Capítulo 18

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-Espera, ¿lo dices en serio?

-¿Por qué voy a estar mintiéndote? - le dijo como respuesta Douglas a Roxanne.

-¿Para reíros de mi? - dijo mientras se dejaba caer en el sofá con Nefertiti intentando escalar su cuello.

-Escucha - dijo pacientemente-. Nosotros, es decir los gemelos y servidor aquí presente, conocemos a O'Donnell desde hace años; le hemos visto con cientos de mujeres- eso no ayudaba a favor del moreno - y nunca, jamás se ha comportado así con una mujer como contigo.  También es que nunca le han rechazado... - dijo pensativo más para él que para ella.

Roxanne no podía evitar sentir excitación al saber que el dios de su vecino la encontraba atractiva. Pero por otra parte pensaba que no era para tanto; que él no quería nada serio con ella, como de dice: "otra muesca más para su cabecero", sí ese es lo que ella pensaba que sería y quedó confirmado con las últimas palabras del pelirrojo.

-¡Ahí lo tienes! Va detrás de mí porque hasta ahora a conseguido tirarse a cualquier mujer que quisiese y conmigo no ha podido. Soy como una especie de reto.

-¡No...! - dijo moviendo la cabeza -. ¡Confía en nosotros! Si sólo fueses otra más pasaría de ti. ¿Crees que se molestaría ir detrás de una chica que encuentra atractiva pero pasa de él, cuando tiene a cientos deseosas? 

-Y entonces, ¿por qué yo? - dijo mientras vigilaba a Nef corriendo por el respaldo del sofá.

-Y, ¿por qué no? Tienes unos ojos increíbles, raros. Eres bella y tienes un cuerpo con curvas generosas. ¡Joder! ¿por qué crees que te pedí una cita? Y si lo nuestro hubiese funcionado ya te digo yo que le habría dado una jodida paliza a ese pobre infeliz por mirarte como te mira... - dijo apasionadamente- ¡Se cree que no nos damos cuenta de cómo de come con la mirada o cómo aprieta sus puños cada vez que se habla de ti!

-Creo que lo estáis exagerando... - ella realmente creía eso. Además, si lo que decía fuese cierto, ¿qué? No iba a correr a sus brazos sin más cómo hacían esas chicas que les seguían. Además, ¿que tenían en común a demás de ser vecinos?

-Vale - decidió cambiar la táctica de razonamiento -, si piensas que es por eso, te tendría que dar igual ponerle celosos ¿o no? Si además tú no esperas nada de esto, te daría igual cual fuese el final. Y nos harías un par de favores..

-¿Qué favores? - dijo picada por la curiosidad.

- Lo primero, sería sacarnos a nosotros tres del error  - dijo mirándola fijamente.

-Ajá. ¿Y los demás?

-El otro, más que un favor sería una alegría...

-Cual....

-Tener la oportunidad de seguir besándote un poco más y si hay suerte, ¡hasta te enamoras de mi y mis espectaculares besos! - dijo elevando coquetamente las cejas, haciéndola reír.

-Eres imposible - dijo riendo.

-Lo sé - afirmó mientras se sentaba a su lado en el sofá. - Anda... te juro que te vas a divertir y esto no se va a ir de madre, sé dónde están los límites entre nosotros y no los voy a sobrepasar, por más que me gustase. 

-¡Vale! Pero - dijo antes de que el articulase sonido alguno y sintiéndose como quien se ha metido en un lío -, nada más se vea que tengo razón esto se se acabará y seguiremos siendo amigos, ¿está claro?

-Clarísimo, cuando toda esta farsa concluya, tengo más que claro que en esta casa sólo reviviré el amor de Nefertiti - dijo agarrando a la gata que danzaba libremente por el sofá- ¿A que si, Nef? - a lo cual el animal contestó lamiendo la mano- Eso es. Por cierto, ¿tienes algo que hacer pasado mañana? ¿Y tienes pintalabios rojo? - dijo apartando su mirada.

-Según en qué momento y y sí, sí tengo pintalabios rojo, pero ¿para qué? - <<Chico raro>> pensó mirándole

-Sería ya bien entrada la tarde y tú sólo llévalo contigo - no le apetecía contarla que era para él, ya se reirían suficiente de él el próximo día, no tenía ganas de que el cachondeo empezase ya. Y para evitar el tema, porque en su mirada podía distinguir el brillo de curiosidad, dejó a la gata en el respaldo del sofá y se lecantó para dirigirse a la puerta - Por cierto ponte algo cómodo, pero sexy- se despidió así de ella.

-Adiós... - dijo viendo cómo se marchaba, pero él no la oyó.

Después de marchar el pelirrojo la sensación que tenía Roxanne de haberse metido en la boca del lobo no cesó. Su maldita curiosidad y un profundo deseo de que tuvieran razón, habían hecho que aceptase la locura que habían planeado esos tres. 

-¿Crees que he hecho bien, Nef? - preguntó a la gata. Por lo menos así ya no hablaba sola, ahora le hablaba a un felino. Aunque ni ella misma sabía que era mejor- No quiero hacerme ilusiones como una idiota... Cómo diría Carlos él es un dios y yo soy...yo. La chica que rara vez tiene citas y vale, no estoy gorda, pero no me vendría mal perder unos cuantos kilos... - empezó su diatriba la cual era interrumpida de vez en cuando por un maullido. - ¡Madre mía, Carlos! - suspiró resignada pensando en las miles de preguntas que le haría su amigo; sólo de pensarlo se cansaba.

Y no se equivocó cuando Carlos se presentó en su trabajo con una bolsa de comida india. La cual ella intentó acabarse entre pregunta y pregunta.

-En resumen, vas a intentar cazar al irresistible de O'Donnell mientras te magreas con el buenorro de Douglas para darle celos - afirmó.

-No...¡yo no intento cazar a nadie! - suspiró, no quería que nadie pensase que quería "cazarle" - Sólo voy a probar que la teoría de esos tres está equivocada, nada más. ¡Y no me voy a magrear! Sólo besar.

-Chica, pues ya eres tonta. Yo me aprovecharía...

-Pero tú te aprovecharías de cualquiera que estuviese un poquito decente... ¡No sabes la suerte que tiene Héctor de haberte encontrado...! - le dijo con sorna.

-¿Y sabes que es lo que vais a hacer mañana? - dijo sin cambiar de tema.

-otra vez, que no. Sólo se que tengo que llevar una barra de labios roja - explicó por cuarta vez.

-¿Y si tiene un fetiche raro? - dijo poniendo cara de circunstancias - Ya sabes, que le guste pintarse los labios él en lugar de la chica o le gusta dibujarse en los pezon...

-¡Calla! - dijo entre risas, aunque por desgracias se imaginó a Douglas pintándose los pezones de rojo mientras ponía cara cómica de pasión. Sólo esperaba no reírse de él al verle.

-Aunque yo se lo perdonaría - sonrió de medio lado

-Estas enfermo, de verdad. - suspiró. <<Pobre Héctor>> pensó en su reciente amigo. Si ella tuviese un novio el cual no deja de hablar de otras como lo hace Carlos, no me lo pensaría y le mandaría a la mierda.

-Tengo la libido muy alta - dijo como disculpa.

-Lo que tú digas - negó con la cabeza. Ese hombre era imposible cuando se hablaba de estos temas. Antes no era así. Antes del salir del armario como se dice, era un chico simpático cómo ahora, pero sin los comentarios sexuales, vamos era más vergonzoso sobre estos temas, como un tabú. Pero fue anunciar públicamente su homosexualidad y descontrolarse. Roxanne y ano sabía con cuantos hombres estuvo los primeros meses y lo agradecería.

-¿Y qué te vas aponer? - dijo sin dejar el maldito tema.

-Ropa - dijo cortante - .Y ahora si te parece me gustaría poder comer más de dos cucharadas seguidas de mi arroz y cambiar de tema. - y viendo que el iba a protestar le dijo muy seria - Y como verás no era una petición, quiero dejar el jodido tema. Punto.

-Bueno, bueno. No hacía falta ponerse así. 

Chicago Warriors (Editando)©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora