Choqué contra algo sólido, y al girarme vi que solamente era Tim. Di un brinco. Por un momento pensé que podía ser...
—¿Te he asustado?
—Sí, no vuelvas a hacer eso —lo reprendí, dándole un empujón juguetón.
—Te estabas tardando. Tuve que venir a buscarte.
Mis agudizados oídos percibieron el mismo ruido de hacía unos instantes. Un estremecimiento me recorrió el cuerpo, como cada vez que tenía un Transformado cerca.
Supe que no estábamos solos.
Mi cerebro empezó a trabajar e idear un plan o cualquier cosa que nos sacara vivos de esta. Lo único malo es que no podría hacer uso de mi potencial como Nacido en presencia de Tim. Descubriría lo que yo realmente era y no sabía cómo se tomaría eso. Lo mejor era regresar a donde hubiese mucha gente, así el Cazador que me estaba acechando no podría hacerme nada, porque estaríamos en público.
—Hace calor, ¿no crees? Vayamos por un helado para refrescarnos.
La excusa era absurda, pues ese día hacía un frío horrendo y conforme anochecía la temperatura bajaba, pero fue lo único que se me ocurrió decir para salir de ahí. Lo tomé de la mano fuertemente y jalé en sentido contrario a donde se encontraba escondido el Cazador. Caminé tan rápido como Tim lo hacía, casi sacándole el brazo para que se apresurara. Solo teníamos que volver al tumulto de gente y estaríamos a salvo.
—Adeline, ¿qué sucede?
Pero yo no le contesté. No me detuve o presté atención para saber si el Cazador nos seguía. Seguramente había averiguada cual era mi táctica, así que esperaría el momento correcto.
Casi suspiré con alivio cuando salimos del sendero oscuro y nos mezclamos con tantas personas. Por primera vez en mi vida me agradó ser apretujada por decenas de cuerpos en movimiento, porque era la promesa segura de que estaríamos bien. El Cazador no actuaría frente a tantos pares de ojos.
—¿Qué pasa, Adeline? Parece que has visto un fantasma.
¿Qué podía decirle? Estaba tan preocupada por lo que haríamos que no tenía mente para idear una excusa viable al por qué salí despavorida de los baños jalándolo junto conmigo. No podíamos permanecer para siempre en la feria. Llegaría la hora de cerrar y Tim querría irse; no podíamos esperar a que el Cazador se aburriera y decidiera por cuenta propia marcharse. «¿Qué vamos a hacer?», pensé.
—No es nada —respondí en un susurro. Me estaba costando muchísimo controlar mi respiración desembocada y dar la apariencia de estar tranquila, como si un adictivo Cazador no estuviese por ahí a la espera del momento correcto para absorberme.
Fuimos por helados y entramos a la sala de juegos, donde nos encontramos con Carter Kellner y su grupo de amigos. Permanecí sentada en un sillón a unos metros de ellos mientras todos jugaban billar, con el pretexto de que quería terminarme mi helado, aunque Tim sabía que yo era malísima para el billar y, además, debía pensar en un plan para librarnos del Cazador.
Mientras estuviésemos en la feria, rodeados de tanta gente, estaríamos bien. Pero en algún momento Tim optaría por marcharnos, ya que mi hora de llegada a casa era a las diez. Así que, ¿qué opciones teníamos? Podíamos subir a la Nissan y acelerar a fondo, pero el Cazador era más veloz que un auto y, aunque consiguiéramos llegar a mi casa, yo seguiría en peligro. Y sabía, muy dentro de mí pero sin quererlo aceptar, que lo mejor era deshacernos del Cazador. Aunque la idea de absorber de nuevo a alguien no me gustaba, sabía que era lo oportuno si quería que Tim y yo sobreviviéramos la noche.
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Cazadores: Los doce poderes
FantasyExiste una fuerza mayor a todos nosotros, más fuerte que todo lo que alguna vez hayamos conocido, que hemos llamado el Rayo. Es librador de debilidades, portador de vida perpetua y dador de doce poderes. Muchos ávidos de poseer dominio intentan enco...