Cambio De Vida {GEMELIERS}-TERMINADA

Mi Primo Es Gilipollas

Jesús rápidamente se acerca a su cuerpo mientras yo me quedo en estado de shock sin apartar la vista de él. Le toca el cuello. Supongo que es para ver si tiene pulso y alarmado coge su teléfono para llamar a la ambulancia.

Mientras tanto, yo sigo quieta mirando para él. Ahora mismo no sé si estoy asustada, enfadada o triste.

Después de colgar el móvil, Jesús se gira hacia mi y al verme en el estado en el que me encuentro, se acerca.

Jesús: No te preocupes, tiene pulso y la ambulancia está de camino. Todo va a estar bien ¿Vale?-asiento levemente-¿Seguro que estás bien?

Elena: ¿Eh?-Salgo del shock y frunzo el ceño. Todavía no he dejado de mirar a Ale-Si, si. Estoy bien. No te preocupes.

Al rato llega la ambulancia y vamos los tres hacia el hospital.

Al llegar, los médicos que venían con nosotros en la ambulancia y que se llevan a mi primo hacia una habitación, nos mandan esperar en la sala de espera.

Yo me siento en una silla mientras, por fin, rompo a llorar.

Jesús: Eh, tranquila, no llores. Seguro que está bien.

Elena: ¿Y si no lo está? Joder Jesús, durante todos estos años ha sido mi mayor apoyo, no puede pasarle nada. A Ale no.

Jesús me abraza mientras nos quedamos en silencio hasta que minutos después sale un doctor mayor.

Doctor: ¿Familiares de Alejandro Martínez?

Rápidamente me levanto y me acerco al doctor y Jesús me acompaña.

Elena: Yo, yo soy su prima-respondo mientras Jesús me mira sorprendido.

Doctor: Vale. Su primo está estable, se despertará en un par de horas por los calmantes. Necesito que venga conmigo para poder avisar a sus padres o tutor legal.

Asiento rapidamente.

Elena: ¿Me puede decir que le ha pasado?-pregunto mientras seguimos al doctor hasta su despacho.

Doctor: Su primo ha recibido fuertes golpes en las costillas y cabeza. Suponemos que ha sido una pelea por consumición.

¿QUÉ?

Elena: ¿Me está diciendo que mi primo se droga?

Doctor: Al revisarle, hemos descubierto en sus bolsillos dos bolsas con estupefacientes.

No me lo puedo creer. Mi primo se droga. La hostia que va a llevar cuando hable con él no va a ser pequeña.

Llegamos a lo que parece su despacho y nos invita a sentarnos en las dos sillas que hay al otro lado de su escritorio.
Nos pasamos un par de minutos hablando sobre lo que podría haberle pasado a Ale para empezar a consumir drogas y llaman a sus padres.

Ya me imagino a mi tía chillándole lo retrasado que es mientras se maldice a ella misma por haberle parido.
Y le doy la razón.
Mi primo es gilipollas.