En el viaje de vuelta a Chicago aprendió una importante lección: no coger aviones con resaca o no beber tanto la noche antes. Y aunque hubiese viajado en otro avion privado, el dolor de estómago y de cabeza se había multiplicado, o eso le parecía a ella. Y ahí estaba ella, con gafas de sol que compró en unas de las tiendas del hotel, porque las suyas estaban en casa, esperando a que la cinta de equipajes escupiese el suyo, mientras que su brazo se cansaba por el peso del vestido de gala. Aunque por suerte, su equipaje salió a los pocos minutos. Sin cuidado lo bajo de la cinta y sin perder ni un segundo más, salió al aire libre para coger un taxi.
Al llegar a casa se fue directa al dormitorio. En el cual, dejó la maleta sin molestarse en deshacerla, la funda con el vestido la estiró rápidamente sobre la cama y a su lado se tumbó ella.
-Hogar, ¡Dulce hogar! - suspiró. Por suerte el poco aire fresco que había tomado mientras esperaba al taxi y del taxi al portal, le había sentado bien. Ya notaba la cabeza menos pesada.
Le hubiese encantado quedarse el resto de su vida allí tumbada, pero su cuerpo la pedía que se pusiera la ropa cómoda, Así que muy despacio se incorporó y sin pensarlo, fue a buscar su camisón de manga corta y que llega por las rodillas, con un enorme oso de peluche en la parte frontal. Muy infantil, pero como no tiene planes de que nadie la visitase no le importó. Y para completar el look, rebusco en el cajón de los calcetines hasta encontrar unos morados de gordos con ardillas. se cambió las molestas lentillas por sus gafas y en vez de tumbarse otra vez en la cama, eligió el sofá. Estaba tan agotada que se dejó caer de cualquier manera y apenas llegó a coger el mando del televisor. Pasó canales, hasta que encontró que reponían capítulos de "Friends". Consiguió olvidarse de su cuerpo dolorido, hasta se rió de los chistes malos de Cheandler. Lo malo es que cada vez que abría la boca, mechones de pelos acudían a ella. Por lo que optó por hacer se un moño moviéndose lo menos posible, es decir, que quedó mal centrado y medio deshecho. Y sin moverse para nada más, pasó el tiempo que duraba los dos siguientes capítulos. Estaba esperando a que empezase la siguiente serie, cuando el timbre de su casa sonó.
-¿No entenderá que no quiero hablar con él? - pensó en voz alta, creyendo que quien llamaba era Carlos. Iba a ignorarlo cuando volvieron a llamar repetidas veces. - ¡VOY, VOY! - dijo crispada.
No se molestó en adecentarse, en fin, Carlos ya la había visto en peores ocasiones. Pero se quedó de piedra al no ver a Carlos. Y en cambio toparse con Douglas Stoker. En ese momento ella fue muy consciente de cómo iba vestida. Intentó arreglarse un poco el pelo, peor no consiguió nada.
-¿Sí? - dijo viendo que él solo la miraba de abajo a arriba.
<<Debe de estar flipando.>> Pensó Roxanne con el corazón desbocado y las mejillas arreboladas.
-Ehhh...- dijo todavía recorriéndole con la mirada - Estas...encantadora - dijo con humor mientras la miraba juguetonamente con sus ojos grises.
-¿Perdón? - dijo ella sorprendida ante sus comentario.
-¿Puedo pasar? - preguntó el pelirrojo con unas amplia sonrisa.
- No - dijo sin pensárselo dos veces. Sólo le conocía de coincidir con él dos veces y por muy irresistible que fuera, no le iba a dejar pasar. Y menos con las pintas que tenía en ese momento.
-¡Te lo dije! - dijo una voz desde el pasillo con tono de superioridad.
Eso desconcentró a Rox, que asomó un poco la cabeza por el marco de la puerta y vio cómo uno de lo gemelos y su molesto vecino contemplaban a su amigo apoyados en una de las paredes del pasillo. Y ambos con cara gesto de estarse divirtiendo.
-Ya te dijimos que no te iba a dejar pasar, pedazo de subnormal - se mofó Jackson
-¡Yo por lo menos tengo huevos de intentarlo! - replicó el aludido.
-Y mira para lo que ha servido - comentó el gemelo.
-¿Hola? - dijo Roxanne para que recordaran que estaba allí delante.
-Hola - dijeron los dos morenos a la vez.
-Pues lo haré aquí - le sonrió Stoker
-¿Hacer el qué? - preguntó preocupada
-O'Donnell, dime que tienes batería en el móvil... -preguntó el gemelo bajito, pero no lo suficiente para que Stoker no le escuchara, aunque éste le ignoró- que ésto hay que grabarlo y el mio está muerto.
-Muerto también - se limitó a contestas, ya que no quería perderse nada de lo que iba a ocurrir.
-Roxanne, ¿me harías el favor de salir a cenar conmigo? - le preguntó poniendo su sonrisa más seductora.
Roxanne se quedó sorprendida por segunda vez en pocos minutos. ¿Un hombre, un hombre como él, la estaba pidiendo una cita? ¿A ella? Estaba dividida. Seguramente este espécimen masculino sea igual que su vecino y eso no le gustaba nada. Por otra parte, era... un dios pelirrojo. Y la forma en la que la estaba mirando .. nunca la habían mirado así. Bueno, ella nunca se ha dado cuenta, pero no es el primer hombre que la mira así.
-Había que haberlo grabado - dijo Salazar suspirando.
-Mira que le dijimos que no iba a aceptar- esa última frase de Jackson llegó a los oídos de la rubia y es lo que la hizo decidirse.
-Claro que sí - le dijo sonriendo y haciendo que en el pasillo reinase un silencio incrédulo.
-¿He escuchado bien? - dijo el gemelo
-Teníais razón, habría que haberlo grabado - rió contento el pelirrojo. - ¿Te viene bien mañana? ¿Te paso a buscar a las 8? - preguntó casi sin respirar.
-Vale - dijo Roxanne, empezando a dudar.
-Me voy antes de que cambies de opinión - rió su cita alegremente-. Hasta mañana, Roxanne. ¡Vayámonos, Salazar!
-Que suerte tienes, cabrón - dijo el aludido mientras ambos se acercaban al ascensor y echaba una mirada rápida a los pintas de Roxanne. Sin poder evitarlo, soltó una carcajada. Ella solo se sonrojó y rodó los ojos.
Se quedó en la puerta aún cuando el ascensor cerró sus puertas doradas. Se quedó allí porque sabía que él todavía no se había marchad,. aunque ella desde su posición no le alcanzaba a ver.
-Pensé que no le aceptarías - dijo Jackson rompiendo el silencio junto a sus pasos que indicaban que se estaba acercando-. Como también es otro estúpido jugador de hockey.. - dijo cuando estuvo a un metro de ella, cara a cara.
-Te recuerdo - dijo cruzándose de brazos - que no te llamé estúpido y menos generalicé.
-Cambia las palabras, pero no su significado.
-Piensa lo que quieras - le dijo fríamente.
-Eso es lo que llevo haciendo desde hace muchos años - respondió igualmente.
-Bien.
-Bien.
-Bien - dijo con la intención de cerrarle la puerta.
-Por cierto - dijo antes de que ella lo hiciese -, bonito camisón, ojazos - dijo recorriéndola con la mirada.
A lo cual ella respondió cerrando de un portazo.
-"Bonito camisón, ojazos" - le imitó burlándose-, Estúpido cabeza hueca... se cree divertido el muy idiota..
Volvió a tumbarse en el sofá. Pero esta vez la cabeza la daba millones de vueltas. Mañana iba a tener una cita con Stoker. No se lo podía creer. ¡Ella tenía una cita! Ya estaba imaginando la reacción de Carlos cuando se lo contara... aunque no pensaba llamarle esta noche, ya si acaso mañana. Cuando haya digerido toda la situación y se lo creyese.
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Chicago Warriors (Editando)©
Romance¿Quieres conocer a Roxanne? ¿Y a Jackson? Aquí tienes la oportunidad de hacerlo. No te lo pierdas. Yo no lo haría. Todos los Derechos de Autor reservados.