo?

- Sigues con eso...

- No quiero estar aquí -aseguró.

- SeungCheol trata de ayudarte. Él quiere que-

- Él no quiere el bien de nadie -interrumpió-, sólo el suyo.

- Te equivocas, Dokyeom.

- ¿Qué haces aquí, SeungKwan? -preguntó de la nada, un poco cansado. El recién nombrado se sentó frente a él y bostezó.

- Vengo a verte -contestó, con una sonrisa-. Y recordarte que mañana serás presentado como el nuevo miembro frente a todos.

- No era necesario.

- Sí que lo era -afirmó-. Necesitas ayuda con esto. Además, estás tan solo.

- No estoy solo. No hagas que me sienta ofendido.

La risa de SeungKwan llegó a los oídos de Dokyeom.

- Alégrate, DK. Mañana será un día especial.

- ¿DK?

- La Abreviatura de Dokyeom -aclaró-. Suena más corto, ¿no lo crees?

- Eres muy molesto -dijo, rindiéndose.

- Así me dicen muchos -dijo, el castaño-. Yo sólo trato de ser amigable.

SeokMin camino hacia la repisa que contenía algunos libros, sin dudarlo tomó tres y los colocó sobre la mesa. Leyó con rapidez las primeras páginas de uno de ellos, parecía buscar información que le sería sumamente valiosa.

- Ese silencio me dice que no crees que soy amigable.

- Posiblemente lo seas.

Detrás de la puerta estaba un muy enojado chico de cabello castaño claro, queriendo matar a la nueva unión de su grupo. SeungKwan era su compañero de trabajo, el que le corregía cuando tenía oportunidad, el que le impedía cometer locuras.

¿Qué haría él sin Seungkwan?


- ¡Os he citado aquí para algo importante, mis espartanos!

- Woozi...

- ¡Atacaremos a SeungCheol!

- Woozi...

- ¡Por Esparta!

- ¡Woozi!

- ¡¿Qué carajos quieres, MinGyu?

- Sólo estoy yo, y bájate de esa mesa que estamos en la biblioteca.

JiHoon obedeció, sentándose en una de las sillas del lugar. Muchas veces le daban tales ataques incontrolables de locura, que sólo dos personas podían calmar, MinGyu y el innombrable.

MinGyu había cumplido con su palabra, volvió a la biblioteca, justo después de leer con privacidad los diarios. Ahora aquellos recuerdos estaban en su mochila. No se cansaba de leerlos, había perdido la cuenta. El día en el que encontró a WonWoo ojeándolos le sorprendió mucho. Aún no le cabía tal cosa. A su cabeza llegó la sonrisa del peli- negro y un chasquido inmediato frente a él.

- Odio cuando te encierras en esa burbuja tuya. Estoy tratando de explicarte mi nuevo plan.

- Lo lamento -se disculpó, con las mejillas rojas-. ¿Cuál era tu plan?

Pledis School [SEVENTEEN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora