El Círculo Secreto: Legado (The Secret Circle - Temporada 2)

CAPÍTULO 23: ENFRENTARSE A LA VERDAD

—¿Confías en mí, Diana? —pregunta Grant centrando su mirada en la de ella, que la aparta agachando la cabeza—. Porque yo sí confío en ti. En vosotros —añade asintiendo en dirección a Cassie—. Vamos, haré lo que sea para restaurar vuestra confianza.

La líder extrae con un cuentagotas un poco de suero y le pide que ingiera el contenido como le ha explicado Faye. Grant así lo hace y en cuanto el líquido entra en contacto con la piel de sus labios estos comienzan a irradiar una cálida luz que se expande marcando las venas de su cara y cuello con una tonalidad ambarina. El efecto disminuye poco después.

—Muy bien. Empecemos: ¿tu nombre es Grant?

—Sí, mi nombre es Grant, me llamaron así en honor a mi abuelo paterno.

—De acuerdo. Segunda pregunta —prosigue Cassie—: ¿Perdiste a alguien a manos de algún brujo?

—Sí, a mi hermana melliza, Gayle. Se relacionó con gente con poderes, todo comenzó como una diversión, pero sus gamberradas se volvieron peligrosas. Un día decidió enfrentarse a ella y la mataron.

Una lágrima rueda por su mejilla y cae contra el suelo cubierto de hojas. Un rayo rasga el cielo nocturno moteado de estrellas que se asoman tímidamente entre las nubes. El aire huele a humedad.

—Vamos con la siguiente...

—No —la corta Diana—. Déjame a mí —solicita mirando a Cassie con determinación.

—¿Estás segura? —pregunta su hermana tomándola de la mano. Ella asiente con la cabeza.

—¿Fuiste cazador de brujas?

—Lo fui.

—¿Has...cazado a alguna?

—Sí. A cinco.

—¿Eran culpables?

—Lo eran.

—¿Cuáles fueron sus delitos?

—Tres mataron a Gayle. Los otros dos pertenecían a un coven de Chicago y abusaban de sus poderes, asesinaron a varias personas.

—¿Viniste a cazarnos?

—Sí. Me lo ordenaron.

—¿Nos matarías si tuvieras ocasión?

—No. Jamás te haría daño.

—¿Sigues siendo un cazador?

—No.

Incluso Faye, que tiende a romper el silencio, permanece callada y con la vista fija en la escena.

—¿Me quieres?

—Sí. Estoy enamorado de ti, Diana. Moriría antes que hacerte daño —responde cayendo arrodillado y acallando un grito que se abre paso en su garganta. La luz anaranjada vuelve a resplandecer bajo su piel y asciende hasta concentrarse en su rostro, convirtiéndose en un punto en los labios y desapareciendo.

Grant se desploma y Diana se arrodilla junto a él.

—Te creo, te creo. Por favor, no me dejes, te quiero, vuelve conmigo —ruega entre sollozos acariciando su rostro y besándolo con desesperación.

Sus párpados se abren,  la mira y esboza una sonrisa.

—Pasaría una y mil veces por esto con tal de escucharte decir esas palabras y volver a sentir tus labios, Diana —le dice tomando su cara con devoción y devolviéndole el beso—. Lo siento tanto, tanto...

— Aplaudiría, pero tenemos cuatro cabrones oscuros en nuestra jodida casa, ¿cómo los echaremos? —Jake se cruza de brazos.

—Ya tenemos la respuesta, veritas vos liberabit —responde Faye mirando el frasco que hace tan solo un rato le entregó a Cassie.