Capitulo 11.

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Luego de estar besándose por quien sabe cuánto tiempo sonido del timbre hizo que ambos se separaran con falta de aire y un poco ruborizados por el acto.

Debe ser el repartidor, ya vuelvo nena.- Dijo riendo al ver que Eliza se asusto con el sonido.

Camino a la entrada y abrió la puerta para pagar la comida y agradecerle al repartidor para después regresar con su ahora novia al sofá.

Ya está aquí la comida.- Le dijo moviendo la bolsa donde estaba la comida en el aire.

Genial, ¿comemos aquí o en la cocina?- Pregunto.

Comamos aquí, así te tengo más cerca.- Respondió como si fuera lo más normal del mundo.

Está bien.- Contesto apenada. Saco la comida de la bolsa y antes de que pudiera tomar su hamburguesa Alberto le había quitado las cosas de la mano y ya la tenía pegada al respaldo del sillón besándola, y aunque a ella no le importaba la forma tan ruda en la que la besaba, al contrario, le gustaba mucho, pero no podía dejar de pensar en que no era correcto.

Oye Alberto, nuestra relación tendrá que ser secreta, ¿cierto? - Le pregunto cuándo se estaban separando.

Si pequeña, pero solo por lo que resta del año escolar, después se lo diremos a quien tu quieres.- Contesto con dulzura.

Pero yo le tengo mucha confianza a mi hermano y si se entera nos matara, a mi por ocultárselo y a ti por ser tu.- Le dijo.

¿Cómo que por ser yo? ¿Qué tengo de raro?- Pregunto divertido.

Pues ya sabes, eres algo… Mayor que yo.- Dijo ella.

¿Me estas llamando viejo?- Fingió estar ofendido.

¡Claro que no! Sabes a lo que me refiero.- Contesto riendo.

Sí, pero solo soy un par de años mayor…- Le dijo.

Siete años, pero para ser exactos son ocho, cumple los 24 en unos días ¿no? – Pregunto Eliza.

Ni me lo recuerdes.- Dijo seriamente.

¿Por? -  Insistió.

Cada año mi familia organiza una fiesta, no me molestaría, pero invitan a mis tíos y primos, y bueno, nunca me he llevado bien con ellos. Por cierto, quiero que me acompañes, mi cumpleaños es el martes, pero harán la fiesta este domingo.- Le respondió.

Ahh… ¿Qué? Yo no puedo acompañarte.- Dijo apenada.

¿Por qué no?- Pregunto al notar su reacción.

Porque ahí estará tu hermana y por si no lo recuerdas es mi cuñada lo que significa que mi hermano también estará ahí y dijiste que nuestra relación se mantendrá en secreto y…- Alberto la interrumpió antes de que continuara.

Bueno ya entendí tu punto, pero aun así podrías ir, le diré a Sam que invite a tu familia y listo.- Dijo el acercándose a besarla de nuevo. El beso empezó lento y tranquilo, pero cuando se iba a intensificar  unos ladridos los hizo separarse.

Jenn se pone celoso.- Dijo levantándose.- ¿quieres conocerlo?

Claro.- Dijo poniéndose a su lado.

Caminaron hasta la puerta de vidrio que daba al patio y terraza del departamento y cuando Alberto abrió la puerta un perro de color café oscuro con blanco y de ojos azules se abalanzo sobre el para lamerlo en forma de saludo.

Basta.- Le dijo al perro y este lo obedeció.

El es Jenn, Eliza.- Dijo apuntando al husky de tamaño mediano.

Hola, ¡Eres tan lindo!-  Exclamo poniéndose de rodillas para acariciarle la cabeza al pequeño perro.

Me pondré celoso.- Comento Alberto riendo y Eliza lo imito.

Cuando Jenn tenga hijos con una linda perrita, ¿me regalaras uno de los cachorros? ¡Amo a los perros!- Le dijo ilusionada.

¡Por supuesto! Pero si te gustan tanto, ¿Por qué no tienes uno?- Pregunto curioso.

Porque papa era alérgico a ellos.- Respondió en voz baja.

Lo extrañas mucho, ¿verdad? Se lo que se siente perder a alguien inesperadamente.- Dijo suspirando.

¿Enserio? - Pregunto poniendo su atención en el.

Si, como ya te dije; no me levo bien con mis tíos y primos y es porque ellos tuvieron la culpa de la muerte de mi hermano mayor.- Respondió enojado.- Pero no quiero hablar de eso.

Está bien, pero quiero que sepas que ahora puedes confiar en mi.- Contesto mirándolo con dulzura.

Y tú en mi pequeña Eliza.- Dijo tomándola de la mano para levantarla.

Segundos después el sonido de alguien tocando la puerta llamo la atención de ambos, Alberto se disculpo y fue a ver quien llamaba afuera del departamento.

Hola guapo, el otro día me dejaste con ganas.- Le dijo Karla abalanzándose sobre el besándolo apasionadamente en cuanto le abrió la puerta.

Alberto no respondía al beso, pero tampoco trataba de detenerlo, al parecer estaba confundido, no se esperaba aquella visita y mucho menos en ese momento. Tardo segundos en reaccionar y apartar bruscamente de los brazos a Karla lejos de él.

¿Qué te pasa cariño?- Pregunto Karla sorprendida ante la reacción de Alberto.

¿Qué te pasa a ti? ¿Qué haces aquí?- Le cuestiono alarmado.

Vine a visitarte, el otro día te fuiste y… ¿Por qué has estado actuando tan raro?- Le pregunto soltándose de su agarre para acariciarle seductoramente el cuello.

Te explico luego, ahora tienes que irte por…- Una voz quebradiza lo interrumpió antes de que pudiera continuar con la oración.

Creo que es hora de que me vaya, veo que tu novia y tu tienen cosas de que hablar.- Dijo Eliza detrás de ellos con la cabeza baja y el rostro escondido detrás de su cabello.

Espera, no te vayas.- Le dijo Alberto al instante de alejarse de Karla para acercarse a ella e intentar explicarle, pero ella lo ignoro y lo esquivo para llegar a la puerta.

¿Quién es esa niña?-  Pregunto Karla con cierto desprecio.

Nadie.- Respondió Eliza bruscamente antes de salir corriendo del departamento.

¡Demonios!- Dijo Alberto claramente furioso antes de salir detrás de Eliza dejando a Karla aun mas confundida.

Llamo al ascensor y al ver que tardaba decidió bajar corriendo por las escaleras, quería encontrarla, seguramente ella estaría muy enojada con él, pensó Alberto.

Mientras tanto Eliza bajaba en el ascensor lentamente, se sentía tan estúpida por pensar que alguien mayor y sobretodo guapo se fijara en ella, seguramente solo quería jugar con sus sentimientos para después tirarla como trapo viejo, pero ahora que lo sabía las cosas serian muy diferentes, se decía mentalmente mientras las lágrimas recorrían su rostro rojo de furia.

Cuando Alberto por fin llego al primer piso y salió del edificio buscándola con la mirada cansado de su recorrido por las escaleras, la vio en la acera en frente de donde se encontraba el, sus miradas se cruzaron por unos segundos, los ojos de él expresaban preocupación y los de ella suma tristeza y rabia, el se disponía a cruzar la calle cuando la vio llamar un taxi y subir rápidamente en el, Eliza no quería enfrentarse a él, no ahora, no así, pero si pronto tendría que hacerlo.

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Perdon por tardar tanto en subir capitulos, prometo actualizar mas seguido ;D

Voten y comenten ;)

Les deje una foto de Jenn XD

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