El Círculo Secreto: Legado (The Secret Circle - Temporada 2)

CAPÍTULO 11: LOS PREPARATIVOS.

El fan fic ya cuenta con grupo en FB. Dale a me gusta y haz que el círculo crezca:

https://www.facebook.com/circulosecretolegadofanfic?fref=ts

Y recuerda, AGRADEZCO COMENTARIOS Y VOTOS. ¿Qué os parece el capítulo y las historias hasta la fecha? 

.......................................................................................................................................

Faye está en la cocina de su casa, preparándose un emparedado. El ejercicio da mucho hambre y no hay ninguno tan completo como el sexo. Mira el reloj; todavía le queda un rato para comer tranquila, darse una buena ducha y cambiarse de ropa. Le encanta la parafernalia previa a un ritual y el vestuario es algo importante para ella.

Una vez pone la otra rebanada de pan de molde se aupa sobre la encimera y mastica intercalando los bocados con varios tragos de refresco.

Escucha la puerta de la calle. Su madre ha vuelto.

El sonido de las llaves en la mesita. El abrigo en el perchero y el taconeo rítmico cada vez más cercano.

—Te lo he dicho un millón de veces, Faye. Para eso están las sillas —le dice, mirando con gesto menos severo de lo que desea a su hija, que de un salto se pone en pie.

—Yo también me alegro de verte —responde, dando un último mordisco a su improvisado tentempié.

Dawn se masajea las sienes, tomando aire y cerrando los párpados. Acto seguido relaja los hombros y eleva la comisura de los labios con aire cansado:

—Perdóname, el regreso se me ha hecho largo. Estoy exhausta —se disculpa, dando un beso en la cabeza a su hija y dejándose caer en una silla.

—Y bueno, ¿todo bien? —inquiere Faye, a sabiendas de que el viaje de su madre no se debe a una mera visita de cortesía.

—Podría decirse —obtiene por toda respuesta.

Antes de que pueda formular otra pregunta, Dawn se incorpora nuevamente y saca del bolso de rafia un par de billetes:

—Voy a subir la maleta y a ducharme ¿qué tal si pedimos algo de cenar? Elige lo que quieras —solicita, dándole un apretón en el brazo y entregándole el dinero.

—Muy bien —canturrea, Faye, guardándoselo en el bolsillo—,  pero yo he quedado, así que tendrá que ser una cena express ¿comida china?

—Me parece perfecto. Por cierto, ¿qué vas a hacer? ¿Algún plan especial?

Faye niega con la cabeza y compone una ensayada mueca de indiferencia:

—Ya sabes, lo mismo de siempre.

Dawn se da la vuelta y sube las escaleras. Una vez en su cuarto, saca el teléfono móvil y selecciona un número de la agenda, llevándose el aparato al oido:

—¿Dígame?

—Hola, soy Dawn. ¿No piensa hacerse con un móvil?

—Hola, querida. No, de momento sobrevivo sin ellos. Por cierto, a estas alturas podemos eludir los formalismos, trátame de tú. ¿Alguna novedad?

—He estado en Nueva Orleans, visitando a...unas personas de confianza. Tenemos que hablar, Kate —dice con un tono de voz cargado de tensión—. Hay algo que debes saber.

—¿Sobre qué, Dawn?

—Es sobre John Blackwell —responde en voz baja, cerciorándose previamente de que Faye continúa en el piso inferior.

—De acuerdo. Te espero en casa. Luego nos vemos, cuando las chicas se marchen.

Faye toma unas cucharadas de helado y tras lavar la cucharilla sube los peldaños. El sonido del agua corriente indica que su madre ha decidido cambiar la ducha por un baño. «Perfecto, adiós a mi terapia con sales relajantes», piensa frustrada, mientras abre la cómoda y busca entre su ropa. Finalmente y dado que el día empieza a refrescar, opta por un pantalón de cuero ajustado en combinación con una chaqueta y bajo esta una camiseta cuyo escote realza un sujetador Push Up «Me encanta». Deja todo preparado y en cuanto oye el agua yéndose por el desagüe y a su madre saliendo de de la bañera, se pega una ducha rápida, deleitándose con la aromática fragancia de su gel en mousse. Piensa en Jake y cómo le gustaría  sentir sus manos en lugar de la áspera esponja. Termina con un chorro de agua fría, para aplacar el «calentón» que le ha entrado fantaseando con todas las cosas que podría hacer con su chico tras esas cortinas.