1- Dolor oculto en sonrisas.

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"Loren"

Abrazo mi cuerpo aún más fuerte, sintiendo el frio calar hasta mis huesos. Ver la lluvia caer por el ventanal me parecía hermoso, no me importaba el hecho de tener que estar pegada horas al frio cristal. El invierno es una de mis épocas favoritas del año, esa sensación de frio, de poder ponerte lo primero que encontrase en el armario, donde no importaba como se viera tu cabello, un gorro lo arreglaba todo. Pero también tenía sus contradicciones, se sentía más fría la habitación, el espacio libre en la cama era más notorio, no estaba la sensación de enredar sus piernas en las mías, porque él no estaba.

Las lágrimas recorrían ya mis mejillas, y por más que tallase mi dorso en mis ojos, están no pararían, ni el maquillaje que se corría junto a las lágrimas, inevitablemente igual que siempre. Un proceso de todos los días. Quería ser fuerte, lo trataba, sonreía con la más mínima tontería de mis amigos, pero yo realmente no era feliz.

Llevo mi vista hacia la cama, donde él duerme plácidamente, ignorando mis sollozos, pero así era mejor.

Bajo del diván, sintiendo el frio en mis pies. Corriendo a la ducha, el agua ya seguro estaría caliente. Me desnudo frente al espejo del baño, el cual comienza a empañarse por el vapor que emite el agua de la ducha. Con los dientes castañeando del frio y los ojos cerrados fuertemente me meto bajo el agua, rápidamente teniendo que moderar la presión de esta, pues está muy caliente.

Cojo una sudadera y un pantalón deportivo, me visto con la mayor prisa. Nuevamente corro, esta vez a la cama, cuidando de no despertarle.

Acaricio su cabello, sintiendo la suavidad de este, sonriendo tontamente cuando este sonríe aun dormido. Beso su frente y cerrando mis ojos, pido tener muchos momentos como este.

***

-vamos cariño, tu papi nos debe estar esperando con tu hermanito.-cojo en mis brazos a Jared y poniéndole su gorrito salimos del departamento.

El sonido de mi móvil retumba por lo alto, atrayendo la mirada fulminante del portero, los sonidos fuertes estaban prohibidos.

-hola pequeña-escucho a Valeria bufar.

-ya no soy pequeña.-reclama, por su tono molesta.

-si lo eres, ¿Qué ha pasado?-desactivo la alarma del auto y cuando llego a este lanzo la pequeña maleta de Jared.

-nada, bueno si....necesito un consejo.

-¿Qué hiciste ahora?-acomodo la sillita y monto a Jared en esta.

Valeria, había crecido demasiado en el último año, tristemente ya no era la pequeña niña que preguntaba respecto a sus cambios físicos, ahora ella era todo una señorita, tanto que en un par de ocasiones nos habían llamado de la preparatoria, porque se había ido con uno de sus "amigos".

-¿puedo ir a tu departamento hoy?

-sabes que si.-pongo el coche en marcha.

Valeria cuelga la llamada sin decir más, es que esta jovencita tiene la cabeza en cualquier lugar, menos en los modales.

***

Aparco en mi reservado y julio corre a abrirme la puerta.

-Buenos días Loren.

-Buenos días Julio.

-¿todo listo?-rodeo el auto liberando a Jared de su sillita, este hace ligeros pucheros y acurrucándole vuelve a dormir.

-hoy nos han llegado los últimos detalles, ya solo falta esperar a que se llegue la fecha.

-¿han mandado las invitaciones?

-La señora Nuria se encargaría de eso.-asiento entrando al restaurante.-por cierto, ha llamado y ha dicho que en cuanto llegara le pasáramos el recado, necesita hablar con usted respecto a ciertos "asuntos"-dice esta última palabra mientras forma comillas con los dedos y mira fijamente a Jared.

-ya veo. ¿Cuidas a Jared unos momentos?-asiente, le doy a este en brazos y caminando a mi oficina marco el número de Nuria.

-vaya, julio ha pasado mi mensaje.

-lo sé, ¿Cómo estás?

-eso no es lo importante ahora, ¿Cómo va todo?

Suspiro dejándome caer en la silla.

-hoy le veré.

-¿nerviosa?-"aja"-no tienes por qué estarlo, ni que fuera algo que no hubieses hecho antes, debes estar más que acostumbrada. Aparte no es por desearle el mal a nadie, pero a como veo las cosas, pronto habrá boda.

-Nuria, no digas eso.

-yo te lo dije, no le deseo mal, es solo que tienes el 90% del camino libre.

-lo se.-admito con tristeza.

-¿te das cuenta que el destino los quiere juntos?

-Nuria basta.-dice algunas cuantas incoherencias entre dientes.-hablamos luego, adiós.-termino la llamada.

Y es que yo era tonta, me prometí ser fría e indiferente, pero el con sus cursilerías logra doblegarme y termino ilusionada, llorando en soledad.

¿Hasta cuándo podría ser yo feliz sin necesitar de el? La misma pregunta que me hacia todos los días, contestándome que de el no podía depender mi felicidad, pero como su fiel perro faldero, terminaba sumida a sus deseos.

-el señor Alex ha llegado.-la voz de julio resuena por el intercomunicador.

***Gracias por leer.


Rompiendo Silencios (terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora