Capítulo 16

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Llevaba toda la semana de un humor un poco gruñón. Pero todo pareció mejorar cuando el sábado por la mañana encontró a su vecina a punto de dejar unas bolsas en el suelo para poder abrir el portal.  Y aun sabiendo que no estaba bien, que uno de sus mejores amigos estaba saliendo con ella, no lo pudo resistir.  Se acercó rápidamente y apoyó su pecho en su espalda, bueno no lo apoyó, lo rozaba y alargó su brazo para meter la llave en la cerradura, la cual para su opinión tardó muy poco en abrirse. Nada más que la puerta se abrió, Roxanne entró rápidamente. Y él la siguió un poco más despacio, apreciando como sus pantalones de deporte se amoldaban a su culo.

-Hola, ojazos - saludó.

-No me llames así - dijo Roxanne con sentimientos dispares. Por una parte le encantaría gritarle por la confianza que se había tomado al casi abrazarla para abrir la puerta. Pero a la vez no podía negar que la había encantado y que deseaba que esa situación se volviera a repetir y no muy tarde. Todavía no se había girado a mirarle, sino que lo contemplaba a través del reflejo de las doradas puertas del ascensor. Llevaba el pelo despeinado y sin duda tenía la mirada clavada en su culo - y deja de mirarme el culo.

-Eh.. - dijo mientras ella veía como se rascaba la cabeza avergonzado de ser descubierto - deja que te ayude con las bolsas - dijo nervioso mientras se acercaba a ella y agarraba lo que llevaba en una de las manos, lo que la hizo gracia. Pocas veces se veía a un hombre tan imponente, y por lo visto famosos, sonrojarse.

-¡Ten cuidado! - le avisó viendo que cogía el asa del transportín de Nefertiti, haciendo que el por primera vez contemplase la caja.

-¿desde cuando tienes una mascota? - peguntó mientras subía con cuidado la caja a la altura de los ojos para poder ver a la gata por las rejas.

-Desde hace media hora - dijo volviéndose a mirarle por primera vez con una gran sonrisa de orgullo.

-¡Un gato! - dijo mirando al animal gris que dormitaba tranquilamente en una esquina sobre una manta arrugada - ¡Hola, Gato! - saludó. Él siempre quiso tener una mascota, ya le daba igual un gato o un perro, pero teniendo su hermano alergia ambos animales nunca pudo tener uno. Y cuando se fue a vivir solo, sabía que por el momento sería imposible, no pasaba el suficiente tiempo en casa como para cuidar de uno.

-Gata - dijo sin poder evitar reírse ante la cara de enamoramiento que puso Jackson al ver al animal - Y se llama Nefertiti, no Gato.

-¿No es un nombre muy largo para una cosa tan enana? - dijo bajando otra vez el brazo justo cuando las puertas doradas se abrieron. 

-Ya crecerá - dijo encogiéndose de hombros y entrando en el ascensor. - Además queda muy bien con Anubis.

-¿Anubis? - dijo perdido.

-Su hermano - sonrió - que espero que llegue a casa en pocos días.

-¿Otro gato? - dijo elevando una ceja - ¿Y por qué no lo has traído ya?

-Lo han tenido que ingresar - dijo cabreándose al recordar como les había encontrado. Cosa que no tardó en contarle mientras el ascensor se paraba en su planta.

-Hijos de puta.

Ambos sentían lo mismo ante el tema. Nunca han entendido como un ser humano podía abandonar así a los animales, fuera cual fuera su raza u origen. 

Al entrar en casa ella no le dijo que se podía ir, además de que tenía toda la pinta que él se quedaría sí o sí, para ver bien a Nefertiti.Así que le dijo que no abriese el transportín hasta que hubiese cerrado todas las puertas menos la de la cocina, para que la gata no se acobardara ante tanto espacio.  cuando regresó, él ya se había quitado su abrigo, quedándose en manga corta y sentado delante de la jaula. Ella hizo lo mismo y dejó su ropa encima de una de las sillas; y se sentó a su lado.

-Nefertiti... - dijo la rubia suavemente mientras abría la parte delantera y esperaba que la gata saliese por si misma, como la había aconsejado la doctora. Pero no pasó nada. - Que raro.

-Nef.. - esta vez fue la voz ronca la que la llamó. Pero nada. Así que ambos se agacharon para mirar lo que sucedía. Y es que la gata seguía tranquilamente dormida. - Me d a ami que esta gata no te va a dar mucha guerra - dijo sonriendo mientras se giraba para mirar los ojos violetas de su vecina.

-¿Quieres un café? - dijo impulsivamente, su subconsciente no quería que él se fuera.

-¿Puede ser una cerveza? - dijo el moreno mientras que se ponía en pie.- el café no me sienta muy bien.

-No tengo cerveza- a ella no le gustaba y raramente Carlos tomaba una y si le apetecía solía traérsela - Tengo algunos refrescos, té y vino. - dijo levantándose y dirigiéndose a la cocina, mientras él la seguía.

-Ya sé que es pronto, pero ¿que te parece si brindamos por Nerfertiti con una copa de vino? - la idea no la pudo gustar más. Era una buena escusa para empezar otra botella de vino. Por otra parte, él debería admitir que el vino tampoco es que le hiciese mucha gracia, pero si le daba la oportunidad de pasar más tiempo con ella, bienvenido sea.

Aunque una parte de su cerebro le decía que saliese de allí, que Douglas estaba teniendo citas con ella y que él no se debería meter en medio. Pero la otra parte le decía que no había nada d e malo en querer ser amigo de su vecina, ¿no? Además, así se aseguraba de que ella era conveniente para él. No tenía nada que ver con lo mucho que le atraía.

-Tú copa - dijo ella sacándolo de sus pensamientos y poniendo la copa enfrente suyo.

-Gracias - la sonrió y ella sin poder evitarlo se la devolvió. Él tenía algo que le hacía irresistible, pero ella pensaba, no, tenía claro, que ella sería una entre millones de personas con esos sentimientos.

Se quedaron así, mirándose mientras sonreían, durante un rato, sin nada que decir. Hasta que el móvil de Jackson empezó a vibrar. Él lo sacó del bolso de sus vaqueros para contemplar una foto de Stoker vestido de mujer mientras se soplaba las uñas. 

-Dime - le dijo nada más descolgar la llamada.

-¿Donde estás? Estoy llamando a tu piso y no das jodidas señales de vida - esa fue la respuesta que recibió.

-Estoy en casa de Roxanne - dijo y al instante se sintió mal, estaba en casa de la chica se su mejor amigo y en lo único que podái pensar era en tontear con ella... bueno en mucho más que un simple tonteo.

-¿Douglas? - le preguntó bajito la rubia. Acertando. El moreno cabeceó para confirmarlo - dile que suba a mi casa.

-Ábreme, entonces - dijo el pelirrojo tras escuchar a lo lejos las palabras de Roxanne.

Pero no hizo falta decirla nada porque ella ya había salido de la cocina para abrirle y en nada había vuelto a entrar.

-Listo - dijo alegremente mientras buscaba otra copa.

-Roxanne - la llamo. - Se que hemos empezado con mal pie, pero me gustaría que fuésemos amigo - <<Mentiroso>> se dijo a sí mismo. Y él lo sabía. Pero la llamada de  su amigo le había sentirse culpable. Además, si eran amigos tendría una excusa para estar en su casa, hoy y cualquier día que quisiese.

-Vale - respondió la rubia mirando brevemente hacia él para sonreirle. Pensaba que alguien como él no podía estar interesada en alguien como ella, cuando podía tener a cualquier mujer de rodillas ante él. Pero por lo menos podía disfrutar de su compañía.

En ese momento se escuchó el timbre de la puerta a la vez que el maullido de Nefertiti, indicando que ya estaba despierta.


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¡Hola! Ya se que he estado desaparecida estas Navidades mi tiempo libre era casi nulo entre el trabajo y los estudios :( Y durante este mes me va a ser un poco difícil conseguir tiempo para escribir, porque llegan las semanas de todos los exámenes. Así que os pido un poco de paciencia. Y espero que os guste el capítulo, un fuerte abrazo! 


Chicago Warriors (Editando)©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora