CAPITULO 4

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—No, no, no, no... —Implore entre lo que se veía venir, unas incontrolables lágrimas.

—Tranquila, sigue en manos de los médicos, aún no me han informado nada, pero mientras algo grave no suceda, no debes llorar hija, se fuerte —Me dijo mi madre.

Por un momento pensé que ella se me había ido, que mi pequeña había pasado de estar en el plano donde nos encontramos, a aquel otro, donde algún día todos nos encontraremos.

—Pensé —Dije con la voz agitada —Pensé que... —Negué con la cabeza, ni siquiera podía decirlo, pero se lograba entender.

—No, ni lo digas, eso no debe suceder —Me abrazo, ella es mi gran respaldo en esta lucha que algunas veces parece interminable.

Nos sentamos nerviosas en una banca del hospital, me he dado cuenta que el bolsillo se encoge día con día, y no es que me moleste, en estos últimos meses, me termine de dar cuenta que lo material, lo monetario, es lo de menos en la vida. Porque por más dinero que haya en tus manos, jamás te será suficiente para ser feliz, un claro ejemplo, es esté. Tras la muerte de Jos, me he quedado con el seguro de vida, una jugosa cantidad, pero yo preferiría vivir al día, con deudas, limitantes, y demás, pero a su lado, y con mi familia completa y sana. Sin embargo, la vida no te da a elegir, solamente suceden cosas complicadas, y debes afrontarlas, con o sin temor, eso es elección, pero al final del día, debes afrontar a los demonios que vengan con el camino, y aprender a no temer más, a caer, a llorar, a reír, a hacer lo que se tenga que hacer, por intentar vivir, y sobrellevar la existencia, la simple existencia...

Al terminó de unas 3 horas, de total incertidumbre, y nerviosismo puro, llego un doctor, el médico que generalmente atiende a mi pequeña.

—Hola señora Edith, _________— Nos saludó, serio por la ocasión y circunstancias, pero amable.

—Hola, ¿Está bien? —Fue lo único, y lo primero que pude decir.

Teníamos las manos en la boca, y es que en esta situación, hay mucho en que pensar, hay muchas cosas que se pueden imaginar los locos cerebros, pero todo eso, puede estar alejado de la realidad, muy alejado... O en su caso contrario, ser la realidad.

—Está delicada, debemos tenerla en observación continúa, está en terapia intensiva, esperamos que se recupere en las próximas 48 horas, de lo contrario... —Negó con la cabeza.

—¿De lo contrario qué? —Le cuestiono mi madre, pidiéndole que fuera más específico.

—De lo contrario, las probabilidades de que sobreviva, o despierte, son mínimas, realmente mínimas... —Sentenció.

Suspire agriamente, creo que en nuestros lagrimales ya no había nada que sacar, y es que, nos ha, como dicen, "llovido sobre mojado", pues desafortunadamente, no hemos encontrado la paz, el cese, en todo esto.

—¿Su predicción —Me apresuré a preguntar antes de que él se marchara.

Me abrazo, es amigo de la familia, sabe que es un mal momento.

—__________, yo tengo la fe puesta en que esa niña crecerá, irá a la escuela, correrá, brincará, y será feliz, viva, despierta, consciente —Me daba apoyo.

—Gracias —Exprese cuando él termino.

—Cualquier cosa, les informo, no se desgasten, una de ustedes debería ir a dormir un poco, a comer bien, no descuiden su salud por cuidar la de los demás, deben procurarse —Concluyo.

Ángel Cruel 3 (Freddy Leyva y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora