El lunes Jackson se despertó de muy buen humor, tanto que se quedó un poco más hecho una lío con sus sábanas blancas en su enorme cama, algo que no solía hacer. Tenía la costumbre de nada más despertarse, estirárse e ir a prepararse un bol enorme de cereales. La sonrisa que se le extendía por su rostro cincelado tenías una clara explicación. Y es que hoy era lunes, el mismo lunes el cual Stoker se tendría que pintar los labios para un entrenamiento público. Pero eso no era lo que más le hacía sonreír, sino algo en lo que no había caído el pelirrojo: el castigo del entrenador. Ese terrorífico , despiadado y absurdo castigo que imponía Artzur Zein a cualquiera que se atrevía a sobrepasar un poco las normas. Y ese estado de ánimo no se le cambió en todo el día antes del entrenamiento, al contrario su alegría se incrementaba por momentos.
De camino en su coche al aparcamiento subterráneo del estadio no pudo evitar poner la música más alta de lo normal y hasta tatarear un poco. Aunque lo que encontró en él le quitó toda la alegría del cuerpo. A dos aparcamientos del suyo, exactamente en el de Stoker, Allí estaba él y con la que debería ser su chica arrinconada entre él y la puerta del copiloto. Y Ella riéndose mientras escuchaba atentamente lo que el otro le decía. La encontraba preciosa y daría lo que fuera por ser él quien la tuviera contra el coche. Además se la veía caliente pero ala vez diferente a los líos que llevan de vez en cuando los chicos a los entrenamientos abiertos, en los que las se vestían más para darse a conocer ante las cámaras que para presenciar un entrenamiento. había elegido unas deportivas amarillas completamente, unos vaqueros pegados oscuros, una camiseta estilo béisbol negra con las mangas amarillas y que se pegaba a todas sus curvas. Y para no pasar frío se había traído una sudadera de aspecto calentita negra que había atado a las caderas. Vestía como las mujeres de los jugadores no los ligues de unos días. Y no sabía si preocuparse por ello. Por una parte se sentía contento porque ella fuese una chica normal, no una caza famosos. Pero la otra parte le preocupaba más; la parte de que ella estaba allí con su amigo.
Les miraba fijamente sin casi darse cuenta y cuando vio las intenciones de Douglas de besar a la rubia no lo dudó y tocó el claxon, haciendo que ambos se separasen sobresaltados, lo que le causo una breve risa.
-¡Joder, O'Donnell! - le gritó Douglas, les había sobresaltado porque no se esperaba eso, porque por lo demás lo tenía todo preparado.
-¡No me daba cuanta que interrumpía! - le contestó mientras que salía del coche y se acercaba a ellos- Hola, ojazos.
-No me llames así.. - le dijo la rubia mientras se le iba pasando el sonrojo que la había teñido la cara tras el susto.
-Vale, Rox - dijo probando si le dejaba llamarla sí y por lo que se, al no obtener queja, supuso que sí.
-Bueno, vamos que al final legamos tarde y no quiero vérmelas con el entrenador - dijo el pelirrojo mientras agarraba de la mano a la chica y con la otra se colocaba el asa de una mochila en el hombro.
-Claro - intentó no reir, se ve que todavía su amigo no había caído en que tendría un castigo sí o sí.
El trío estaba casí ya en la puerta de acceso cuando Roxanne separó.
-¡Espera! - le dijo tirando del agarre del pelirrojo - Me he dejado el pintalabios en el coche. - dijo sabiendo la apuesta que perdió Stoker y el precio que debería pagar - Dame las llaves que lo cojo en un momento.
-Espero que sea un rojo potente - le picó.
-No sé, el que ha elegido mi chica - recalcó el "mi chica" para joder más.
-¡Ya está! - dijo tendiéndole las llaves a Douglas y Jackson no puedo evitar recorrerla el cuerpo descaradamente.
-¿Vamos? - dijo el pelirrojo con una gran sonrisa mientras entreban y Jackson no sabía la razón de ella. - ¿Te importaría esperar un momento en la puerta hasta asegurarme que no hay nadie desnudo? - la dijo dándole completamente la espalda a Jackson cuando llegaron a la puerta del vestuario.
Jackson entró primero, no tenía ganas de seguirviéndoles juntos, aunque por otra parte cualquier momento junto a ella le valía. Casi todos los jugadores estaban dentro y con casi todo el equipamiento puesto. La sala era grande con las paredes repletas d elos casilleros con el nombre de cada uno, un arco en uno de los extremos de la sala conducían a la zona de baños y de la de baños a la de la ducha. Apoyados en el cubículo siguiente al suyo se encontraban Bruce Prince, uno de los mayores goleadores del equipo y Axel Keith, el defensa rubio que siempre parecía tener problemas con la novia; y por lo que pudo escuchar mientras se empezaba desvestir, de eso se trataba la charla. La verdad que cuando el rubio pensaba pedirla salir más seriamente, todos le dijeron que era una mala idea, sobre todo porque ella parecía más una cazafortunas que alguien que realmente siente algo por otra persona. Y los continuos problemas que ella le daba sólo hacían confirmar lo que pensaban todos sus compañeros: que ella era una jodida zorra y que él subnormal por no darse cuanta ni cuando tus compañeros te lo decían.
-¿Tú que piensas, O'Donnell? - le preguntó el afectado y él sabía que no podía hacer como si no lo hubiese escuchado.
-¿De qué? - dijo empezando a ponerse el equipamiento de entrenamiento.
-¿A que no significa nada que Clement sonría y se ruborice cada vez que recibe un mensaje? - <<Si hasta su nombre es horroroso>> siempre pensaba Jackson cuando lo escuchaba.
-Eres gilipollas - le dijo Prince mientras se pasaba la mano por su cabelo negro rapado al uno.
-Keith, eres gilipollas - volvió a repetir Jackson y es que era verdad -. Te lo decimos siempre, está jugando contigo. Esa no quiera a nadie más que a ella misma, bueno, a sí misma y al dinero de otros...
Keith no dijo nada, como siempre que hacía al escuchar esas palabras, se dió media vuelta enfadado y se dirigió a otro grupo.
-Lo hemos intentado - dijo el rubio mirando con pesar cómo su amigo se alejaba.
-¿que pasa? -dijo Salazar mientras le golpeaba su amigo-
-Lo de siempre - dijo el capitán.
-¿con Bruce? - preguntó esta ves el otro gemelo. En esta ocasión sólo hubo asentimientos de cabeza. - Pobre diablo.
-¡Chicos! - gritó Stoker para llamar la atención de todos- ¡Os presento a Roxanne! - dijo y todas las miradas se dirigieron a la rubia sonrojada que saludaba con una mano.
-Hola, preciosa - Brendan Ford dijo mientras se acercaba pavoneándose como hae siempr eque ve a alguna mujer guapa.
-Atrás, Ford - le dijeron los gemelos a la vez -, esta chica ya tiene chico - dijeron aunque ellos se quisiesen referir al capitán y no al pelirrojo, pero nadie aparte de ellos cuatro lo sabían.
-¡Cinco minutos! - dijo alguien antes de golpear fuertemente la puerta del vestuario. Se había convertido en rutina que el segundo al mando de los entrenadores les avisase cuando quedaba poco tiempo. Y todos se lo agradecían.
-Vamos a allá - escuchó Jackson a Stoker - Eso sí, ¡como alguien se ría se arrepentirá! ¿escucharon? - aunque lo único que consiguió fueron caras de desconcierto pues ninguno salvo el moreno y la rubia sabían de qué estaban hablando.
Y cuando vieron como Roxanne le empezaba a pintar los labios todos se rieron.Era surrealista y estúpido. El único que no se rió fue O'Donnell, él sólo s epodía fijar en cómo los brazos de su amigo rodeaban a su Rox. Tampoco se dio cuanta como dos pares de ojos idénticos observaban atentamente su reacción.
bueno, si se rió minutos después cuando el entrenador le vió y al pelirrojo s ele puso más blanca aún la piel, por lo que veía O'Donnell, su amigo se acababa de dar cuanta de las consecuencias de la apuesta.
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Chicago Warriors (Editando)©
Romance¿Quieres conocer a Roxanne? ¿Y a Jackson? Aquí tienes la oportunidad de hacerlo. No te lo pierdas. Yo no lo haría. Todos los Derechos de Autor reservados.