Siempre tuya, siempre mía. Capítulo 2.

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-Listo, ya estamos... me voy a subir en la parte trasera de la camioneta y luego me subo a mi lugar.

César pensaba, "¿mi lugar? acaso ya se le paso la bronca". Pero decidió no decir nada para no arruinar la situación.

Salieron del hogar de Pachuca de Victoria sin que los guardias sospecharan nada, era graciosa la escena pero realmente el horno no estaba para bollos como dicen para hacer algún comentario gracioso al respecto. Cuando Victoria estaba en el lugar del copiloto recién empezaron a platicar.

-¿Dónde me llevas?
-Es sorpresa.
-No quiero más sorpresas por hoy, tengo demasiado con verte...
-Pero a pesar de todo niégame que ha sido una sorpresa agradable.
-Hoy no estoy para mentiras...

Evitaba mirarlo y sostenía la vista en el tráfico en cambio él la miraba cada segundo que podía.

-Podrías tener la vista fija en el tránsito, no quiero que tengamos algún accidente. Solo eso me faltaría.
-Nunca me ha pasado nada mientras manejo, menos por admirarte.
-Ay por favor no empieces...
-¡Es que contigo no se puede, y lo sabes!
-Cállate mejor. Voy a poner música...
-Lo que tú quieras reina.

Y en eso que abrió la guantera para sacar el estuche donde guardaba cd's, Victoria conocía perfectamente todos los que estaban ahí guardados, porque muchos de los que estaban ahí ella se los había regalado.

-Ya deberías actualizarte y poner un pendrive con toda la música.
-Sabes que prefiero lo antiguo. –le guiña un ojo-
-No sé porque lo estás diciendo pero espero que no sea ninguna indirecta o te voy a matar.
-larga una carcajada que contagió a Victoria pero ella se escondió para que no la viera reírse-Sabes que no es por ti mi amorcito.
-Voy a poner este.

Era el CD de Laura Pausini y cuando empezó a sonar En cambio no, ella no dudó en cerrar los ojos y dejarse llevar por la música.

-Antes cantabas ese tema.
-Antes estaba de buen humor cuando estaba contigo, ahora no.
-Lamento eso, espero que vuelva todo a ser como antes.
-No señor, no volverá a ser todo como antes te lo aseguro. Vine aquí contigo porque conozco lo obstinado que eres conmigo, y porque no quería armar un pancho en mi casa. Si estuviéramos en el PH sí, te arrojaba lo que fuera con tal de correrte, pero como aquí en Pachuca soy todo una dama... no me quedó otra solución. –ahora si lo miraba-
-Perdóname sí.
-No, no pienso perdonarte...
-Sé que me porté mal contigo, pero es que...
-Es que nada, es mejor que no hablemos del tema mientras manejas porque nos alteraremos.
-Tienes razón. Lo que pasa es que falta mucho para llegar a dónde vamos.
-¿Ah sí, donde piensas llevarme?
-Te dije que es una sorpresa...
-Me vale madre tu sorpresa, dime que si no me voy a bajar de esta camioneta donde sea.
-No seas loca ¿sí?, solo déjame mimarte por todo el tiempo este en el que me he portado mal, te juro que hablamos y nos regresamos.
-¿Por qué no te estoy creyendo nada de lo que dices?
-Porque parece que ya no confías en mi...
-Es que parece que no vale la pena confiar en ti ya...
-No digas tonterías... -buscaba su mirada-
-Pues no son nada de tonterías. ¿César que pretendes de mí, eh? Te juro que nunca pensé que estaría tan tranquila sin saber de ti... y de repente vienes y te me apareces en Pachuca. ¡Nada menos que en Pachuca!
-Es que tenía que verte, la llamé a Gaby para saber dónde estabas y después de varias suplicas me lo dijo. No culpes a tu hermana porque no quería decirme en donde estabas en realidad, yo le supliqué porque necesitaba hablar contigo cuanto antes... y bueno pues sabes que soy su cuñado preferido. –se ríe-
-¿No me parece gracioso eh?
-¿Qué cosa?
-Tus charlas con Gabrielita...
-Ay, ¿ya estás celosa?
-¡Celosa de qué mi amor! Lo digo porque me molesta que yo le pida un favor a mi hermana, el de no pasar información mía hacia ti y es lo primero que hace...
-Ah, yo pensé que ya estabas celosa. Extraño verte así.
-Pues me vas a extrañar por mucho tiempo César, ya no siento nada por ti.

Siempre tuyo, siempre mía.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora