El Círculo Secreto: Legado (The Secret Circle - Temporada 2)

CAPÍTULO 19: DESDE EL OTRO LADO

He tardado, lo sé, pero dije que volvería y lo he hecho. La inminente salida de mi segunda novela (Clanes 2: Los Arcanos) así como la promoción de la primera, me han impedido avanzar, pero aunque tarde, poco a poco iré subiendo nuevo capítulo, Cada vez queda menos para la conclusión de esta segunda temporada que, dado que no se grabó, decidí inventar para todos los fans de la serie televisiva, entre los que me encuentro.

Espero que os gusta y si es así  COMENTAD, VOTAD Y COMPARTID

_____________________________________________________

Han pasado varios días desde lo sucedido con Melissa. Dylan no ha vuelto a hacer acto de presencia y, aunque todos desconfían de él, apuntándolo como posible culpable, una Mel cada vez más recuperada pregunta sin cesar por él.

Fue Faye la que decidió plantarse en casa de su amiga y hablar con el padre de esta y Fala, la cual utiliza remedios y hechizos que sobrepasan sus conocimientos. Día tras día, la mujer de hermosos rasgos y gran sabiduría ancestral, ha aplicado algunos de sus ungüentos y recitado unos cánticos, que por alguna razón eliminan poco a poco el sello grabado en la muñeca de la joven, una maldición que la mestiza recuerda de las viejas historias que narraba su abuela en la tribu a la que pertenecía, cuentos susurrados alrededor de una crepitante hoguera con la luna reinando en lo alto y el aroma de las especias flotando en el ambiente.

Mel se incorpora echando a un lado la suave manta que su padre ha depositado sobre ella, creyéndola dormida. Está sola en la habitación. Se mira la piel, en la que el símbolo grabado es apenas ya un recuerdo. Busca el teléfono móvil y lo sostiene entre sus manos, paseando los dedos por la pantalla, tentada de volver a intentarlo y a sabiendas de que quizá no debiera. Finalmente le pueden las ganas y baja en la agenda  de contactos hasta llegar a la D:

Inquieta, se lleva el aparato a la oreja, pero de nuevo salta el buzón de voz. Dylan continúa desaparecido.

¿Estará bien? ¿Realmente fue él el causante de todo?, esas y otras peguntas se repiten en bucle una y otra vez, incrementando su ansiedad.

Escucha tres golpes en la puerta de su habitación, por lo que, sobresaltada, esconde el teléfono bajo la almohada, se arrebuja entre las sábanas y dice:

—Adelante.

Fala entra en el cuarto con su elegancia y temple inherentes. Lleva su receta mágica en un deslustrado mortero de plata sobre una bandeja en la que también humea una infusión acompañada de un delicioso tentempié.

—Tienes mejor cara. Me alegro —comenta con su melodiosa voz, sonriendo cándidamente.

—Sí —responde Mel escuetamente. Todavía no sabe cómo sentirse respecto a ella. Ha llegado como salida de la nada con su padre, que se marchó esperando alejarse de este mundo para acabar con una hechicera como acompañante. Se siente traicionada, herida. Pero ha vuelto, ha vuelto con ella. Y lo que no puede negar es el hecho de que le ha salvado la vida. Sin los conocimientos de esta mujer, ahora mismo sería pasto de los gusanos a dos metros bajo tierra, o algo peor, mucho peor…

—No estás muy habladora —espeta Fala, terminando de aplicarle la crema y tendiéndole la taza caliente—. De acuerdo, vendré luego —añade, poniéndose en pie y yendo hacia la puerta, que abre con sumo cuidado.

—Fala —se apresura a decir Melissa, con decenas de versiones de lo que quiere expresar revoloteando por su mente. Finalmente sus labios se abren para pronunciar la palabra más rápida y menos sencilla—: Gracias.

La mujer ladea la cabeza y la observa con algo semejante al amor. Cariño. Y tras hacer un leve movimiento de cabeza, se marcha dejándola de nuevo a solas.