ÉL

6.9K 543 27
                                    

El taxi me deja una zona apartada de la ciudad, en una finca impresionante. Tengo ante mi, una casa de estilo victoriano imponente. Está claro que los responsables de organizar las reuniones, no escatiman en gastos a la hora de escoger los lugares donde celebrar dichas reuniones. Estoy algo nerviosa y, me tomo mi tiempo antes de decidirme a traspasar la enorme puerta de madera. Apenas se oye nada, solo las notas musicales de una canción que desconozco. Por primera vez esa noche, la mujer seria y responsable que hay en mi, se pregunta si estoy haciendo lo correcto, a la que la morbosa "Reina de corazones" contesta un «si» rotundo sin ni siquiera pararse a pensar.

Sin más tiempo que perder y con el antifaz cubriéndome la cara, llamo a la puerta. Me abre un chico alto y fuerte, vestido de negro y con una máscara de color verde botella. Le doy los datos correspondientes y en cuanto los verifica, se hace a un lado para dejarme pasar. En el recibidor, hay varias personas, una chica vestida de verde botella y con el antifaz negro (al revés que el chico de la puerta), me mira. Lleva un pinganillo en la oreja y habla con alguien mientras se acerca a mi. Cuando está a mi lado, me sonríe y me conduce a una de las puertas que permanecen cerradas. Antes de cruzar dicha puerta, respiro hondo para calmar mis nervios, y para olvidarme quien soy realmente. Quiero disfrutar de la noche igual que lo hice la primera vez.

En la habitación en la que estoy ahora, todo es de color dorado y verde botella, incluida la barra del bar. Varias personas dejan sus conversaciones a medias para mirarme y eso me incomoda un poco. Nunca me gustó ser el centro de atención. Parándome a pensarlo detenidamente, a quien no le gusta ser el centro de atención es a Olivia, no a "La reina de corazones". Así que, sonrío y con una seguridad que en realidad no siento, me dirijo a un extremo de la barra. Por lo que veo, el camarero tiene buena memoria, porque sin que yo le diga nada, me pone un bombay sapphire con naranja. Le doy las gracias y mientras le doy un sorbo a mi bebida, paseo la mirada por el salón varias veces intentando distinguir entre la gente a Hércules. Una de esas veces, reparo en un hombre que está relajadamente sentado en un sillón. Tiene una copa en la mano y juraría que él también me está mirando. Va vestido de negro y lleva un sobrero a lo Humphrey bogart en casa blanca de color rojo que me hace sonreír. Sin cortarme un pelo, lo miro descaradamente y reparo en su boca. Una boca sensual, de labios gruesos, carnosos y muy tentadores. Aparto la mirada durante un segundo, preguntándome «quién será él y, si alguna vez tendré la posibilidad de saborear esos labios». Solo de imaginar esa boca sobre la mía, me enciende y agita mi interior. Vuelvo a darle un trago a mi bebida, e intento que mis ojos miren en la dirección contraria a la que él se encuentra, sin conseguirlo. No sé si es ese aire misterioso que lo envuelve, o su penetrante mirada posada sobre mi, pero sin que yo pueda evitarlo, mis ojos vuelven a él una y otra vez.

— ¿Qué estás mirando con tanto interés? —Sobresaltada por la pregunta, me giro y veo a Hércules junto a mi. Estaba tan concentrada observando al hombre misterioso que ni siquiera había reparado en su presencia.

— Hola —respondo nerviosa—. Miro con interés todo lo que me rodea...

— ¿Seguro qué no mirabas a alguien en particular? Me pareció verte muy concentrada en el caballero del sombrero rojo.

— Puede ser... ¿Le conoces?

— Si. Es Jack Sparrow, un tipo misterioso y borde que viene a las reuniones de vez en cuando. ¿Quieres conocerlo?

— No, solo sentía curiosidad...

— Sabes que la curiosidad mato al gato ¿verdad?

— Ja, muy gracioso...

— ¿Has venido sola?

— Cielo, yo siempre vengo sola... —Vaya, por fin sale a flote mi yo atrevida y descarada. Empezaba a dudar si ésta había decidido quedarse en el hotel.

LUSTDonde viven las historias. Descúbrelo ahora