Capitulo 26.

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Al día siguiente, después de clases, Eliza se encontraba sentada en el sofá del departamento de Alberto mientras él estaba en la cocina diciendo su nombre para llamar su atención.

Lo siento, me distraje un momento.- Dijo volviendo en si.

Haz estado así desde que veníamos para acá, ¿pasa algo? - Pregunto al situarse a su lado.

Estoy enojada con Daniel, esta mañana mamá hizo que me llevara al colegio y me ignoro todo el camino, por más que quise hablar con él, él simplemente hacia como si yo no estuviera ahí, se está comportando de manera muy inmadura y no creo que sea justo, ni siquiera me deja explicarme.- Frustrada se dejo caer en el respaldo del sofá.

Siento mucho que te trate así, todo fue culpa de mi hermana, anoche hable con ella y...- Eliza lo interrumpió.

No, igual se iba a enterar y creo que si alguien tuvo la culpa de como reacciono soy yo, no debí ocultárselo.- Se tapa la cara con las manos y suspira, Alberto la atrae a él y la envuelve en sus brazos.

Tranquila, yo creo que al final tu hermano tendrá que comprenderlo, dale tiempo.- Susurro en su cabello.

¿Y si le cuenta a mi mamá?- Pregunto con el rostro pegado a su pecho.

¿Y por qué no le cuentas primero? - Eliza se separo de golpe y sonrió.

¡Tienes razón! Esta noche hablare con ella, espero lo entienda y no se enoje.- Dijo antes de volver a abrazarlo.

Alberto le levanto el rostro de la barbilla para verla a los ojos, ella sonrió y deposito un tierno beso en los labios de su novio antes de que él intensificara el beso apoderándose de su boca, el timbre de su departamento sonando hizo que Eliza se separara con la intención de que su novio atendiera la puerta, pero este ignoro el acto y se acerco a ella dispuesto a seguir devorando su boca.

¿No abrirás? - Pregunto Eliza separándose dé el nuevamente.

No.- Alberto se encogió de hombros y volvió a besarla.

¡Abre ya! Sabemos que estas ahí.- Gritaron detrás de la puerta.

Vamos, ve a ver quién es.- Eliza lo empujo del pecho y él se levanto resignado.

Apenas abrió la puerta un par de hombres entraron apresurados al departamento, se pararon en medio de la sala y miraron curiosos a la pareja.

Te dije que estaba con ella.- Susurro el rubio.

Si, qué bueno que llegamos a tiempo.- Le respondió el otro.

¿Qué hacen aquí? - Pregunto Alberto.

Ignorándolo, ambos hombres se sentaron a cada lado de Eliza, la miraron preocupados y comenzaron a cuestionarla.

Hola pequeña Eliza, ¿estás bien? ¿Ese pervertido te hizo algo? - Pregunto el rubio.

¿Ah? - Dijo ella extrañada.

Que si ese pervertido.- El pelinegro señalo a Alberto.- ¿quiso hacer cosas malas contigo?

Son unos idiotas, déjenla en paz.- Tomo a sus amigos de la camisa con cada mano y los hizo levantarse.

Ignóralos, son Sebastián y Max, te los presente en casa de mis padres.- Dijo Alberto y Eliza asintió con las mejillas rojas de vergüenza.

Si y nos preocupamos cuando este pervertido tardo tanto en abrirnos, pensamos que estaban teniendo sexo.- Dijo Max.

Y qué bueno llegamos antes de que lo hicieran.- Agrego Sebastián.

Dejen de decir tonterías, ¿qué hacen aquí? - Pregunto Alberto.

Vinimos a ver el partido, ya va a empezar y tú nos invitaste.- Respondió Max antes de dejarse caer en el sofá y encender el televisor.

Bajo La Lluvia...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora