En un principio, pienso en ignorar los golpes en la puerta y hacerme la loca. Encerrarme en mi habitación y dejarlo que se canse de llamar y se vaya de una vez. Pero... ¿y si estoy equivocada y no es él quién llama? ¿Y si hay una emergencia en el edificio como por ejemplo un incendio y es una llamada de atención? Si, ya sé que si hubiera un incendio sonaría una alarma o algo así, pero también podría ser el vecino de enfrente, ese con quien apenas cruzo una palabra cuando nos vemos en el rellano. Tiene un gato más viejo que el catarro y a lo mejor se le ha escapado y necesita mi ayuda para buscarlo, ¿podría ser no? Vale si, está claro que estoy buscando una justificación para abrir la puerta sin que se note demasiado que en realidad quiero saber si es él y por qué está aquí. Me pica la curiosidad, ¿a vosotras no? Seguro que si.
Total que respiro hondo varias veces para reunir el valor necesario de abrir la puerta y enfrentarme a él. He de confesar, que la primera reacción que tengo nada más verlo es encaramarme a su cuerpo, pero por supuesto me contengo. Verlo vestido de sport, con tejanos negros ajustados, camiseta de algodón gris pegada a su definido pecho y cazadora negra de piel fina, me hace poner el suelo perdido de las babas que se escapan de mi boca abierta. Es lo que tiene no estar acostumbrada a verlo vestir así. ¿Voy a tener siempre la misma reacción o algún día podré actuar con él como una persona medianamente normal? Pues va a ser que no, que actuar con normalidad con un especimen como él va ser imposible. Al menos de momento.
- ¿Estabas dormida? -Me pregunta.
- No.
- ¿Entonces por qué has tardado tanto en abrir?
- ¿Qué hace aquí señor Dempsey?
- Puedes tutearme Olivia, no estamos en la oficina. ¿Puedo pasar? -Dice apartando mi mano apoyada en la puerta y entrando como Pedro por su casa.
- ¿No le han explicado en el colegio que cuando se hace una pregunta debe esperar una respuesta?Yo no le he dado permiso para entrar en mi casa...
- Cierto. Pero ya que estoy dentro, ¿por qué no cierras la puerta y nos ponemos cómodos?
- ¿Puedo saber a qué ha venido?
- Lo cierto es que pasaba por aquí y me apeteció verte...
- Si claro, pasaba por aquí. -Estoy empezando a cabrearme, pero no con él, sino conmigo, porque me doy cuenta que esta relación ( si se la puede llamar así ) que tenemos de amor odio me gusta y me hace sentir... ¿Cómo decirlo? ¿Viva? Si, eso es me hace sentir viva, me hace estar alerta. Me gustan nuestros tira y afloja verbales, espero impaciente a que abra la boca para soltar una de las suyas porque yo ya tengo la flecha en el arco dispuesta a disparar con mi respuesta. Como si fuera un juego de ingenio, en el que el ganador es aquel que de la respuesta más ácida y borde. ¡Es una puta locura! -Estoy esperando una respuesta señor Dempsey.
- Quería despedirme de ti...
- ¿Despedirse? -¡Ay Dios, a ver lo que me suelta ahora!
- Ha surgido un problema con el gerente de San Francisco y mañana a primera hora tomaré un vuelo para tratar de solucionarlo. No sé cuántos días estaré fuera y quería verte para despedirme de ti personalmente.
- ¿Y no podría simplemente haberme llamado por teléfono o haberme dejado un aviso en la oficina? No me gusta recibir visitas en mi casa, y menos de usted.
- Y yo que creí que me recibirías con los brazos abiertos... iluso de mi. -Dice con ironía.
- Solo recibo con los brazos abiertos a las personas que me alegro de ver, y a usted no me alegro de verlo en absoluto.
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LUST
Romansa«REINA DE CORAZONES» Está disponible en Amazon en Ebook y Papel!! http://leer.la/B01DWPRQU6 #1BestSellerInternacional Olivia es una joven de treinta dos años que desde hace cinco años, trabaja para un magnate de la industria textil al que odia pro...