Cambio De Vida {GEMELIERS}-TERMINADA

El Pelo De Jesús

Eva: ¿Buscas a Danisú?-me preguntó de repente detrás de mi provocando que me asustara.
Elena: Si, hemos quedado ¿sabes dónde están?-le respondí cuando se me pasó el susto.
Eva: Creo que Jesús se esta duchando y Dani está en el salón.
Elena: Vale, gracias-dije amablemente bajando las escaleras hasta el salón.
No es que sea la primera vez que salto por la ventana a su casa, por lo que ya no se sorprenden demasiado al verme de repente.
Al llegar al salón, veo a Dani en el sofá viendo la tele. Le saludo con un beso en la mejilla y me siento con él a ver cualquier serie.
Unos minutos después baja Jesús ya vestido pero con el pelo mojado. Al verme, se acerca.
Jesús: ¿Que haces aquí?¿No habíamos quedado a las 5?-pregunto curioso mientras me daba un beso en la mejilla.
Elena: Si, pero me arreglé temprano y decidí colarme por vuestra ventana porque me aburría.
Eva: Jesús, ni se te ocurra salir con el pelo mojado, que luego te enfermas-dijo en tono amenazante.
Jesús: Joer ma', que me da pereza-protestó
Eva: Que te seques el pelo te he dicho.
Jesús bufó.
Elena: Anda ven.
Le cogí de la mano y subí con él hasta el baño de la habitación de sus padres ya que ahí estaba el secador de pelo.
Jesús: ¿Qué vas a hacer?-preguntó curioso.
Elena: No me gusta que discutas ni quiero que te enfermes porque luego me tengo que tragar tus quejas. Te voy a secar el pelo.
Jesús: ¿En serio?-dijo sonriendo.
Elena: En serio-respondí cogiendo el secador de uno de los armarios-Aunque veo un problema.
Jesús: ¿Qué pasa?
Elena: Pasa que no dejas de crecer.
Jesús: O pasa que tu eres una enana-dijo sonriendo.
Elena: Pues como soy una enana, en vez de peinarte me voy a ir a jugar con las barbies-dije yendo hacia la puerta.
Jesús: No, no te vayas-dijo cogiéndome del brazo-Tengo una idea.
Elena: Que novedad-dije riéndome.
Jesús me miró mal haciendo que yo dejara de reírme.
Jesús: Mira, tu siéntate en el lavamanos-me indicó a lo que yo le hice caso-Y yo ahora me pongo aquí-dijo acercándose colándose entre mis piernas-Y ya me puedes peinar mi precioso pelo.
Yo me reí. Si os soy sincera, me reí porque me hizo gracia pero también para ocultar el nerviosismo que me provocaba al tenerlo tan cerca.
Empecé a peinarle hasta que, cuando ya estaba acabando, noté que Jesús bajaba la vista hacia mis labios, lo que provocó que me pusiera más nerviosa. Cuando terminé de secarle el pelo, apagué el secador y dejé el peine al lado del grifo que tenía detrás.
Elena: Ya está-dije intentando bajarme del lavamanos pero Jesús no se apartaba-Jesús-le llamé pero no reaccionó, estaba con la mirada fija en mis labios hasta que noté que se iba acercando a mi.
Ya estábamos a milímetros y...

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