15.

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— Es curioso que mi maquina no haya funcionado, fue una noche perdida, para ser sincero. Y no es que yo cuente mis noches, es sólo que... Diablos, debió funcionar.

— Estoy un poco confundido respecto a tus planes —confesó WonWoo.

Woozi y su amigo, el chico malo. Se encontraban juntos disfrutando del viento y las instalaciones exteriores de Pledis. MinGyu se sentía muy incómodo como para andar junto a WonWoo, así que decidió quedarse en su habitación leyendo alguna novela.

— Yo, necesito ser testigo de que él pase vergüenza.

— ¿Por qué?

— No quiero decirlo, no me permito hacerlo.

— ¿Es por lo que pasó hace mucho? —Woozi calló—. Escucha, no creo que haya sido grave.

— Quizá no se sintió así para ti, quizá no se sintió así para nadie.

— Quizá eres un exagerado —se burló.

— ¿Exagerado? —lo miró molesto—. ¿Qué hay de MinGyu y tú? Un día no lo quieres ver ni en pintura, otro día te haces un completo secuestrador de libros, luego eres un chico amable y sin problemas.

— ¿Secuestrador de libros?

— ¿No has conseguido los libros? Serás tonto, WonWoo —bufó el mayor. La sinceridad ante todo, se había convertido en un lema—. Todos ustedes ven las cosas por el lado difícil. Yo en tu lugar, sólo pediría mi diario, porque escribí en él y me pertenece.

— No es tan fácil.

— Lo es —le palmeó el hombro—. Pero, no. Tú quieres que mi amigo esté sufriendo solo.

— ¿Sufriendo?

— ¿Han hablado sobre lo que pasó antes de que desaparecieras? —WonWoo negó—. Aunque no sé qué pasó, me gustaría verlos juntos de nuevo.

— Es muy tarde.

— Si lo has considerado tarde el hablar, considera el a tiempo para pedir perdón por hacerlo tan infeliz—bostezó, siendo víctima después de un ruido inoportuno en su estómago—. Hablar así me ha dado hambre.

— ¿Quieres que consiga algo para ti? —el mayor asintió.

WonWoo observó su panorama de forma rápida. Durante un largo tiempo practicó la apariencia de chico malo y había beneficios de ello, los demás te temían y hacían lo que les ordenaras. Aunque las situaciones sonaran tan repetitivas y de película, WonWoo, se aprovechaba. Su vista se detuvo en un menor que caminaba frente a ellos, con un sándwich recién comprado.

— ¡Oye, tú! —llamó—. ¡Pásame eso que tienes en las manos!

— P-Pero, es mi almuerzo y-

— Mi amigo aquí tiene hambre —apuntó al de cabello naranja—. Agradece que lo haya pedido de manera cordial, porque bien puedo romper cada uno de tus dientes para que puedas disfrutar de tu comida.

El chico cedió, entregándole su único alimento en el día, al pequeño que se sentaba junto a WonWoo.

— ¿Necesita algo más? —preguntó—. ¿Algún jugo?

— No, está bien —contestó JiHoon—. Gracias, puedes irte.

Ambos vieron al menor irse corriendo del lugar. Woozi tragó saliva de tan sólo ver a su amigo tan rudo. Definitivamente cambió. WonWoo era tan frágil, estudioso, con su mochila colgante de un hombro, el cabello peinado hacia delante en un flequillo. Ya no era el mismo.

Pledis School [SEVENTEEN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora