CAPITULO 9

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Me llene de rabia, ella parecía tan frágil, tan inocente, dolida. Mientras mi padre la miraba con rabia. No entiendo en que momento él comenzó a odiarla, no entiendo porque, no entiendo nada ahora.

—Pues entonces nos vemos en los tribunales —Respondió ella, note el pánico que tenía en sí.

—¿Enserio a esto vienes? —Intervine. Todos se giraron a verme —Papá, ella esta sufriendo, perdió a su esposo, está cuidando a lo único que le ha quedado de su vida, es decir, su padre no está, su madre tampoco, ni siquiera su madrastra, ¡No tiene a nadie!, ¿Por qué quieres lastimar a una persona indefensa? —Le cuestione.

—No es algo personal Alfredo, no lo confundas, esto se trata de un caso más para mí, solamente quiero hacerle bien a una señora que busca desesperada a su nieta —Miro con un rostro de compasión falsa a la mujer —La señora Margarita, es madre de la madre de esta niña, y quiero lo mejor para ella.

—Tú nunca tomas un caso así de pequeño, tienes todo un bufete de abogados, pudiste mandar a cualquier otro, pero sabías que __________ era parte de esto, y por eso tomaste el caso —Le acuse.

—¡Vamos hijo!, ¿Me crees capaz de querer hacerle daño a esa? —Hizo una mención despectiva a _________.

—Sí —Respondí seco.

—¡Bueno!, tú sabes que creer y que no, pero me duele en el alma —Toco su pecho —Qué siempre estés en mi contra.

—Y lo seguiré estando, siempre que hagas algo indebido.

Me ignoro por completo —Vete de aquí —Le dijo a ______ —Vete, la abuela tomara tu lugar desde ahora.

—No —Respondió fría ella —Y haz lo que quieras, pero no me moverás de aquí, no ahora.

—De acuerdo —Respondió calculador —Vámonos señora —Le tomo del brazo.

—NO —Dijo la mujer de edad —Mi nieta esta mal aquí —Sonó preocupada.

—Tranquila, este es un buen hospital, hagamos todo por la vía legal, deje a esa ilusa disfrutar unos días más con la niña, no durará nada —Hablo con cierto tono de mordacidad.

Lo mire con odio, la mujer asintió a su voz. Ambos comenzaron a irse, enserio me sorprendía su maldad, espero nunca ser como él.

—Me das tanta vergüenza —Le dije a su partida.

Él giro y sonrió de lado, seguramente no le importaba lo que yo pensara de él, nunca le ha importado, solamente finge, es un desgraciado, creo que entre el padre de __________ y el mío, hay una raya muy pequeña, una línea diminuta, y es, que uno es asesino, y el otro... No sé le conoce nada similar.

Me gire a verla, tenía vergüenza, finalmente es mi padre, y de alguna forma es parte de mi responsabilidad.

—__________, yo... —Intente hablar, se me dificultaba, pese a que tenía una muy buena labia.

—¿Tú le dijiste donde estaba? —Cuestiono sin mirarme, veía fijamente su salida.

Me quede callado un momento—Él me dijo que te quería ayudar, económicamente, soy demasiado estúpido —Me tire sobre el sillón frotándome la cabeza, mi idiotez había rebasado un límite.

—No tengo nada que decir en contra a eso —Respondió sincera.

—Discúlpame, yo te puedo ayudar.

Ángel Cruel 3 (Freddy Leyva y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora