Miedo. [#Wattys2016]

Capítulo 34.

Me pongo de lado intentando dormirme pero me es imposible. La misma pesadilla se repetía constantemente en mi mente cada vez que cerraba los ojos y ahora que estoy despierta me sigue perturbando.
Sucedía en casa de mis tíos y esta vez cuando quería escapar no lo hacía, pues alguien me atrapaba pero cuando consigo ver el rostro de la persona, mi mente me muestra a Stephen con una pistola en la mano y después me despierto. Así unas cuatro veces más, hasta que comprendí que no podría dormir esa noche.

La luz se cuela por las ventanas indicando un nuevo día y yo aun no he podido descansar.

Cambio de posición nuevamente, provocando que el chico de tatuajes se remueva y acabe con el rostro muy cerca del mío. Su respiración se posa en mi mejilla y sus labios apenas están un centímetro separados de la míos.
Pero entonces sus ojos se abren, haciendo que me ponga totalmente colorada pero no aparto la mirada. Se queda totalmente estático y me atrevería a decir que hasta no pestañea.

Sé que mi aspecto no tiene que ser el más favorido para la vista, pero puedo decir que eso no es lo que más me importa en este momento. Sin embargo, yo no puedo decir lo mismo de él.
No es que se vea genial, porque todos sabemos que cuando alguien está recién levantado además de gruñones y bordes, todos tenemos un aspecto horrible. Pero él me sorprende, porque jamás había pensado que Stephen pudiera parecer un niño cuando se levanta; Su pelo, todo despeinado y aun así, ningún mechón sobre su cara, tiene en los ojos un brillo singular y puedo ver unas leves marcas de la almohada en sus mejillas. Por autoreflejo sonrío ante mis pensamientos.

Stephen es un niño.

Para mi sorpresa, coloca una mano en mi cintura enviando miles de sensaciones por todo mi cuerpo. Se acerca a mi oído lentamente y creo que iba a decir algo pero una voz masculina lo interrumpe, haciendo que se separe.

-Stephen, tienes que venir a ver... -El hombre se va callando cuando me ve y yo como una boba me tapo completamente con la manta.

-T, ¿puedes esperar un momento? -Gruñe Stephen y en verdad puedo decir que adoro su voz de recién levantado.

-Claro -Y luego se escuchan unos pasos.

No hay que decir que ni siquiera hay puerta, por lo que nos puede ver cualquiera.

Stephen salta de la cama y abre un cajón del mueble donde se encuentra la televisión y saca una camiseta negra junto con unos pantalones de chándal grises.
No avisa, por lo que me pongo boca abajo rápidamente para no verlo, aunque no hubieran sido malas vistas.

Veo un pantalón ponerse frente a mí y alzo la vista. Stephen me mira desde arriba y yo rápidamente me levanto. Casi quedamos a la misma altura.

-Te espero abajo -Dice antes de desaparecer.

Suspiro y me vuelvo a colocar el vestido, además de la chaqueta por encima de éste. Dejo la de Stephen encima de la cama sin hacer.

Bajo las escaleras y me encuentro a Stephen hablando con Arthur. Este último me saluda con una sonrisa y yo se la devuelvo.

-Cuanto tiempo sin vernos, Alice.

Asiento sin saber que decir.

-Será mejor que nos vayamos -Masculla Stephen en medio del inmenso silencio que se había formado.

-Llevad cuidado -Dice Arthur mirándome y luego se dirige a Stephen -Y tú, no la cagues.

El chico de tatuajes le dirige una mirada desdeñosa, antes de que caminemos hasta la salida.

-Te daré dos opciones -Comienza a decir Stephen entrando al auto -. Vienes conmigo o te quedas aquí.

Me quedo a mitad de cerrar la puerta y lo observo.