CAPITULO 38

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Desperté temprano, demasiado temprano tal vez, me ardían los ojos. Miré la pantalla del teléfono celular que dictaba la hora mientras la alarma me despertaba. '6:00 a.m.'

Me puse de pie, entre el baño inmediatamente me levante, me bañe, hice mis necesidades, y con la toalla en la cintura me acerqué al armario, estaba ya listo lo que usaría en mi primer día laboral, ropa formal para hoy, no exageradamente formal. Era una camisa de vestir azul marino, con puntos blancos. Pantalones de vestir negros que llevaban consigo unos tirantes, un moño blanco, zapatos de vestir bien lustrados, y unos lentes cuadrados. Acompañados de un excelente peinado, raya a un costado, hacia un lado con bastante gel para mantener bien brilloso el cabello.

Me mire al espejo orgulloso —Todo un galán —Dije dándome ánimos —Seré el abogado más apuesto, seguramente las mujeres solteras me elegirán para llevar sus divorcios. Vaya, que guapo —Me guiñe el ojo a mí mismo, inmediatamente me eche a reír.

Baje a la parte baja de mi hogar. Me acerqué a la mesa que ya estaba lista, la mire sonriente. Fui hasta la cocina, escuche que el cuchillo picaba una y otra vez. La vi ahí haciendo el desayuno con tanto esfuerzo.

La abrace por la espalda —Oh, Fran, luces tan hermosa haciendo el desayuno —Bese su cuello, ella sonrió abriéndose para que mi boca pudiera entrar mejor a su piel.

Ella estaba en un hermoso vestido claro, con unas zapatillas, se peinaba con el cabello recogido, todo un ángel —Gracias amor, sólo quiero que nuestro primer día laboral sea el mejor... El mejor para ambos —Aún no me miraba.

—Luces demasiado hermosa, creo que me encelaré si alguien te ve así como te veo ahora yo —Dije haciéndole un puchero.

—Trabajaré con niños Freddy, supongo que ninguno de ellos es un sucio perverso como tú —me culpó.

—Oh, ¿Crees que soy un sucio pervertido? —Le cuestione. Ella se echó a reír. Asintió entre risas.

—Sí, tal vez un poco... No, me equivocó amor —Dijo —Eres muy pervertido.

—¡Oh! Sabes qué... Sabes qué... ¡TIENES RAZÓN! —Le dije dándole la verdad —Sin embargo ahora estoy listo para el trabajo y no puedo demostrarte lo pervertido que puedo llegar a ser.

Ella rio, se giró a verme y se quedó callada —Freddy... Luces tan... Tan...

—¿Irresistible? —Pregunte orgulloso.

—Sí, irresistible, y narcisista —Ella dijo convencida. Se puso de puntitas para alcanzar mis labios, y comenzó a besarme dulce, llena de pureza, con bastante delicadeza en aquellos movimientos.

—Ya lo sabía —Le dije despacio apenas me despegaba un poco para tomar aire y seguir besando sus dulces labios, sus hermosos labios.

—Creo que la pervertida hoy seré yo... No tú. —Mordió mi labio inferior —Ahora que te veo así, tengo tantas ganas de... —La alarma del microondas comenzó a sonar, haciendo que ella no dijera la perversión que estaba por pronunciar —Salvado por la campana —Dijo graciosa.

—Te haría misma ahora mismo, es una lástima que es mi primer día, no quiero llegar agitado, o lleno de...

—Calla —Me pidió tomando compostura —Siéntate, vamos a desayunar.

—De acuerdo linda —Le dije haciendo caso. Lleve mi trasero hasta la mesa, me senté, ella llego con fruta, una gran jarra de jugo de naranja.

Ángel Cruel 3 (Freddy Leyva y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora