Capítulo 12. Los amigos siempre estan ahí.

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Capítulo 12. Los amigos siempre estánahí.

Había cosas que no podía permitirme hacer, como el hecho de dejar que mi profesor se convirtiera en un sexy vampiro con el poder de controlar mentes y me sedujera para estar con él. Claro, ya que esto era la vida real, eso no pasaría.

Pero no podía descartarlo.

¿Quién sabe y mi profesor resultaba escondiendo unos colmillos por ahí y fuerza sobre natural?

Pero mientras esto siga siendo una historia normal, sin fantasía ni hadas o perros que hablaban, solo cerdos anormales y amigas bipolares, yo no podría permitir que John siguiera controlando mis sentimientos, haciendo que quisiera estar a su lado cuando bien lo sabía, no podía.

Mientras tanto, yo solo disfrutaría del hecho de que en próximas horas sería mi cumpleaños y de las ventajas que eso me traería, como por ejemplo, poder ver 50 sombras en 3D sin tener a mi mamá como una loca orgasmicada junto a mí. También estaba el hecho de poder ir a bares sin el miedo de que te descubrieran y sacaran a patadas, miles de ventajas que traía la adultez con ella.

Pero lamentablemente, también estaban las consecuencias.

Aun así, no pensaría en ello. Por ahora, veía en el reloj junto a mi cama que eran las diez de la noche y yo no tenía sueño, ¿Por qué? Pues eso incluía a un sexy profesor que me perseguía hasta en mis sueños y el hecho de lo que había pasado cuando nos quedamos encerrados en esa habitación.

Todo aquello había sucedido hace ya tres días, pero aun así, yo estaba muy asustada cuando el vigilante, quien nos había sacado de allí y hacia sus rondas, casi había creído que nosotros éramos unos ladrones y estuvo a punto de llamar a la policía.

A punto, hasta que John le mostro su licencia de profesor y esta vez, nos miró a los dos con ojos que se preguntaban qué clase de cosas hacían un profesor y una alumna encerrados en una habitación. Pero después de explicarle que yo no sabía sobre las reparaciones de esa aula y que John estaba, aparentemente, bajando algunas mesas que necesitaba de esa aula, le contamos la verdad, a medias. Le dijimos que mientras John sacaba las mesas, yo entre al aula para preguntarle donde quedaba el salón de mecánica, y que cuando íbamos a salir, la puerta se había cerrado y la perilla se soltó.

El vigilante pareció creernos, y yo estuve lo suficiente esquiva con John para que él no pensara que yo tenía una relación secreta con mi profesor, gracias a dios. Luego de eso John dijo que me llevaría a mi casa. Pero yo, John y un carro. Todo eso junto en un espacio muy cerrado, no era algo que yo pudiera soportar, así que solo termine llamando un taxi y regresando al apartamento para luego ser interrogada por mis dos amigas.

Les dije que me había quedado encerrada en un salón, claro, pero no les dije que había estado con alguien. Así que ellas sabían que tenía tan mala suerte como para que algo como eso me sucediera a mí, pero no sabían que mala suerte era mejor que mi Karma siendo una verdadera perra y yo había estado encerrada con mi profesor, con la persona de la cual seguía enamorada y que me había hecho sufrir.

Imagínate no más, tú y tu ex novio en una habitación encerrados, odiándose a muerte. Es como encerrar a papa Noel y al Grinch en una habitación, ¿Quién terminaría vivo al final? Esto era lo mismo, con la leve diferencia que John y yo no nos odiábamos, pero mientras mi profesor quería estar junto a mí y pedirme perdón, yo quería alejarme y nunca perdonarlo.

Alguien toco mi puerta y pronuncie un pase para quien quiera que estuviera afuera, supiera que estaba despierta. Después de un momento, vi el cuerpo de Leila pasar.

Imposible estar contigo, profesor II  ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora