Capitulo 4.

6.6K 256 3
                                    

Eliza subió al auto y Alberto lo puso en marcha, como ya habían pasado varios minutos de su encuentro y ninguno decía algo, ella decidió romper el silencio.

Y… ¿somos cuñados?- Dijo riendo cuando recordó que sus hermanos estaban saliendo.

Si, supongo… Por cierto Samanta aun no me presenta a su noviesito, digo, tu hermano.- Le dijo un tanto, ¿celoso?

¿A si?, pues creo que se llevara muy bien con él o no sé, a mi me caí bien Daniel, no solo por que sea mi hermano.- Explico ella.

Pues más le vale que trate bien a mi hermana, ella puede llegar a ser un poco… Enamoradiza, tal vez, tú me entiendes, ¿no?- Le dijo dudoso.

Ammmm, no.- Le respondió riendo.

Bueno, es que cuando nos presenta a los chicos con los que sale una o dos veces lo hace muy ilusionada, como si estuviera segura de que es el “amor de su vida”.- Ironizo.- Por eso me parece extraño que aun no nos haya presentado a tu hermano.

Tal vez porque mi hermano realmente le gusta, aunque, bueno, el puede ser irritante, me llama “enana”, ¿puede creerlo?- Dramatizo.

Si, puedo creerlo.- Le dijo él, riendo.

¿Qué?- Pregunto ofendida.

Es que, bueno… Eres algo bajita.- Rio.

Aun estoy creciendo ¿sabe?- Respondió volcándole los ojos.

Lo dudo, yo deje de crecer a tu edad.- Dijo él, riendo aun.

Sí, pero… Yo soy mujer y… Asssh, ¿Por qué los hombres tienen que ser tan altos?- Pregunto haciendo berrinche.

No lo sé, yo no decidí eso.- Le contesto.

Ya se… y ¿Cuánto falta para llegar a…? ¿A dónde vamos?- Le cuestiono recordando que no habían quedado en ir a un lugar en especifico.

Es ahí señorita.- Le dijo apuntando a un restaurante de comida italiana que estaba cerca de un centro comercial.

¡Genial!, Amo la comida italiana.- Respondió alegre.

Yo también, es mi favorita y más las que hacen aquí.- Dijo él.

Entraron al estacionamiento y al salir del auto Alberto le abrió la puerta a Eliza como todo un caballero, caminaron y entraron al restaurante, sus paredes eran color melón, tenia mesas pequeñas y grandes, según la ocasión, ellos se sentaron en una para dos y llamaron al mesero quien les entrego una carta que tenia los diferentes platillos para elegir.

Yo quiero un “Polletto della famiglia”- Dijo el profesor.

Y ¿qué va querer la señorita?- Pregunto el mesero, era un muchacho de unos 18 años, bastante apuesto.

A mí me trae un “Mozzarella en carroza”- Respondió saboreándose el platillo.

Esto es incomodo.- Dijo el profesor, riendo cuando ambos se habían quedado callados.

Eso parece, es que, no sé de qué hablar con usted.- Dijo Eliza riendo con él.

Oye ya te dije que no me gusta que me hables de usted.- La... ¿regaño?

Lo siento.- Respondió avergonzada.

Okay y ahora que quieres hacer.- Pregunto él terminando de comer su platillo.

No lo sé, bueno… Oí que se estrenaría una película hoy, ¿quieres ir?- Dijo emocionada.

Está bien.- Le respondió mientras se levantaba de su lugar.

Bajo La Lluvia...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora