Imposible estar contigo, profesor II ©

Capítulo 9. Aléjate de John.

Capítulo 9. Aléjate de John.

-Sigues haciéndolo -me dice Megan, noto en su tono algo de irritación, alejo mi vista del frente con un poco de dificulta y los arrastro hasta ella.

- ¿el qué? -le pregunto, Megan señala hacia adelante y me mira, en sus ojos, un poco de rabia contra mí, me quedo tan impacta cuando esa expresión pasa por sus ojos por un milisegundo que cuando ella vuelve a mirarme con burla, creo que ha sido solo mi imaginación.

-devorarlo con la mirada, recuerda que 1: es John el hombre que te hizo daño, 2: sigue siendo tu profesor, 3: aun eres menor de edad.

Mientras dice esto, me muestra sus dedos y veo sus largas uñas bien maquilladas, solo suelto un suspiro pero me encojo en mi lugar, ¿Por qué ella sea mayor que yo se burla? Pero la respuesta a esa pregunta es negativa, sé que Megan me lo dice por hacerme bien, espero, pero en muchos sentidos, tiene razón, ahora mismo, estamos en una clase con John y Megan tiene esta clase y solo este día la compartimos juntas, por otro lado, Ethan está en la parte de atrás muy, muy lejos de mí. Cosa que agradezco.

Cuando Salí de esa casa de locos, fue como si el aire tenso saliera de mis pulmones y por fin respirara, era extraño como me había dado cuenta de tantas cosas en un solo día, que John seria mi profesor durante lo que queda del semestre y que además de eso, la bruja, también conocida como Lucy, era algo así como una tía muy lejana, muy, y uy lejana, ¿Quién lo diría? Que mi profesor fuera el mejor amigo de mi padre y que su esposa fuera la hermana de Lucy, ¿confidencia? Si, una gran y muy mala confidencia.

Por ahora, solo tenía esto: observar a John desde el fondo del aula. Y es que cada día estaba más bueno, ¿Cómo era eso posible? No lo sabía, pero lo deseaba, simplemente mirarlo desde aquí y sentía mi lívido crecer y la humedad entre mis piernas era más palpitantes. Si un hombre podía hacerte poner a mil solo con el mover de sus labios para explicar cómo se usaba Rete IVA y Rete ICA en la contabilización de impuestos de una empresa, pues estabas jodida.

-sé que no debo hacerlo, pero mejor eso a nada, ¿verdad? -espete, Megan me dio una mirada fría que me pareció más que sospechosa, pero no dijo nada.

Mi lógica era algo como ilógica, yo me entiendo, en fin, pensaba que a pesar de que no caería de nuevo a los brazos de mi profesor, a no sé qué yo fuera caminando y extrañamente se apareciera una casa cara de banana en mi camino y en ese instante John pasara por ahí y me sostuviera, si llegaba a pasar en un caso muy remoto, pero de esto, huiría como si detrás de mi viniera una estampida de elefantes, me alejaría de él, evitaría su cuerpo, su aroma, sus ojos, cosa que era difícil cuando mi propio cuerpo me traicionaba, y es que estar en un aula con casi doscientas personas, en la trigésima hilera, a unos diez metros lejos de él, y aun así, podía sentir sus aroma entre todo eso, eso se llamaba estar muy mal por John.

Pero podría verlo, admirarlo, pensarlo, ¿Qué estaba mal con eso? La cosa era no caer y no imaginarse muchas cosas, sabiendo que no lo volvería a tener, que era tan imposible y difícil, que era más fácil hacerse ilusiones con una boda con Brad Pitt.

De un momento a otro, Megan me golpeo el pie por debajo de la mesa haciendo que soltara un chillido, ¡joder! Ella tenía unos zapatos con punta puntiaguda y un taco de casi diez centímetros.

- ¿Por qué hiciste eso? -me voltee a mirarla y ella desdibujo su sonrisa a una cara seria. Se alzó de hombros.

-deja de mirarlo así, Aria, es por tu bien. -con eso, siguió escribiendo y me di cuenta que tenía razón, que estaba mirándolo como si mi imaginara que John me devolvía una sonrisa y de repente, la gente del aula desaparecería, solo estaba yo en esta banca y él, parado justo al frente.