Segunda Parte: Atlanta

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                      Aquel que lucha con monstruos, cuídese de no llegar a ser monstruo a su vez.

                     Y si miras  por mucho tiempo un abismo, el abismo también mira dentro de ti.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                           NIETZSCHE



                                                                                NUEVE


Al menos en EE.UU., se comercializan muy pocos coches que puedan alcanzar esa velocidad circulando marcha atrás. En primer lugar, está el asunto de la propia marcha:  la mayoría de los coches, camionetas, furgonetas y todoterrenos que salen a la venta tienen cinco o seis marchas hacia adelante y sólo una hacia atrás. En segundo lugar, la tracción delantera de la mayor parte de los vehículos está diseñada para ir hacia adelante y no hacia atrás; esto impide que el conductor adquiera mucha velocidad en marcha atrás. En tercer lugar, cuando se va en marcha atrás, se suele conducir mirando en esa dirección, y alcanzar grandes velocidades así suele terminar con espectaculares vueltas de campana.

Por otro lado, el vehículo que ahora lleva Philip Blake es un Cadillac Escalade Platinum de 2011 con tracción a las cuatro ruedas. Viene equipado con unas barras de torsión todoterreno que el as de la mecánica Calvin R. Donlevy, de Greencove Lane, no habría dudado en probar en los pantanos del interior de Georgia; en tiempos mejores, claro está. El vehículo pesa casi cuatro toneladas y mide cerca de diecisiete metros de largo. Lleva control de estabilidad electrónico StabiliTrak (de serie en todos los modelos Platinum). Lo mejor es que incluye una cámara que muestra imágenes de la parte trasera en una generosa pantalla de navegación de siete pulgadas integrada en el salpicadero.

Sin dudar y con todo su sistema nervioso conectado a la mano derecha, Philip pone el coche en marcha atrás y no quita la vista de la imagen amarilla y parpadeante que se materializa en la pantalla de navegación. Le muestra el cielo parcialmente nuboso sobre la línea de pavimento del horizonte que queda tras ellos: la parte superior del paso elevado.

Antes de que el regimiento de zombies tenga oportunidad de acercarse a menos de cincuenta metros, el Escalade sale disparado marcha atrás.

La fuerza de la gravedad los empuja a todos hacia adelante. Brian y Nick se dan la vuelta para mirar por la luna trasera el paso elevado que se aproxima hacia ellos a toda velocidad. La parte de atrás del Escalade vibra ligeramente y el vehículo coge velocidad. Philip pisa fuerte el acelerador. El motor ruge. Él no se vuelve. Mantiene la mirada fija en la pantalla, donde la pequeña imagen amarilla y brillante muestra el paso elevado que se va haciendo cada vez más grande.

Un mínimo fallo de cálculo, un exceso de presión en el volante en cualquier dirección, y el Escalade se pondrá a dar vueltas. Pero Philip mantiene el volante inmóvil, el pie en el acelerador y los ojos en la pantalla mientras el vehículo circula hacia atrás cada vez más de prisa. Ahora el motor canta ópera en un tono cercano al do sostenido. Philip ve que algo cambia en el monitor.

—Mierda... ¡Mira!

La voz de Brian supera el ruido del motor, pero a Philip no le hace falta mirar. En el recuadro amarillo del vídeo ve una serie de siluetas oscuras que aparecen a varios cientos de metros de distancia y van derechos hacia ellos desde la parte superior del paso elevado, como si fueran una valla. Se mueven con lentitud en formación aleatoria, con los brazos abiertos para abarcar el vehículo que va hacia ellos. Philip deja escapar un gruñido furioso.

The Walking Dead: El GobernadorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora