Capítulo 3

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El golpe de su puerta al cerrarse la despertó del reparador sueño. Se hubiese asustado si no fuese porque Carlos tenía la mala costumbre de madrugar todos los días, pase lo que pase. Y hace tiempo que decidió que después de una noche de fiesta, tendría que venir casa con una bolsa de grasientos churros y despertarla. Muchas veces se arrepentía de haberle dado una copia de las llaves por si pasaba algo.

-¡Buenos días! - dijo Carlos entrando alegremente en la habitación.

-¿Por qué no te vas a despertar a tú novio y me dejas dormir?

-Ya lo he hecho - rió mientras que habría las persianas dejando entrar la cegadora luz solar -. Está en la cocina preparando un poco de chocolate caliente.

-¿Y sigue contigo? - preguntó mientras se hacía una bola entre las mantas - te debe querer mucho...

-Todos me quieren.

-Yo estoy empezando a odiarte muy seriamente... - le avisó.

-Me destrozas el corazón - contestó sarcásticamente. - Y ahora levanta ese enorme culo y ve a desayunar. - dijo apartando las sábanas de un tirón.

-Eres un mal amigo - dijo mientras se levantaba perezosamente. - Espero que me recompenses esto.

-¿Te vale si te digo que el chocolate tiene un poco de menta? 

-¿Chocolate con menta? ¿¡Por qué no lo has dicho antes!? - dijo mientras corría descalza a la cocina. - ¡CHOCOLATEE! -entró gritando en la cocina, no asustó a Héctor porque había oído sus pasos, si no el tan preciado chocolate habría quedado esparcido por el suelo.

-Buenos días a ti también-rió Héctor mientras terminaba de servir unas enormes tazas en la isla central de la cocina. En ese mismo momento a pesar de que salía humo de las tazas, Rox no se pudo contener y probó una.

-¡Joder, quema! - dijo dejando rápidamente la taza en la encimera.

-¿Quieres un premio, superdotada? - le preguntó Carlos entrando.

-Si el premio es que deje de quemar, sí.

-A veces eres tan estúpida... - rió.

Ella solo se encogió de hombros y se sentó en uno de las sillas de la cocina con la taza en la mano. La verdad es que este era un ritual que habían hecho desde que se conocieron.  Unos buenos churros y una charla. El resto del desayuno pasó en relativa calma, hasta que Carlos sacó el tema por el que había venido.

-Bueno, ¿y tú qué te traes con tú vecino? - dijo levantando una ceja.

-¿El calvo del décimo?  - dijo para tomarle un poco el pelo -. No sé... sólo le veo por las mañanas y me saluda muy romanticamente. Me dice que qué tal estoy. ¿¡Te lo puedes creer!? - Héctor rió. 

Él sabía que mi vecino calvo no era exactamente de palabras, Las pocas veces que se había cruzado con él solo había obtenido algo parecido a un gruñido.

-En serio. O'Donnell no te dejó de mirar en todo el tiempo que estuvimos en la discoteca. Mas a ti se te desviaban los ojos de vez en cuando... - dijo elevando una ceja.

-A lo mejor te estaba mirando a ti - se rió su pareja de él.

-Si no se supiese la lista de amantes que ha tenido no te diría que no. Éste cuerpo es irresistible... Pero eso no es lo importante... lo esencial es que vas a hacer al respecto.

-Primero, es sólo mi vecino. 

-El buenorro de tu vecino - corrigió Carlos.

-Segundo - continuó como si nada -, seguramente no me miraba a mi y si era así sería porque ayer al volver a casa estaba montando una pequeña fiesta en su apartamento y fui a decirle que hiciera menos ruido.

-¿En plan vecina vieja loca? - preguntó Héctor

-¿Quienes estaban en la fiesta? - dijo al mismo tiempo el otro.

-No, en plan vecina normal - reí -. Y no entré, aunque conocí a un pelirrojo.. Sti.. Stuu... ¿Stok?

-¡Stoker! - dijo animado

-Y a Salvador y Salazar, aunque esos no sé si serán conocidos. Aunque por el ego que tenían supongo que sí.

-Los gemelos... a esos les...

-¡Qué estoy aquí! - avisó Héctor.

-Ya lo sé, te estoy viendo.

-¿Acaso me pongo yo a hablar con Rox de macizos delante tuyo? - dijo indignado.

-No, pero podrías - dijo encogiéndose de hombros.

-¡Pues lo pienso hacer!

-Pues bien. Pero ahora estábamos hablando de los jugadores que ha conocido...

-Ahí se acaba toda la lista - informó la mujer.

-Qué pena... pero volviendo a lo esencial. ¿Qué piensas hacer con Jackson? Yo te puedo dar unas cuantas ideas - dijo guiñando un ojo.

-Le voy a tratar como a cualquier otro vecino. Qué es lo que es. 

-No es cualquier vecino... es Él.

-¿Dios? - intervino Héctor

-¡No! Pero es uno de los solteros más codiciados. Cualquier persona normal se moriría por que él le hablase.

-Menos mal que nuestra Rox no es normal. 

-En otro momento me hubiese ofendido - dijo Rox -. pero en este caso me alegro no ser una conejita más. Son tan patéticas. ¡Son simples hombres... - no pudo terminar la frase porque el telefonillo sonó.

Se levantó para ver quien era. Era una entrega especial, pero era raro. Ella no había pedido nada, ni lo esperaba. El mensajero se lo subió en persona. Se trataba de un sobre de grandes dimensiones en blanco con su dirección impresa con letras elegantes.

-Ábrelo - animaron los chicos.

Y así lo hizo. El sobre contenía una hoja con letras de la misma caligrafía que la del sobre. 

-¡Oh, dios mío! - dijo cuando procesó lo que ponía.

-¿Qué? - dijeron otra vez a la par.

-Me han invitado a la fiesta anual de la moda...- no se lo podía creer. Sólo eran invitados los mejores diseñadores del momento. ¡Y ella estaba invitada!

-¡No jodas! - dijo Carlos poniéndose de pie y quitándole el sobre de las manos.

-¡Felicidades! - dijo el otro sonriendo ampliamente.

Los tres sabían lo que significaba aquella invitación. Era una muestra de su talento estaba entre los mejores.

-¿Vas a ir?

-Claro que sí.¡No me lo puedo creer! - dijo empezando a saltar por todos los lados.

-¿Cuando es? - pregunto Héctor.

-Dentro de tres días... en ¡Las Vegas!

-¿Tres días? Si las invitaciones se suelen enviar como mínimo dos meses de antelación... ¡Eso significa que vieron tu desfile! - dijo Carlos emocionándose. 

-Tengo que responder, comprar el billete, hacer la maleta y por supuesto empacar uno de mis diseños para la fiesta... - dijo empezando a ponerse nerviosa con todos los preparativos.

-¿Sabes qué? - dijo con cara maliciosa.

-¿Qué? - respondió distraída.

-Esos días también van los capitanes y subcapitanes de todos los equipos de la NHL - siguió sonriendo maliciosamente.




Chicago Warriors (Editando)©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora