Capítulo 33. ¿A dónde fue?

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lean la nota de autora al final... ¡o si no les digo al chucho que los asuste en la noche! advertidos pa'que no me digan nada despuesito.

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Capítulo 33. ¿A dónde fue?

El llanto se alcanza a escuchar desde que las puertas del ascensor se abren, él frunce su ceño ante aquel ruido devastador y perturbador para sus oídos, y con los zapatos llenos de barro y los mismos pantalones de hace casi cinco días, camina más preocupado.

Ni siquiera tiene que tocar para poder entrar, al solo llegar ve que la puerta está abierta y que en el suelo hay una chica llorando, mientras otra intenta consolarla diciendo cosas que Edwin apenas alcanza a escuchar.

Tiene una pinta para nada agradable, sus ojos están cubiertos por ojeras debido a su gran falta de sueño estos últimos días, ni siquiera se ha aseado más que limpiar sus dientes y está realmente agotado.

Pero no ha podido estar en paz, ¿y quién lo estaría? Desde que los hombres de Lucy intentaron atraparlo en aquella cafetería desértica donde se iba a reunir con Aria, él apenas había tenido cabeza para pensar en su bienestar. John era la persona más calculadora de todas, ¿Cómo cometer semejante error al reunirse con Aria? Recordó el amor que profesaba su amigo o ex amigo a esa muchacha y pensó que hasta el más inteligente y calculador se volvía un tonto cuando se enamoraba. Como él.

Recordó de inmediato a que había venido, pero ver la escena tan denigrante que estaba ante sus ojos le hizo pensar en que estaba pasando ahora, ¿Megan llorando? Aquello era algo inscribible, no quiso acercarse ni hacer mucho ruido, pero al recordar que su amigo estaba en serios problemas se le hizo que lo mejor era buscar a Aria.

Cuando él descubrió que Lucy mandaría a sus hombres para atrapar a John, él actuó casi al mismo tiempo y con ayuda de unos de sus amigos, logro ayudarlo.

Pero cuando lo tuvo en su auto, sano y salvo, sabía que ayudar a su amigo no iba a superar todas las cosas malas que ya había hecho. Por más que hiciera, ahora lo único que Edwin quería era recuperar el perdón de su amigo, y tuvo que contarle, le dijo que él estaba enamorado de Lucy y le conto absolutamente todo. Menos lo más importante.

Que Casey no era su hija.

Eso no fue capaz de mencionárselo, si cuando Edwin le dijo a John todo este se tiro a golpearlo, y él se dejo, se dejó pegar por su amigo, se dejó que el dolor lo consumiera porque sabía que ya nada más importaba, casi lo mata, no lo hizo porque sus amigos lo detuvieron, no se podría imaginar donde le hubiera contado lo de Casey, eso si lo hubiera matado.

Pero John no entendía, Edwin le dijo que él le ayudaría a recuperar a Casey y desenmascarar a Lucy, y lo iba hacer, pero al otro día John ya no estaba, se había ido y no había dado razones de su paradero. Solo huyo.

Y él ya sabía a donde se había ido.

Hasta que recibió una llamada de Lucy, cuando oyó su voz y luego unos chillidos, hicieron que Edwin reaccionara y le suplicara que no les hiciera daño.

— ¡no les hagas nada por favor! —le había dicho, mientras intentaba contactar a sus amigos por su computador, pero este no daba señal.

—ahora vienes a suplicarme. —ella se rio y Edwin sintió dolor, dolor por ver de esa forma a la mujer que más amaba. —no, cariño, ya no más. Ahora estoy sola, tú y esa perra se fueron, así que ya no hay marcha atrás.

Edwin sabía que se refería a Megan, ella cuando descubrió que Lucy mataría a Aria se negó, dijo que el plan era separarlos a los dos para que Megan pudiera tener a Aria (¿Quién lo diría? Pensó Edwin cuando descubrió que Megan estaba enamorada de su mejor amiga) y Lucy se quedaría con John y su hija. Edwin sabía que aquello era una farsa, Lucy mataría a Aria y él mataría a John, él no podría permitir que su amigo se quedara con Lucy al final, no lo haría, él la amaba mucho.

Imposible estar contigo, profesor II  ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora