Capitulo 19.

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Llego al hotel y después de que la amable señorita que atendía la recepción buscó habitación, al llegar dudo antes de tocar, pero decidida llamo la puerta, pasaron varios segundos antes de que por fin le abrieran.

Con pesadez se levanto de cama, se vistió con un sencillo pantalón de su pijama y fue a abrir la puerta.

Hola.- Saludo con la misma timidez de siempre.

¿Qué haces aquí?- Pregunto sorprendido, pero sobre todo nervioso.

Yo vine a verte, estaba preocupada emmm ¿hice mal en venir?- Se sintió bastante tonta en ese momento, no debió haber ido a buscarlo.

Alberto la miro serio, no sabía que contestarle y mientras pensaba en algo que decirle alguien detrás de él le gano la palabra.

Aly, cariño ¿quién es ella?- Pregunto una rubia de ojos verdes y curvas perfectas debajo de la bata que escotaba sus pechos.

No es nadie, espérame en la cama, ahora voy.- Le dijo saliendo al pasillo y cerrando la puerta atrás de él.

No me mires así nena, no me iré con rodeos, ella es Beth, la conocí hace unos días y pues ella me da lo que tú no, eres una niña muy linda, tierna y todo lo que quieras, pero ya me canse de andar de manita sudada y besitos inocentes contigo, yo busco a alguien que me complazca y tu no lo estás haciendo, lo siento pequeña, ahora sabes lo que quería de ti, espero seas madura y olvides lo poco que hubo entre nosotros, ahora vete a casa, no quiero ver a una niña llorar.- Pronuncio esas palabras sincero, frio y con desprecio por la reacción de su ahora ex novia que se encontraba frente a él con la mirada hacia el suelo y sollozando silenciosamente.

Eliza no podía creer lo que sus ojos y oídos acaban de presenciar, se sintió engañada, utilizada, humillada y muy estúpida por confiar en alguien tan imbécil como él, se arrepentía de no haber escuchando a William y Samanta cuando ellos le advirtieron lo que sucedería y con el corazón hecho trizas se dio la vuelta y regreso por donde vino conservando su orgullo hasta salir del hotel y romperse en llanto como una bebé, una bebé perdiendo su poca dignidad.

Sobresaltada y con unas pocas lagrimas que recorrían su rostro enrojecido despertó de ese sueño o mejor dicho, de esa pesadilla. Con los ojos muy abiertos miro a su alrededor y regresando a la realidad se levanto de la cama, apago su despertador y se metió a la ducha despejando su mente.

Luego de vestirse, desayunar y tomar su mochila salió de casa y con la intención de escuchar música mientras caminaba rumbo al colegio encendió su celular encontrándose con un mensaje de Alberto que rápidamente leyó.

"Mi prima me dijo que me llamaste, perdón por no haber contestado, estaba tomando una ducha y no escuche el teléfono, espero estés bien, ya quiero verte."- AD.

"Mi prima, mi prima, mi prima, prima, ¡prima!"- Resonaba en la cabeza de Eliza, fue lo único del mensaje a lo que le puso atención y no dejaba de meditarlo. Era su prima y yo pensando mal, soy tan tonta- Se regañaba mentalmente, volvió a leer el mensaje y ahora si lo contesto.

"Tranquilo, estoy bien, solo te llame para saber cómo estabas. Yo también quiero verte."- Elizabeth.

Siguió su camino y llego al colegio, mientras la clase del raro profesor de matemáticas estaba a punto de terminar recibió otro mensaje de su novio.

"Gracias por preocuparte, regreso mañana en la tarde, ¿crees que podamos vernos para hablar un rato?"- AD.

"Si, dime la hora y lugar :-D"- Elizabeth.

"A las 4, ¿en mi apartamento?"- AD.

"Si, ahí está bien, nos vemos pronto."- Elizabeth.

"Ok, suerte en clases, hasta mañana linda."- AD.

Bajo La Lluvia...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora