CAPITULO 34

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{Sólo escuchen música de Matisse, algo así como Ahora, o La misma Luna ;)}

Me acerqué un poco más a él, pegue mi cuerpo al suyo, su mano rodeó mi cintura, sus labios carnosos atraparon los míos, los atraparon como nunca antes, como siempre quise un beso.

Lleve mis manos hasta sus hombros, estaba encantada con la escena que se estaba generando en aquel lugar, sin embargo soy consciente que la realidad me tendrá que pegar tarde o temprano.

Mi cuerpo pedía aire, mientras que mi corazón me mandaba a seguir, me aleje un poco de él, abrí los ojos, note como los suyos estaban totalmente cerrados, chocó su frente con la mía, jadeé por la falta de aire.

—No me hagas esto, por favor —Me pedía —Sigue, por favor __________.

—No Freddy, esto nos hará más mal que bien, hay que detenernos ahora, antes de que sea tarde —Cerré los ojos, estaba completamente atolondrada.

—________, quiero que sea tarde, quiero que el tiempo nos consuma, siempre y cuando estemos juntos —Su boca comenzaba a alocarse, a decir cosas que no serían posibles.

—No Freddy, eso no pasará —Le dije despacio, ambos teníamos los ojos cerrados, con las frentes unidas, y la respiración del otro en nuestras caras.

—Hay que olvidarnos de todo, hay que olvidarnos de todos, ya estamos graduados, vámonos, vámonos ahora, a donde nadie sepa de nosotros, llevémonos a Jos bebé, y sólo algunas cosas, celebraremos la graduación en un restaurante de algún pueblo lejos de aquí, y compraremos una casa en otra ciudad, empezaremos desde cero, pero feliz ambos —Me decía rápido, sin detenerse demasiado, con urgencia, con prisa.

Hice cara de tristeza —No Freddy, tú tienes a tu novia, yo tengo a Alonso, Jos está muy pequeño como para que le quite todo lo que ama por irme sólo así, él no entenderá y se asustará, no te conoce además, y no... No. —Le dije una vez más.

—Te amo —Me dijo despacio.

—Yo también te amo, pero ese amor se tendrá que olvidar después de hoy, porque no somos libres, y aunque lo fuéramos, nos hemos hecho más mal que bien.

—No — Abrí los ojos, él hizo lo mismo —Tú quieres ver el vaso medio vacío, yo lo veo medio lleno, seamos felices, démonos una oportunidad más.

—Si dejamos que la luz se apagará, si dejamos nuestros sueños morir, ¿Qué hacemos los dos aquí?, que no nos dé miedo huir, que nos hace daño seguir así, y aunque duela extrañarnos mañana y las noches ya no sepan a ti, tenemos que resistir, saber que ha llegado el fin, que la vida no se acaba sin mí... No se acaba sin ti —Le exprese de corrido.

—Debemos luchar, ¿A qué culparemos está vez por esto?

—Sí tú quieres hoy culpamos al viento, por traernos más temprano el adiós, pero hoy ya no quiero luchar Freddy, ya no debo luchar —Le dije con una mirada un tanto triste, estaba convencida de decirlo, aunque mi interior dijera algo más.

Había una voz penetrante que llegaba a mis oídos, que me pedía a gritos que me fuera, que corriera de ese lugar, que desapareciera... Pero con él. Pero la cordura era superior en este momento. Tal vez gran parte de la madurez es dejar ir aquello que saber que no te pertenece, y que además te hará daño.

—Te necesito, ¿Lo entiendes?, te necesito, como al aire que respiro, eres el agua que quiero beber, no me importa nada si estás a mi lado... —Me decía romántico.

Ángel Cruel 3 (Freddy Leyva y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora