Capítulo 14

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Roxanne se decantó por unos legins negros y una camisa de color vino larga, en total, no iba a salir de casa, y además él ya la había visto con peores pintas y aun así la pidió salir; y unos calcetines negros para que los pies no se enfriasen.

Al salir se le encontró dando una vuelta por el salón mientras se fijaba en todo lo que cubría las paredes, desde la estanterías llenas de novelas y revistas de diseño a los porta fotos dispersos por el salón.

-Ya estoy - le dijo para avisarle mientras se acomodaba en uno de los extremos del sofá.

-No te he oído llegar - dijo él mientras se sentaba a su lado y ella como respuesta le enseñaba los calcetines - Comprendo - rió levemente.

-Bueno - dijo mientras se fijaba en las copas que descansaban sobre la mesita de café - veo que no has tenido problemas en encontrar las copas. 

-Sí y debo decir que tienes una buena colección de ellas allí dentro - dijo señalando la cocina. Y era cierto tenía de todos los tamaños y colores que veía y le gustaban, aunque sólo fuese una de cada tipo. Pero las que más la gustaban estaban más a mano que las demás.

-Me gustan - le quitó importancia - y ahora ¿cómo te lo hiciste? - dijo mirándole la herida.

-Nada, O'Donnell que hoy en el entrenamiento tenía demasiada energía contenida al parecer - dijo evitando la verdadera razón.

-¿Eso pasa muy a menudo?

-¿Que nos hiramos? 

-Sí, pero entre vosotros.

-No, sólo cuando alguien llega muy al borde, además, con los castigos del entrenador se te quitan las ganas de pelear - rió.

-¿En serio? - no se lo creía

-Te lo juro - dijo haciendo una cruz sobre el corazón-, nosotros hemos tenido suerte esta vez y sólo nos ha mandado dar vueltas al campo... pero a Fill por intentar iniciar una pelea le mandó lavar todas las toallas que usamos durante los entrenamientos para limpiarnos el sudor durante dos semanas - hizo una pausa -. A mano y en los lavabos de allí bajo vigilancia. 

-Bueno, son toallas - dijo ella pensando que no era para tanto.

-Ya, pero ten en cuenta lo cabrones que llegan a ser los compañeros en un equipo - rió - la mayoría antes de entregar la toalla se la pasaban por los sobacos u otras partes.

-¡Qué asco! - dijo dejando la copa en la mesa.

-Y el de Sue - dijo alegremente al recordarlo - fue que el entrenador nos obligó a todos a llevar coquilla y él se encargaba de limpiarlas a mano después... pero sólo durante una semana.

-¡Egggg! - dijo aunque sin poder evitar reírse por su cara de diversión, era como ver a un niño con una chuchería. - ¿Y cual a sido tu peor castigo? - dijo con curiosidad

-A mí me castigó con Salazar - suspiró

-¿Si..? - dijo animándole a seguir hablando.

-Nos tuvimos que duchar durante 15 días los dos.

-¿Os castigó con ducharos?  

-Los dos juntos, en una mierda de cubículo y esposados por una mano - dijo hundiéndose en el sofá.

-Y - dijo entre carcajadas Roxanne -¿por qué?

-Porque nos pillo a punto de liarnos a hostias , nos detuvo antes de comenzar y algún imbécil gritó que nos diéramos un abrazo... estábamos los dos tan cabreados que dijimos que ni de coña abrazaríamos al otro.  Él se enfadó por llevarle la contraria y decidió que "el roce hace el cariño" y nos puso ese castigo - dijo rojo como la grana, lo que hizo reírse todavía más a Roxanne. No se imaginaba a esos dos, con sus robustos y anchos cuerpos, duchándose en un cubículo. 

Chicago Warriors (Editando)©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora