CAPITULO 16

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Mi cuerpo temblaba, y era normal, estaba decidido, y esta vez de verdad lo haría, por una vez en mi vida cumpliría una promesa, me alejaría de ella si ella así lo quisiera, aunque me costara y me doliera, dejando de lado la promesa que le hice a Jos, pues ella tiene la última decisión en este mundo terrenal.

Ambos nos quedamos en completo silencio, tal vez el esperaba que yo dijera algo, pero francamente no estaba de ánimos para decir nada, simplemente quería callarme y esperar, esperar a que el momento llegará, y accionar en el mismo tiempo y espacio.

—No busques respuestas que no quieres escuchar —Bryan rompió el silencio, el cómodo silencio.

Lo mire fijo por unos segundos, y atravesó por mi mente la imagen de la pequeña y sensible _________, diciéndome que me fuera al demonio, pues no me necesitaba, y que lo único que quiere que haya entre nosotros, es un muro.

—El que no arriesga, no gana —Contradije aquel dicho.

—La curiosidad mató al gato —Nuevamente mi buen amigo me hacía dudar, contradiciendo mi argumento.

Agache la cabeza, me limpie bien los ojos. No aguante mi peso y me tiré sobre el suelo. No encontré argumento válido para contradecirle, es que, realmente eso es bastante convincente.

Me pregunto, ¿Ella estará tan confundida como yo?, ¿Aún sentirá algo por mí?, ¿Seguirá amándome tanto como yo la amo a ella?. ¿Sabrá que yo doy la vida por ella?, ¿Sabrá que yo me casaría con ella, y criaría como mío al pequeño que lleva en su vientre, pesé a no ser parte de mí?

—Yo la amo de verdad, Bryan —Me sinceré. Agache la cabeza, no podía mantener la mirada, el dolor estaba bien metido en mi corazón.

—Eso es evidente hermano —Se sentó despacio a un lado de mí —Como la miras, como te pones cuando está cerca, o cuando está en problemas, todo eso te ha delatado siempre... El gran Alfredo cayó, y no le ha ido nada, pero nada bien —Me dijo poniéndose en mi lugar, con mi dolor, pues el sentimiento que le imprimió a las palabras no era normal.

—¡Pff! —Solté un cansado suspiro —No sé porque me enamoré de ella, ¿Por qué de ella?

—Porque tenías que encontrar a la piedra de tu camino —Dijo seguro el buen Bryan —Ya era hora de que alguien te hiciera un poco de todo lo que le habías hecho a otras chicas—Me reprendió.

—Juró que jamás le haré daño de nuevo a una chica —Alce la mano poniendo firme la palma, como prometiéndolo ante una corte. Es que estaba tan convencido, esté sentimiento no es para nada lindo.

—Espero eso sea cierto, tal vez después de todo, esto solamente fue una prueba, y esa mujer que de verdad compartirá la vida contigo, está allá afuera, esperándote, con ansias, con el corazón abierto —Intentaba sonar optimista.

—Pero aún así, hay un gran, gran problema Bryan —Lo mire a los ojos.

—¿Cuál? —Cuestiono él.

—Que mi corazón sigue en manos de _________ —Sentencie.

—Déjala ir —Fue duro, directo, franco —No vale la pena seguir penando.

Me quede en completo silenció, después de todo, no sabría mi futuro hasta hablar con ella.

Ya por la tarde, me puse una camisa a cuadros de vestir, intente cuidar mi aspecto personal al máximo, me peine hacía atrás, como a ella le gustaba, saque mis mejores zapatos, me puse el reloj de la mejor marca, y el perfume de la mejor calidad, me sentía listo para ir donde ella.

Ángel Cruel 3 (Freddy Leyva y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora