Capítulo 26

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Todos los personajes pertenecen a Suzanne Collins

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Capítulo 26

PoV Peeta

La escucho suplicarme que le habrá la puerta. Escucho su hermosa voz pronunciar mi nombre con desesperación, la escucho llorar y golpear mi puerta. Simplemente no puedo soportarlo abro la puerta para encontrarme con sus hermosos ojos grises llenos de lagrimas, la jalo para atraerla a mis brazos e intentar consolarla, sin importarme todo el dolor que hace unos momento yo sentía. Ella levanta su cabeza para volver a encontrarme con su mirada dulcemente aparte las lagrimas que no me había percatado caían de mis ojos, sin pensarlo busco sus labios para besarnos tiernamente.

Siento como el tren se mueve bruscamente haciendo resbalar mi cabeza de la ventana donde me había apoyado. No me sorprende el hecho de encontrar residuos de lágrimas, ya que solo lloro cuando duermo. Me siento traicionado por mi subconsciente que me hace soñar mil veces con ella.

Desde ese día no dejaba de soñar con abrirle la puerta, el ser capaz de olvidarme del hecho de que todo este tiempo solo estaba conmigo por obligación, de que en realidad nunca hubo amor de parte de ella...y el hecho de que mientras fingía ser mi novia se besaba con otro hombre.

-- Ya- me digo a mí mismo. Para terminar con todos estos malos pensamientos.

Para mi suerte el vagón de tren donde viajaba casi estaba solo, los únicos que se encontraban ahí era una pareja bastante extravagante que me miraban como si estuviera loco y un hombre de mediana edad el cual ya se encontraba profundamente dormido. Sí, eso debía hacer tratar de volver a dormir, saco una almohada y una cobija para acomodarme en el asiento ya que aun faltaba unas horas mas para llegar a mí destino.

La última vez que me encontré con Katniss, cuando éramos niños no me había vuelto a encontrar ni con su padre ni con ella. Fue ese día a mi edad de 12 años que lo vi pasar frente a mí no podía creerlo. Dude un momento en que fuera él, pero estaba seguro que sí lo era. Por eso comencé a seguirlo para comprobarlo, él caminaba rápido con eso y la gente que se cruzaba en mi camino pensé que no iba a ser capaz de alcanzarlo, cuando dio la vuelta en una esquina al llegar ya lo había perdido. Triste voltee sin percatarme de que había alguien detrás de mí, que resultó ser el Padre de Katniss.

-- Ten cuidado niño-me dijo, apartándose.

-- Disculpe- le dije antes de que se marchara- ¿Usted es el Señor Damián Everdeen?

El hombre me volteo a ver extrañado y contesto- Sí.

-- Soy Peeta Mellark Señor, hijo de...

-- Adolf- dijo.

-- Sí- le dije alegre.

-- Viéndote bien te pareces mucho a tu padre-sonrío diciendo- Le mandas saludos de mi parte.

-- Señor Everdeen. No le gustaría entrar a comer algo a esa cafetería...yo invito.

Río sonoramente. Era esa misma risa sincera que recordaba de él- Me parece bien niño.

Adentro de la pequeña cafetería, el hombre me observo un momento hasta que me pregunto- ¿hay algo que me quieras decir Peeta?

-- Sí- le dije con timidez.

-- Dime entonces...

-- No...sé por donde empezar.

-- Solo di lo que quieres decir.

Todo por dineroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora