Cap. 12 Cuestiones.

500 45 7
                                    

Llegas a tu dormitorio, con el corazón oprimido.

"¿Cómo pudo hacerme esto? ¿Y por qué L la besaría...? No podría gustarle... ¿o sí?"

Nuevamente estás en tu cama, echada y con ganas de llorar.

"¿Siempre terminarán así las cosas con L?"

Sin darte cuenta, la tristeza hace que te quedes dormida.

***

Cuando despiertas, aún estás sola. Tu estómago gruñe. No haz comido nada aún.

Sales de tu habitación y te diriges a la cafetería con algo de dinero.

De camino escuchas a las personas hablar, todas del mismo tema, el señor Steele. Está claro que el rumor ya comenzó a circular.

Al llegar pides algo de comida y te sientas a esperarla.

No tarda mucho, puesto que no hay tanta gente. Una vez con ella, andas hacia algún lugar afuera para comerla.

Al salir te topas con L a punto de entrar.

-(T N), ahí estás. Oye, te quería comentar...

Pasas de largo, haciendo caso omiso a sus palabras.

-(T N)... ¿qué tienes? -te pregunta.

Tu sigues tu camino. L queda atrás, mirándote.

Llegas a tu dormitorio y te dispones a comer.

Al terminar tu móvil suena. Tailor.

-Oye... (T N) ¿quieres ir a ver la película que ayer ya no pudimos ver?

-¿Quiénes van a estar?

-Solo nosotras. Bueno, Ryuga no viene. Y creo que Miley aún no ha llegado... creo.

Lo piensas. Es mejor distraer tu mente un rato.

-Iré.

Cuando llegas afuera del cinema te topas a tus amigas. Tasie está ahí.

-Llegaste.

-Si -respondes.

Entran al cine y toman sus lugares.

"¿Cómo es posible que Tasie..." -pero interrumen tus pensamientos.

L, mejor conocido ahora como 'Hideki' se encuentra ahí también. Lo reconoces entre la oscuridad. Él te mira, pero en seguida se voltea y dirige sus pasos al otro lado de la sala.

Tal vez ya sepa la razón de porqué estás así.

***

Durante toda la función L te estuvo mirando, de alguna forma, un poco taciturno.

Más en las nubes que lo ordinario. Mucho más. Sabes que en realidad estaba muy distraído, porque nisiquiera tomó un poco de sus dulces. Ni uno solo.

Caminas con tus amigas, cada quien a su dormitorio. Miranda y Tailor se dirigen a otro edificio y te encuentras a ti misma andando junto a Tasie.

-Tasie... ¿puedo dormir en tu dormitorio hoy? -preguntas -sé que tu compañera ahora no está.

Hay algo que tienes que averiguar.

-¡Claro! Pero... ¿Miley no se enfadara?

-No creo. -contestas.

Aún es de tarde. Te diriges a tu dormitorio a sacar un par de cosas y luego acompañas a Tasie a el suyo.

"Tengo que saberlo... ¡debo hacerlo!"

Llegan a su puerta.

-Te advierto... no esperaba tu visita... así que está un poco extraño. -ríe nerviosamente.

Al abrir te topas con una habitación cubierta por todos los rincones con Hatsune Miku.

Pósters, peluches, colchas y almohadas tienen su rostro por todos lados.

En cuanto cierran la puerta se enciende un mp3 con una canción. Miku.

Avergonzada, se dirige rápidamente a apagarlo. Sonaba lindo.

-Lo siento... está programado para sonar en cuánto llegue.

-No importa.

-Puedes dormir en esa cama de ahí. -te señala la cama superior de una litera.

-Claro, gracias.

Dejas tus cosas y te sientas inmediatamente.

-Escucha -"ha llegado la hora... ¡tengo que saber!" -... hay algo que quisiera preguntarte.

-¿A mí? -se sienta también.

-Sí, a vos.

Respiras profundamente, pero no te calma mucho.

[-(T N)... ¿quieres jugar?

-Sí -habías contestado.

Esconderte, ser buscada, todo el mundo sabía jugar aquello en la infancia.

Lawliet y tú, entre otros niños que a penas recordabas un poco, se echaron a correr cuando uno de ellos empezó a contar.

Lawliet te hacía correr más rápido, mientras te jalaba, tomándote de la mano.

-¿A dónde vamos? -preguntabas.

-¡Sé del lugar perfecto para escondernos! -te respondía, animado.

Llegaron a una habitación y L abrió la puerta que llevaba hacia una escalera.

Cuando subieron ambos se miraron un poco.

Luego de ello, él se dirigió hacia una puerta más. Algo así como un viejo ropero que nunca había sido usado de nuevo, dejando un par de desgastadas prendas ahí.

Cuando la puerta se hubo abierto una polilla salió de ahí. Y entonces te tomó de la mano nuevamente y entraron en él.

La puerta se cerró y quedaron en penumbras.

El niño terminó de contar y salió disparando a buscar a sus compañeros.

-¡Ahí estás! -escuchaban que decía, de vez en cuando.

L te miraba fijamente.

-Tu respiración está acelerada -te decía, susurrando -... mira, intenta inhalar despacio. 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8... ahora conten el aire - Contaba hasta siete -. Y ahora sueltalo poco a poco. Uno, dos, tres, cuatro...

Unos pasos se acercaban, corriendo.

Tu respiración volvió a acelerarse.

-¡Respira! -te hablaba Lawliet, intentando que no fueran descubiertos.

Volvía a contar, cada vez más bajo. Los pasos subían las escaleras. Tu respiración no se calmaba.

Él llegó...



|Death Note| Relación Indefinida (L y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora