Miedo. [#Wattys2016]

Capítulo 29.

Las palabras que Stephen me dijo cuando estaba enfadado iban muy enserio.

<<No, qué te pasa a ti. ¡Estoy harto de todo lo que tenga que ver contigo! En verdad, eres un jodido grano en el culo>>

Volvía a cruzarmelo en el gimnasio pero ni siquiera me miraba y no puedo negar que me molesta que me ignore. Su indiferencia causa demasiado en mi interior.
Unas semanas después, llegué a acostumbrarme a su extraña actitud y a saber llevarla.
El molesto Derek siempre estaba rondando por donde fuera y aunque también me había hecho a ello aún seguía incordiando.

Pero ese día era más extraño que de costumbre.

Cuando iba camino al gimnasio sentía que alguien me observaba. Era de esas veces que creías que la gente te miraba al pasar, sólo que está vez la calle estaba desierta. Un escalofrío me recorre toda la espalda al pensar que alguien me pueda estar siguiendo.

Siempre tan paranoica, Alice. Me reprendo.

Cuando me voy acercando al lugar, diviso la figura de un hombre apoyada en la fachada. De inmediato sé que se trata de Stephen. Suspiro y me conciencio de que hoy será como siempre y me ignorará.

Justo cuando paso, lanza el cigarro que estaba consumiendo a unos centímetros más adelante de mis pies. Lo piso refunfuñando porque odio verlo fumar y sin mirar a atrás me adentro al gimnasio.

Saludo a Trudis con una amable sonrisa y cuando observo todo el interior sonrío. Hoy hay unos tres hombres y no hay rastro de Derek.

Mucho más animada, voy trotando hasta mi sitio de siempre.

-Hola Alice -Me saluda Dante, un chico de dieciséis años que en verdad he cogido mucho cariño durante estas semanas.

Le regalo una sonrisa y le devuelvo el saludo.

-¿Cómo va eso, Dan? -Le digo parandome un momento frente a él.

En ese instante Stephen camina unos metros cerca de nosotros y su mirada choca con la mía. Me olvido por un momento que mi amigo se encuentra aquí.

-¡Al! -Exclama captando mi atención. Sonríe burlón fijando su mirada en el chico de tatuajes- ¿En serio te gusta ese?

Abro los ojos.

-¡No! No seas tonto... -Resoplo colorada.

-Tu cara dice lo contrario- Sonríe pícaro.

Niego con la cabeza rotundamente mientras me giro.

-¡Qué pases un buen día! -Grita tras de mí.

Sonrío, negando divertida.

Sólo es un niño.

Me dedico a hacer un pequeño calentamiento para ejercitar mis músculos. Cuando acabo me acerco al saco y colocando mis propios guantes de boxeo en mis manos, lo golpeo con todas mis fuerzas.

-¿Te apetece una pelea? -Escucho la voz de Dan tras de mí.

-¿Qué? No, no. Todavía no estoy preparada -Digo parando los movimientos del saco.

-¡Oh vamos! - Alza sus brazos -Vi como le plantabas cara a ese de ahí -Señala a Stephen que se encuentra golpeando el saco con movimientos muy rápidos. Su pecho se encuentra desnudo, dejando ver los tatuajes en sus brazos.

Alejo mi mirada de él y la fijo en el chico alto y moreno que se encuentra haciendo un puchero.

-Venga... -Suplica juntando sus manos.

Asiento rodando los ojos.

-Pero no quiero hacerte daño -Replico.

-No soy tan delicado, puedo ser pequeño pero...- Comienza a caminar y yo lo sigo.