Pledis School [SEVENTEEN]

16.

— ¿Tienes que hacer esto? —preguntó JeongHan, abriendo su boca para que una cucharada sea ingresada.

— Voy a cuidarte desde ahora.

— Pero puedo comer solo —Joshua negó, limpiándole la mejilla con una servilleta—. Al menos no hagamos esto en la cafetería, es vergonzoso.

— Tú quieres verlo así.

— Así lo ven todos —sonrió, recibiendo otra cucharada del castaño.

— Me gusta ver que te estás alimentando bien —dijo, sacando los últimos residuos de sopa para darle a su peli-rojo—. Quiero aclararte que puedes tener una dieta saludable y hacer ejercicios para mantener tu cuerpo. No es necesario dejar de comer.

— Ya no quiero ser replicado —bufó el mayor, tirando su espalda hacia atrás una vez satisfecho de la sopa. Aunque había algo que le incomodaba realmente—. Voy a realizar una pregunta y quiero que seas sincero.

— Adelante.

— ¿Ganaron? —Joshua enarcó su ceja—. Pregunto si, ganaron el día que yo me desmayé.

— Sí —le sonrió el otro—. El equipo salió triunfante.

— Me alegro —no se sintió convencido—. Pero, recuerdo que hoy tienes entrenamiento. Deberías estar ahí.

— ¿Debería? —rió nervioso—. Yo prefiero cuidarte, estoy muy contento estando aquí.

— No faltarías a un entrenamiento —se acercó, colocando los codos sobre la mesa. Una mirada calmada fue lo que siguió —. ¿Hay algo que me ocultas? Dímelo por favor.

Joshua suspiró, asintiendo al instante.

— Me expulsaron del equipo —confesó—. No quiero que te sientas culpable de ello. El director vio muy grave el haber salido de la cancha.

— ¿Estudiar? ¿Quién prometió estudiar? —Vernon miró por tercera vez la revista de deportes, era nueva y tenía importante información o, al menos eso creía él.

— SeungKwan me dijo que estudiarías conmigo —repitió Dokeyom—. ¿Era falso?

— ¿Qué cosa? —fingió demencia.

— El hecho de que ibas a estudiar. Estás mintiéndole.

— No estoy mintiéndole —objetó el castaño—. No estoy cumpliendo con mi palabra que es diferente.

— Suena estúpido, suena tan estúpido.

— Sólo finge que eres mi tutor por unos meses —solucionó el joven—. Así SeungKwan seguirá junto a mí, pero creerá que estoy estudiando.

Cuando el muchacho astuto prosiguió con su lectura en el aula de clases, Dk se vio furioso atrás de él. Bastaba con tener muchos chicos en un salón mirándolo como una rata asquerosa con libros. Parecía que Vernon no voltearía a verlo más. Así que, reunió un poco de fuerzas para decir lo que sentía y, lo tomó del brazo para llevarlo fuera del aula. Una bendición al profesor que no había llegado.

— ¡Oye, ya suéltame! —se quejó el menor—. Mi ropa es costosa.

— ¿Sabes qué más será costoso? —Se detuvo—. El perdón de SeungKwan.

— Boo me quiere demasiado, él entenderá.

— Algún día deberías escucharte —rió el peli-negro—. Suenas como alguien que piensa sólo en sí. Tan egoísta, Hansol. Tan, pero tan egoísta —observó el rostro enojado del niñato—. Me gusta SeungKwan.